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domingo, 28 de septiembre de 2014

Crítica de "Santa María, Ópera Rock", de Sergio Cohen Salama y Gastón Grinszpun

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Santa María,
Ópera Rock

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Centro Cultural Sábato).

Nivel: 6.5 /8
(Se completó el grupo. Ya podés votar en la comparación Nº2, que aparece bien arriba en la franja de la derecha. Más detalles al final de esta crítica)


¿De qué se trata?: El tiempo transcurre desde el año 1942 al 2014, Ciudad de Santa María. Las fuerzas policiales están bajo el mando de un dictador. Un grupo de jóvenes, guiados por El Idealista, se alza en busca de la libertad. La música es la que cuenta la historia, mientras el protagonista se enfrenta a su destino, a través del tiempo, la muerte, el amor, el poder, los ideales y lo más bajo de los seres humanos.

El punto fuerte de la obra: la puesta de Natalia Tamara Rosa (dirección) y Alejandra Farias (asistente de dirección).

Para empezar, me parece pertinente definir qué es una rock opera u ópera rock, para aquellos que no estén familiarizados con el término. Además, porque este no remite a un significado unívoco. Voy a dar una aproximación muy breve, para no apartar el foco de la obra que nos ocupa. En líneas generales, distingo dos tipos de ópera rock, y los voy a presentar a través de pioneros y casos emblemáticos: 

1) La ópera rock de Andrew Lloyd Webber.
Ejemplo: Jesucristo Superstar / Jesus Christ Superstar. Si bien comenzó siendo un disco con letras de Tim Rice y música de Lloyd Webber, su objetivo siempre fue llegar  a las tablas (el referido paso previo servía para tantear la aceptación del público, que fue extraordinaria). En ese álbum de 1970, la historia de la última semana de Jesús se relataba exclusivamente a través de canciones (rockeras, por supuesto). Cada cantante contratado interpretaba a uno de los personajes, y dialogaba con los demás, como en un musical o una ópera. En 1971, se estrenó su versión teatral en Broadway. El dúo británico repetiría la mecánica de lanzar primero el álbum conceptual y después estrenar la obra con Evita.

2) La ópera rock de The Who.
Ejemplo: Tommy. Hubo casos de óperas rock anteriores, pero ninguno con tanta repercusión como esta. Compuesta por el guitarrista Pete Townshend y sus compañeros de la banda inglesa The Who, Tommy fue lanzada como disco en 1969. [Conste que tanto en este caso como en el anterior, cuando digo disco, en realidad me refiero a discos, porque sabemos que el vinilo no albergaba tanta información.] Tommy contaba la historia de un chico que quedaba ciego, sordo y mudo, a través de canciones que interpretaba The Who. Esta es la principal diferencia con la categoría anterior: era la banda la que llevaba adelante toda la historia, en vez de tener una voz para cada personaje (como sí se hizo cuando Tommy llegó a Broadway o durante gran parte de la bizarrísima película que se estrenó en 1975). Al escuchar Tommy, no comprendemos del todo la historia, a diferencia de Jesucristo Superstar (de característica más dialógica y esencia de obra musical). Se juega mucho más con lo metafórico y la transición entre las canciones deja cabos sueltos. En la película, esto se aclara gracias a la imagen y algunas modificaciones.

Esta segunda línea es la que sigue Santa María, y es, desde el vamos, muy novedosa para la cartelera porteña (es muy probable que no se haya visto nada que se le parezca). Si solo escucháramos el CD de la obra, no entenderíamos del todo el relato. Esto se debe a que las letras de Sergio Cohen Salama y Gastón Grinszpun indagan en aspectos más abstractos (sobre todo, la lucha por un ideal y la opresión). Para todo lo demás está el libro de Cohen Salama, con un fuerte apoyo en acciones sin diálogos ejecutadas mientras suenan las canciones (de cualquier manera, la trama es simple). La música, también compuesta por los letritas, tiene el necesario estruendo y nos adentra en un universo de violencia. Es interesante ver cómo esto cambia durante el segundo acto, donde ya no nos encontramos en Santa María. A su vez, se nos exhibe un ejemplo de algo que sucede en Tommy: es un personaje el que habla pero es la banda la que canta. Los tres músicos en vivo (Cohen Salama, Grinszpun y Emilio Diéguez) conforman el grupo Muro Negro y son ellos quienes, desde el carril musical, van siguiendo y narrando la historia (a diferencia de las óperas rock de Lloyd Webber, los personajes no cantan). Todo suena con potencia gracias a la dirección musical de Grinszpun.

Sin lugar a dudas, si hay algo que se destaca en Santa María es la puesta de Natalia Tamara Rosa, con asistencia de dirección de Alejandra Frías. Desde el inicio mismo a la sala, el espectador se encuentra involucrado en el mundo de la obra, a través de ciertas sorpresas que no convendría revelar. Esto hace que Santa María sea toda una experiencia (como siempre digo, los espectadores demasiado conservadores no quedarán del todo satisfechos). Es muy valioso poder experimentar parte de la represión que viven los protagonistas, y uno llega a odiar a los oficiales Julián Cortina y Tomás Grinszpun. A su vez, el manejo de la atmósfera dramática tiene momentos óptimos y muy cinematográficos. Como ejemplo basta la entrada de cierto personaje en el cabaret “El Danubio Azul”. Además, se llevó al límite el tratamiento de la crudeza y la violencia, logrando imágenes con estética de novela gráfica sangrienta o de policial. Yo diría que nos encontramos frente a una puesta casi expresionista, con un elenco que posee una notable energía, encabezado por Facundo Rodríguez Sabia.


En cuanto al aprovechamiento integral del espacio, nada está librado al azar. Hay una diagramación detallista de cada una de las escenas, siempre buscando realzar el impacto sensorial. Incluso, cabe lugar para una coreografía cabaretera (de Valentina Duschatzky) o cuadros de acrobacia en tela (a cargo de Eliana Mara Cirnigliaro). Nuevamente, no es aconsejable entrar en detalles para no arruinar el factor de lo inesperado. Asimismo, la iluminación de Micaela Franzel realza el dinamismo del relato.

Me sorprendió la dedicación puesta en el vestuario (Alejandra Farias) y la escenografía, junto con la elección clave de algunas piezas de utilería. Estos factores consolidan la estética oscura de la obra y enriquecen tanto la caracterización de los personajes como la pintura de cada ambiente. Por nombrar algunos elementos, me gustó el criterio usado para los cuadros que pinta el protagonista y el uso de la taza y el plato de comida.
Una mención aparte merece el excelente video de Javier Pérez. Últimamente, es una práctica bastante extendida usar apoyo fílmico en el teatro. No obstante, no siempre se usa a consciencia. No es el caso de Pérez, que nos brinda muy buenas tomas y un expresivo criterio de edición. Sobre todo, durante el primer acto, en el que se proyectan imágenes en blanco y negro.

Por lo tanto, ya están advertidos los valientes. Tienen cuatro oportunidades más para agarrar su pasaporte, esconder sus armas y dirigirse a Santa María. [Conviene que también hagan la prueba los jurados de los Premios Hugo.]


Más información:
Dirección: Natalia Tamara Rosa
Dirección musical: Gastón Grinszpun
Asistente de dirección: Alejandra Farias

Funciones: sábados de octubre a las 22 hs.
Teatro: Centro Cultural Sábato (Uriburu 763, Recoleta). Teléfono: 4374-4448
Precio de la entrada general: $80.
Anticipadas: $60, en boletería de la sala (lunes a viernes 17 a 20hs)
Promoción: 2 x $130. Escribir a santamariarock@gmail.com (cupo limitado)
Reservas e información: santamariarock@gmail.com
Facebook de Muro Negro: www.facebook.com/muronegrorock

Músicos: Sergio Cohen Salama (voz, guitarras y bajo), Gastón Grinszpun (voz, teclados, bajo y saxo alto), Emilio Diéguez  (batería y coros)
Elenco: Facundo Rodríguez Sabia, Ignacio Cohen, Eliana Mara Cirnigliaro, Augusto Pablo Prieto, Julián Cortina, Tomás Grinszpun, Liliana Cobe, Carlos Larrañaga, Valentina Duschatzky, Sofía Martin, Alejandra Farias, Jonatan Acuña, Alejandro Sánchez Castillo, Romina Vallejos y Tute Vissani
Coreografía de “El Cabaret”: Valentina Duschatzky
Fotografía y diseño gráfico: Pedro Ezequiel Cuello


DETALLES SOBRE LA COMPARACIÓN Nº2:
Se compararán las obras: Juegos de fábrica, Ayres de cabaret y Santa María
Como ya había anticipado al implementar el nuevo sistema, cada vez que 3 obras llegaran al mismo nivel las iba a comparar para decidir cuáles 2 van a figurar en el ranking que se va a ir armando de a poco. Yo voy a elegir la primera y la segunda surgirá de la encuesta que pueden ver bien arriba en la barra de la derecha (si están en la versión móvil, es probable que no puedan visualizarla, pero pueden dejar su voto en forma de comentario en cualquier entrada o enviando un mail). La votación terminará el domingo 5 de octubre, y se puede seleccionar más de una obra. Si prefieren usar Twitter para votar, pueden mencionar @ECdeMusicales así veo su elección. Si nadie vota, 1 sola obra aparecerá en el ranking.
¿Cuál es el objetivo didáctico de esto?: Enriquecer la visión que podemos tener de cada obra en comparación con otras, descubriendo virtudes y flaquezas.
¿Cuál es el otro objetivo de esto?: Ponerle un poco de competitividad a la cuestión.

Muchas gracias,
El Espectador Crítico de Musicales
espectadorcriticodemusicales@gmail.com

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