Categoría: MUSIC HALL
Crítica de Burlesque al Cubo,
certamen de talentos
Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (Teatro El Cubo)
Nivel: 6 /8
¿De qué
se trata?: Los dueños de un teatro en quiebra hacen su
último intento por salvarlo, convocando a sus antiguas amantes, ahora grandes
estrellas, para montar un espectáculo que aseguran será un éxito. Esta será la
excusa para transportarnos a un burlesque contemporáneo,
donde se jugará con lo que ocurre delante y detrás de escena y además se
llevará a cabo un verdadero certamen de talentos (a modo de reality show teatral).
El punto fuerte de la obra: Gabriela Bevacqua.
Siempre es interesante toparse con un espectáculo
distinto de todo lo que uno ha visto. Seguramente, esto represente Burlesque al Cubo para la mayoría de los
espectadores. Difícil de encasillar y ecléctico, resulta una propuesta original
(incluso, distinta de una versión anterior que se había presentado con el mismo
título). Tratemos de explicar un poco cuál es el espíritu de este music hall.
Todo comienza a partir de una anécdota deliberadamente
simple: los dos dueños de un teatro al borde de la quiebra deciden convocar a sus
antiguas amantes para montar un show que reviva sus épocas de esplendor y
atraiga inversores. Cada uno le envía la invitación a dos mujeres y, por
supuesto, cuando todos se reúnan no faltarán desplantes, enredos y discusiones.
Si esperan que esta historia tenga un desarrollo tradicional, saldrán
decepcionados, porque este punto de partida no es más que un hilo conductor que
le sirve de base a todo lo demás.
Lo que sigue es una serie de cuadros disparatados
en los que el humor se vuelve mucho más importante que la verosimilitud. De
hecho, las risas surgen de lo absurdo de las situaciones, y de unos personajes
que siempre están al borde. Es visible el desparpajo de Nicolás Pérez Costa al
idear el libro, recreando el estilo de burlesque
al que alude el título, con caracterizaciones exageradas, doble sentido,
chistes sexuales y vulgares y, por supuesto, los llamados “cuadros de
variedades”. A su vez, se recurre ocasionalmente al slapstick: humor físico, con situaciones llevadas a su estado
hiperbólico. Las referencias a la cultura popular también generan risas en el
público. Todas las escenas de texto se entremezclan con números que son propios
de un music hall, y aquí es donde la
obra innova.
Por un lado, cada protagonista tiene su cuadro, acompañado por el
ensamble. Por el otro, se desarrolla una suerte de reality show teatral, en el que cuatro participantes que se
anotaron previamente presentan su rutina en determinada cantidad de minutos.
Uno de ellos será elegido por el público (mediante un sistema de paletas) para
que pase a la siguiente instancia de este “certamen de talentos”, que se
desarrollará en otra función. Un jurado invitado dictaminará qué otra persona
merece seguir concursando. La idea me pareció muy divertida, y mi único reparo
es que (en la función a la que asistí) me hubiera gustado que los cinco jurados
convocados pudieran dar su devolución personal, en vez de tomar la palabra solo
uno.
En cuanto a los participantes en sí, la preselección
fue buena, porque pudieron mostrar disciplinas muy diferentes: un ventrílocuo,
un dúo que hizo malabarismo con clavas luminosas, un humorista y un cantante
(interpretó “Rescata mi corazón”, de Manuel Wirt). Los primeros dos ganaron, si
bien se hizo absolutamente palpable el amateurismo de todos ellos, en
contraposición con la desinhibición del elenco de la obra. No obstante, en la
mayoría de los casos se notó por parte del público una actitud de aliento, a
consciencia de que se trataba de una experiencia de fogueo, con sus altos y
bajos.
Seis al
Cubo
Dentro de esta mezcla para gustos variados, se
destaca indiscutiblemente Gabriela Bevacqua. Tanto por su chispa para la
comedia y su gracia natural como por su voz imponente, Bevacqua atrae la
atención cada vez que sale a escena. Su versión de “Somebody to love”, de
Queen, probablemente sea el momento más poderoso del show, por la consonancia
técnica e interpretativa. También deslumbra Lowrdez, quien canta la
dificilísima “And I Am Telling You I’m Not Going”, del musical Dreamgirls. Este número produce una
bienvenida ruptura dentro de la obra y genera una atmósfera especial. Lowrdez
hace chistes sobre cómo la gente la recuerda siempre por ser una exBandana,
pero tiene una voz que debería permitirle pisar fuerte como solista.
En todo el elenco se nota cómo el director (Nicolás
Pérez Costa) trabajó para mantener un mismo registro. Pudo crear así un clima
descabellado, en el cual no desentonan ni el morcilleo ni las tentadas (casi fomentadas,
como un código esencial). La diversión de los actores en escena se traslada al
público. Otro acierto de la dirección es combinar los variados recursos para
que el espectáculo no pierda ritmo ni canse a lo largo de sus dos horas de
duración (más diez minutos de intervalo). Si algún cuadro le resulta aburrido,
el espectador puede seguir manteniéndose expectante, porque sabe que lo que
viene luego será distinto. Eso sí, los pacatos deben abstenerse, porque hay un
estilo humorístico que siempre se mantiene.
Con esto en mente, los actores se muestran todos
muy graciosos y distendidos. Al margen de las ya referidas Bevacqua y Lowrdez,
Payuca del Pueblo da muestras de su facilidad para improvisar y su expresión
gestual es hilarante (esto es explotado en su cuadro de fonomímica). Por su
parte, la periodista y actriz Julieta Cayetina es una revelación en cuanto a
baile y se anima a hacer un poco de acrobacia en aro. Coronan el sexteto
protagónico Nacho Medina y el propio Nicolás Pérez Costa. Este dúo, con manifiesta
química, se compromete para llevar adelante todo el engranaje del espectáculo,
a la vez de permitir que todos sus compañeros se luzcan. Ofician
simultáneamente de anfitriones y de artistas, y se los nota cómodos en la veta
humorística.
El ensamble pone en contexto y revitaliza los
cuadros en los momentos de teatro dentro del teatro. Todo esto, a través de
coreografías de Pérez Costa, siempre con aire a music hall y con ajustada sincronización entre los bailarines.
No pasa desapercibido el fantástico vestuario de
Cristian Martínez y Enrique Zousa, de una calidad poco frecuente para los
presupuestos del circuito off. La escenografía (de Cristian Martínez y Enrique
Souza) nos muestra el telón del teatro de los protagonistas y nos va
introduciendo así en el ambiente de burlesque.
La ambientación se completa con algunas mesas ubicadas junto al escenario,
donde los espectadores pueden cenar por un precio muy razonable (la entrada de
$190 incluye un plato para comer mientras se ve el show). Otra buena idea de
esta caja de sorpresas que es Burlesque
al Cubo.
Teatro:
El Cubo (Pasaje Zelaya 3053, Abasto) – Teléfono: 4963-2568
Funciones:
jueves a las 20:30 hs.
Duración: 2 horas y 10 minutos (incluyendo un intervalo de 10 minutos)
Precio
de las entradas: $120, $150 y $190 (esta última con plato incluido)
Entradas
en venta en el teatro o en www.tickethoy.com
Diseño
de luces, libro, coreografía y dirección general: Nicolás Pérez Costa
Elenco:
Gabriela Bevacqua, Julieta Cayetina, Payuca Del Pueblo, Lowrdez, Nacho Medina y
Nicolás Pérez Costa
Cuerpo
de baile: Natalia Araujo, Sacha Bercovich, Camila Carpio, Vicky Goldstein, Taisa Isola, Maximiliano Lista, Joaquín
Duhalde Longhi, Diego Martín, Agustín Morcillo, Karen Nieto, Melisa Nievas, Ale
Ord y Miranda Toderi. Reemplazo: Mica Dalí
Asistente
en dirección: Mica Dalí
Asistente
de Coreografía: Maximiliano Lista
Coreógrafa
Asociada: Taisa Isola
Fotografía:
Nacho Lunadei
Jefe
de diseño gráfico: Emiliano Páez para EP producciones
Jefe
de Montaje y entrenamiento en altura: Matias Landi Bratt
Diseño
de maquillaje y peinado: Sofi Nuñez Make up Artist
Maquillaje
en escena: Rahie Rched
Montaje
de percusión corporal: Agustín Morcillo
Diseño
y Realización de Escenografía: Ivana Fernández y Daniela Romero
Diseño
y Realización de Vestuario: Cristian Martínez y Enrique Zousa
Producción
Musical: Nicolás Contrera y Rober Baleis
Coordinación
General: Ramiro Manrique
Producción
Ejecutiva: Eric Báez y Katalina Nuñez
Twitter:
@burlesquealcubo
Facebook:
Burlesque al Cubo
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