Categoría: OBRA MUSICAL
Crítica de “50 sombras!,
el musical”
Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (Teatro Picadilly)
Nivel: 6.5 /8
¿De qué se
trata?: Tres amigas conforman un
club de lectura. Una de ellas, Pam, propone la lectura de “Cincuenta sombras de
Grey”, el best-seller erótico. Con él, intentarán encontrar su “diosa interior”
y reavivar sus fantasías sexuales. A medida que van recorriendo los capítulos
(entre masturbaciones varias), surgen de su imaginación las escenas de esta
relación sadomasoquista entre la inocente Anastasia Stelle y el joven millonario
Christian Grey, en forma de parodia.
El punto fuerte de la obra: Josefina Scaglione.
Sin embargo, hay que reconocer que el material original
no es una de esas grandes comedias que prácticamente fluyen solas porque están
increíblemente escritas. Para que 50
sombras!, el musical sea la experiencia divertida que es, hubo un trabajo
dedicado del equipo argentino.
Sí, es cierto, Gianola no es un exponente del teatro
musical, pero tiene una carrera de años haciendo todo tipo de comedias, y eso
también suma. Al cantar, por momentos juega con su voz (la imposta o usa
falsetes), tratando así de superar una falta de emisión más clara. En otros
pasajes, se centra en contar con la voz (y llega al máximo de su compenetración
al cantar sobre el “puño anal”, en uno de los números más entretenidos). En lo
actoral, sabe burlarse de sí mismo (interpreta a un personaje que debería tener
27 años) y tiene un gran sentido de lo caricaturesco, que cada tanto eyacula
sobre la narración. En fin, hace que Christian Grey sea un poco más simpático
(para mí, solo basándome en resúmenes y artículos sobre el libro, es
francamente un psicópata perverso que, como es multimillonario, piensa que
puede hacer cualquier cosa).
En cuanto a Josefina Scaglione (Anastasia Steele), no
me canso de repetir que es una de las mejores artistas del país. Cada nota que
canta estimula el punto G de los amantes del género, y en 50 sombras! su trabajo vocal es para el éxtasis. Como actriz, nunca
la había visto en un rol tan eminentemente cómico como este, y la verdad es que
su timing es perfecto. Su Ana sumisa
e ingenua es el alma de la historia, y tiene que hacernos creer que será libre
en una relación en la que, justamente, será completamente sometida. Hay pocas
intérpretes en los escenarios porteños que puedan pasar por diferentes estilos
y hacer todo eso a un nivel óptimo como el de Josefina (en síntesis, no deja
ningún “agujero” artístico sin llenar).
El excitado trío que conforman Gabriela Bevacqua,
María Rojí y Silvana Tomé (las amas de casa del club de lectura) es una orgía
de talento, potenciado por la química que tienen juntas. Ellas también logran
un nivel muy alto en el canto. Bevacqua, por su parte, hace un excelente
trabajo de desdoblamiento al encarnar también a Katherine, la amiga alcohólica
y ninfómana de Ana. De hecho, a la salida escuché que alguna espectadora
desprevenida pensaba que eran dos actrices distintas.
Cierra el sexteto protagónico Juan Bautista Carreras
(José), como el fotógrafo paraguayo que quiere conquistar a Ana. El público se
ríe mucho con cada una de sus intervenciones, que sirven como un lubricante que
refresca la historia.
Como director musical, el genial Martín Bianchedi
arranca orgasmos de las cuerdas de la guitarra, al frente de una banda que
mantiene una relación carnal con sus instrumentos: Colo Belmonte (batería),
Demián Kania (guitarra), Daniel Saralegui (bajo) y Marcelo “Pepi” Duclos (teclado).
Hay que decir que la música original no me parece demasiado inspirada, pero son
los arreglos apasionados de Bianchedi los que le dan expresividad.
Finalmente, la escenografía de Panetta es otro
añadido interesante, porque con un par de elementos clave define tanto el
lujoso departamento de Christian como el contenido sadomasoquista de la
historia, posibilita las transiciones y aporta algo de humor. El vestuario de
LOviendo ayuda a que veamos a los personajes como caricaturas y acentúa la
parodia (por favor, fijarse en las zapatillas de José).
En conclusión, estamos frente a un texto simple revalorizado por la adaptación local, con un humor penetrante y un tratamiento sin escrúpulos de su lasciva temática. Así y todo, esta obra podría haber caído en la frigidez teatral si no hubiera sido por un elenco con una alta libido musical. Así, son capaces de esposar al espectador a la butaca con su desinhibición, darle una nalgada con su comicidad... y flagelarlo con su talento.
En conclusión, estamos frente a un texto simple revalorizado por la adaptación local, con un humor penetrante y un tratamiento sin escrúpulos de su lasciva temática. Así y todo, esta obra podría haber caído en la frigidez teatral si no hubiera sido por un elenco con una alta libido musical. Así, son capaces de esposar al espectador a la butaca con su desinhibición, darle una nalgada con su comicidad... y flagelarlo con su talento.
Más información:
Dirección: Leandro Panetta
Producción general: Chino Carreras
Productores asociados: Daniel Alcocer y Juan Durán
Producción ejecutiva: Pilar Carreras
Asistente de dirección: Nadia Crosa
Vestuario, caracterización y objetos: LOviendo by
Mariana Peinado
Operador de luces: Daniel Del Mastro
Operadores de sonido: Luciano Couto y Diego Magrone
Fotografía: Curro alacios Taberner
Realización escenográfica: Tomás Bernasso
Community Management: #OMG! Press & Social Media
Prensa: Tommy Pashkus Agencia – Ariel Benitez
Twitter: @CarrerasProd
Facebook: 50 Sombras El Musical – Argentina
Teatro: Picadilly (Av. Corrientes 1524 – Teléfono:
4373-1900)
Precio de las entradas: $270 (a la venta en el teatro
y por Plateanet)
Duración: 1 hora y 15 minutos
Funciones: jueves y viernes 21:30 hs., sábados 21 hs.
y 23 hs. y domingos 20:30 hs.
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