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jueves, 8 de septiembre de 2016

Crítica de "Cerca del abismo", de Carla Liguori, Javier Raffa, Alejandro Brukman y Agustín Konsol

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Cerca del abismo

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2016 (Teatro El Cubo).


Al ingresar en la sala, el espectador se encuentra inmerso en un clima de futuro distópico. Este será el marco para un musical que utiliza esa supuesta distancia para tratar temas tan cercanos como el rol que ocupan los sentimientos en la búsqueda de la felicidad, el modo en que los anhelos determinan la forma de vivir y la relación entre la política, los mandatos sociales y la libertad. Para ello, el libro de Carla Liguori y Javier Raffa recurre a historias paralelas, que transcurren en diversos espacios: un lugar incierto, un país llamado Austerria y el Mundo Superior al que pertenece su clase gobernante. El texto es reflexivo y poético, pero a la vez entretenido y fácil de seguir. Los dramaturgos tienen la capacidad de narrar sin caer en una estructura obvia, y como son conocedores del género saben exactamente cuándo darle espacio a la música o al baile para que la historia se expanda con sus aportes.

jueves, 21 de agosto de 2014

Crítica de "Para tibio, pastel de manzana", de Carla Liguori, Javier Raffa y Alejandro Brukman

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Para tibio, pastel de manzana

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Teatro El Método Kairós).
NOTA (2015): 2º TEMPORADA TAMBIÉN EN EL MÉTODO KAIRÓS.
DOMINGOS A LAS 20:30 HS.
Entradas: $150. Promoción: 2 x $250 + CD de la obra de regalo.
¡RECOMENDADÍSIMA OBRA! El mejor musical actualmente en cartel.


Nivel:
Estrella Verde
 (Le doy “estrella verde” a las obras que están muy por encima de la media y que, por esto, merecen trascender los parámetros habituales de calificación. Desde la implementación del nuevo sistema, solo esta obra tiene “estrella verde”)


¿De qué se trata?: De nueve historias que giran y se entrecruzan, en una propuesta interactiva que nos invita a reflexionar sobre las elecciones que tomamos en nuestra vida y su incidencia. Además, el público puede decidir el destino de cada vida jugada arriba del escenario.

El punto fuerte de la obra: el libro y las letras de Carla Liguori y Javier Raffa.

Hace algunas semanas tuve un debate con la amiga de una amiga. Ella me dijo: “Tenés que confiar más en que todo pasa por algo”. Le dije que eso me parecía cuestionable, pero sostuvo que el azar no existía. Frente a semejante determinismo (casi propio de los griegos a.C.), respondí: “Sin embargo, cuando alguien quiere tomar una decisión tirando una moneda, puede repetir esta operación varias veces con altas probabilidades de que se le presenten alternativamente los dos resultados: cara y seca”. La discusión siguió, pero el punto es que mi conclusión me remite a parte de lo que muestra este musical: nuestra vida es una puja entre las decisiones que tomamos (o intentamos tomar) y lo inevitable. Sin dudas, hay innumerables cosas que escapan a nuestro control (quiénes son nuestros padres, por poner un ejemplo de la obra). No elegimos estar vivos, y no obstante somos un conjunto de billones de células que se organizaron perfectamente a partir de dos. ¿Podemos elegir libremente y a consciencia qué hacer con lo que nos viene dado?

martes, 12 de noviembre de 2013

Crítica de "2012, ¿y si fueran tus últimos días?", de Carla Liguori, Javier Raffa y Agustín Konsol

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de 2012, ¿y si fueran tus últimos días?

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Teatro “La Clac”).

Calificación: 9/10 

ATENCIÓN: QUEDAN LAS FUNCIONES DEL 24/11 Y EL 1/12



¿De qué se trata?: En el 2012, año en que las profecías mayas indicaban que iba a terminar el mundo, Vera cumple 30 años. Insatisfecha con su vida, tratará de encontrar la felicidad… antes de que sea demasiado tarde.

El punto fuerte de la obra: el desopilante libro de Carla Liguori y Javier Raffa.
El texto es gracioso, ácido e inteligente, fundamentalmente porque Liguori y Raffa delimitaron muy bien a sus personajes. Entonces, al saber perfectamente cómo se comportan, no necesitan recurrir al chiste fácil, sino que el humor brota de la interacción entre estos seres. Es más, cuando uno escribe una historia con personajes como estos, según mi visión, es difícil soltarlos, porque siempre hay algo más que se puede agregar, sin que desentone. Claro, siempre y cuando haya creatividad detrás, como en este caso.
Otro aspecto positivo del texto es que se nota que 2012, ¿y si fueran tus últimos días? es una obra argentina. Habla de muchos rasgos de nuestra idiosincrasia, y por eso los estereotipos nunca son forzados, y provocan más risas (hay una conexión directa con el espectador). Más allá de esto, también hay ocurrentes referencias a la cultura popular nacional.
Por esto, creo que el atractivo principal de la obra es que busca la constante complicidad de un público dispuesto a reírse de sí mismo, al verse reflejado en los personajes o algunas situaciones. Por ejemplo, y siguiendo como la idea de aceptación de uno mismo que propone la historia, yo me sentí identificado con el hecho de pedir que me llamen a mi celular en vez de llamar yo mismo, porque es frecuente que no tenga crédito. Pero, por otra parte, el texto apunta a que podamos reconocer aspectos de las personas que nos rodean, y poder decir internamente (como yo): “Mi mamá muchas veces se parece a Liliana” o “No estoy solo en eso de recibir llamados de operadores insistentes (y mensajes de texto con premios ilusorios de compañías de autos, al margen)”. Esto se logra gracias a la mirada atenta de la realidad contemporánea que tienen Liguori y Raffa, y su capacidad para traducirla en diálogos afilados y comentarios ingeniosos, como los que Vera (aunque algunos son políticamente incorrectos, uno no puede evitar pensar que tiene razón). A través de Vera, un personaje muy bien escrito, pueden jugar con la ironía y, al mismo tiempo, generar empatía.
Lo que nos proponen es encontrar el lado cómico a lo que podemos ver como negativo en nuestra vida. A todos nos ha pasado sentir que fracasamos y no sabemos cómo seguir o tenemos la autoestima baja o nos preguntamos, como indica el título, qué haríamos si supiéramos que nuestra vida está por terminar. Por eso, tiene mucho valor el mensaje que la obra quiere transmitir, frente a otras respuestas más vanas a la desesperanza, como ciertos libros de autoayuda (en el musical se parodia el fanatismo por El Secreto, que reconozco haber hojeado un poco, por curiosidad).
Las letras, del mismo dúo creativo, son originales y graciosas (hay, por ejemplo, una canción sobre Freud, otra sobre refranes y otra sobre las malas palabras).

La inteligente dirección de Liguori demuestra su conocimiento del teatro off. Destaco, sobre todo, la dosificación del recurso de romper la “cuarta pared” para hablarle al público y la idea del pizarrón. Encargada también de la escenografía, tuvo inventiva para crear espacios con pocos recursos, y es interesante ver cómo quiso definir una estética con tonos azulados (acompañada por el vestuario, también de Liguori, y las luces).

En lo interpretativo, Liguori (como Vera) brinda una actuación magnífica, y muy divertida, en la que se apoya toda la obra. También es una sorprendente cantante, como se percibe en el número “Perdida”, con una melodía lindísima (la música es de ella misma y de Agustín Konsol). No pasa desapercibido su breve tributo al Aria de la Reina de la Noche.
Es difícil componer para una comedia, pero la música de 2012…no desentona, sino que suma humor. Liguori y Konsol compusieron un musical hecho y derecho, porque la música es teatral, y acompaña el tono de la obra. Por esto, las melodías se ajustan a los personajes.
En ese sentido, pienso que el número musical más logrado es de Pato Chaneton (Liliana, la madre de Vera), con una composición actoral genial.

Liguori reunió a un muy buen elenco, con actores que ponen mucha dedicación y se manejan bien con el humor.
Me gustaría resaltar los trabajos de Facundo Velez (como Dante, el amante de los refranes) y Sabrina Artaza (como Solange, la amiga de Vera). Velez le imprime a Dante una voz nasal, y es capaz de seguir colocando el aire en ese sector mientras canta (por cierto, brinda un homenaje simpático y ocurrente a la comedia musical y nombra, por ejemplo, el belt). Artaza, por su parte, se destaca en lo interpretativo, con un personaje tan disparatado como entrañable.

El elenco se completa con Carlos Miceli (como el psicoanalista), Fernando Devito (Ernesto Plagas, un profeta de esta era), Javier Belay (Pedro, de quien Vera está enamorada) y Belén Caccia (Constanza, una operadora de Telefónica). Todos ellos aprovechan sus intervenciones para arrancar risas y se mueven cómodos en lo musical.

La presencia de Agustín Konsol en el teclado, en vivo, suma mucho. El músico toca con pasión, ritmo y técnica. Se nota que tiene mucha intuición para lo musical y que sabe darle expresividad a las melodías, tomando decisiones de muy buen gusto. Además, junto con José Luis Marinelli, armó los arreglos corales.

Desde mi punto de vista, el humo es innecesario, y encarece la producción. Pero, si no molesta a los intérpretes para cantar, no resta.

Dato de color: en el baño de hombres del teatro “La Clac” hay un póster de El Fantasma de la Ópera.

En resumen: Un excelente e ingenioso texto de Carla Liguori y Javier Raffa y la descollante interpretación de Liguori son los dos pilares de esta entretenida propuesta, que logra generar interés inmediato en el espectador. A través del humor y la ironía, permite que el público se ría de su propia vida, reflejada en los personajes. Es notable la dedicación de todo el elenco. Se destacan el brillante el trabajo de Agustín Konsol en el teclado, las actuaciones de Facundo Velez y Sabrina Artaza y el número musical de Pato Chaneton.

Aunque, como diría Vera, “¡Qué me importa! ¿Quién carajo se creen que son los críticos para opinar de obras que no hacen? Son unos fracasados, cuyo único mérito es ser parte de un grupo de pelotudos que no se miran a sí mismos, y pretenden corregir a los demás. ¿Por qué no se suben esos infelices al escenario? Seguro que los hijos de puta saben que son una mierda y, para contrarrestarlo, se descargan con los demás, y les chupa un huevo su esfuerzo”.

Más información:
Dirección: Carla Liguori.
Teatro: La Clac (Avenida de Mayo 1156). Para que lo encuentren más fácilmente, aclaro que se ingresa a través de un bar.
Funciones: domingos a las 20:33 hs.
Duración: 2 horas.
Entradas: $100 (consultar Facebook o el mail de la productora para 2x1).
Dirección de actores: Fernando Devito.
Dirección vocal: José Luis Marinelli.
Maquillaje y rulos: Sofía Nuñez.
Asistente generalísimo: Santiago Tezza.
Producción general: De Eso Se Trata Creaciones Artísticas.
Reservas: deesosetratacreaciones@gmail.com y a través del Facebook de la productora.

https://www.facebook.com/deesosetrata.creacionesartisticas

Fotos: Fuentes 2 Fernandez.

martes, 24 de septiembre de 2013

"Figuras del Musical: concierto a beneficio de Rodrigo Machado"


Este sábado 28 de septiembre, en el Teatro Sha, se llevará a cabo un prometedor concierto: “Figuras del Musical”. Será a beneficio de Rodrigo Machado, un artista cordobés de 38 años, que necesita una silla de ruedas motorizada. Será una única función, a las 16 hs.
La conducción estará a cargo de Rodolfo Valss y formarán parte de él grandes exponentes del teatro musical argentino (y grandes personas): Cecilia Milone, Marisol Otero, Laura Manzini, Natalia Cociuffo, Diego Hodara, Alejandro Paker, Magalí Sanchez Alleno, Julián Pucheta, Carla Liguori, Santiago Sirur, Belén Pasqualini, Mariano Zito, Millie Almeida, Rosana Laudani, Emiliano Trillo, Alejandra Farías, Mariano Magnífico y Lisandro Etala.
La mayoría de ellos son artistas excelentes (incluso, según mi criterio, hay en la lista algunos de los mejores de la escena actual). Por eso, estoy seguro de que disfrutaremos de un show impactante y sin precedentes. Fascinará a todo amante de los musicales (el repertorio incluye canciones de obras muy destacadas) y de la buena música en general. Además, podremos ayudar a una muy buena causa.
La entrada general cuesta $80 (muy por debajo del valor de las plateas para muchos musicales, así que es una oportunidad que no conviene dejar pasar). Además, hay promociones: 2x1 con la tarjeta del Club La Nación y 30% de descuento con la del Banco de la Nación Argentina.

 Me gustaría transcribir en este blog el relato de cómo la vida de Rodrigo dio un vuelco a partir de su internación en 2010, tomado de la página web http://www.rodrigomachado.com.ar/ (donde vale la pena entrar para leer, además, la biografía de Rodrigo, y descubrir su pasión por el arte). Como dice un amigo de Rodrigo, él es un “ave fénix”, por su capacidad de resurgir, con optimismo y perseverancia. Sus colegas y quienes asistamos al concierto lo podemos ayudar a renacer.



“Rodrigo, el 27 de enero de 2010 ingreso a la guardia del Hospital Ramos Mejía para ser sometido a una intervención quirúrgica con el fin de retirar de su espalda una masa osteomielítica que habría destruido por completo su tercer vértebra dorsal, reconstruyendo la misma con hueso sacado de su propia cadera.
El pronóstico de esa operación era totalmente incierto: hasta no abrir no se sabría cuán comprometida estaría su médula y lo mas terrible de todo era que los médicos no aseguraban si volvería a caminar o no.
RESULTADOS: la masa ostiomielítica era mucho mas grande de lo esperado y hasta el día de hoy no volvió a caminar. No sólo eso, tiene sensibilidad en tan sólo una cuarta parte de su cuerpo (brazos, cabeza y una parte del torso).

Estuvo internado por 15 meses seguidos a raíz de complicaciones que se sumaron a su estado post-operatorio, como ser: bacterias intrahospitalarias, cirugías que no fueron bien hechas (mala praxis) etc. Recién pudo salir del hospital en Abril de 2011, y hasta la fecha (2 años en total) continúa su vida desde una cama en la casa donde vive.

Rodrigo, vive solo con su mama de 72 años. Bety, quien lo tiene como persona a cargo en su obra social (PAMI).
Bety, ademas de ser la mama de Rodrigo; es todo. Bety es quien hace las cosas comunes de cualquier mama, y mucho más. Bety va y viene haciendo trámites, con toda la fuerza que tendría una mujer de 30, 40 o 50. Pero la realidad es que tiene 72, y que ella también se merece un poco de descanso ante tantas trabas y burocracias que le interponen en el camino, quienes en realidad debieran estar para ayudarla.
POR SUERTE, HACE MUY POCO HEMOS CONSEGUIDO QUE PAMI LE DIERA UNA SILLA DE RUEDAS QUE TANTO NECESITABA.
Pero al ser una silla de las más comunes en calidad y servicio que presta, no es la ideal para Rodrigo.

Rodrigo necesita una silla fuerte, que le devuelva un poco de seguridad y que le brinde mayor confort como para poder estar en ella y trasladarse a algún lado.

Ni su Mama ni el tienen el sueldo fijo de un trabajo. Por eso Rodrigo hace trabajos desde su cama, por ejemplo: TEJIDOS, VIDEOEDICIONES, VENTA DE PERFUMERIA POR CATALOGO.
Pero con todo eso, apenas logran vivir como el resto de las personas, por eso hoy les pido una mano. Para lograr juntar los fondos necesarios para comprar la silla de ruedas motorizada que tanto necesita.

Rodrigo Machado es un joven de 38 años recientemente cumplidos; Director teatral, puestista, vestuarista y escenógrafo, autor de comedias musicales. A Rodrigo es la pasión por el arte y el amor a la vida lo que lo mantuvo de pie en esta lucha enorme por SU vida...

¡COMENZAMOS A JUNTAR DINERO PARA QUE RODRIGO PUEDA TENER UNA SILLA DE RUEDAS ELECTRICA!”


 ¿Como colaborar?
*Haciendo un depósito o transferencia, aportando lo que puedas.
Caja de Ahorros $ 317-712450/0 (Banco Frances). La CBU correspondiente a la cuenta es: 0170317540000071245001
*Comprando la entrada para “Figuras del Musical”, en el Teatro Sha o por Plateanet (5236-3000): http://www.plateanet.com/Obras/figuras-del-musical--concierto-a-beneficio.
*¡Difundiendo!


martes, 30 de julio de 2013

Crítica de "Frida, entre lo absurdo y lo fugaz", de Carla Liguori, Javier Raffa y Agustín Konsol

Crítica de Frida, entre lo absurdo y lo fugaz

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Teatro La Comedia).

Calificación: 9/10



¿De qué se trata?: Un recorrido por los hitos más destacados de la vida de la pintora mexicana Frida Kahlo, tanto desde un punto de vista intimista como en contacto comprometido con su entorno. Se exploran sus relaciones con, por ejemplo, Diego Rivera, Tina Modotti, Chavela Vargas y León Trotsky.

El punto fuerte de la obra: la dirección general de Carla Liguori. Ella es el motor de este espectáculo (además de su gestora), garantizando que nada esté fuera de lugar, y la creadora detrás de las brillantes decisiones artísticas. Su tarea es titánica, porque no solo tuvo que coordinar a 40 artistas en escena (sí, son realmente 40), sino que tuvo que estar en cada detalle de una obra que desborda creatividad, y se nota que no se hizo al azar. El esfuerzo está puesto para que todos los recursos sean teatrales y enriquezcan la historia, y la increíble fuerza visual no es gratuita, no es un simple efecto (me referiré a esto más adelante). Se nota que hay búsqueda artística, que se quiso hacer algo distinto, en vez de tomar la salida más fácil. En este caso, la búsqueda fue exitosa, porque potencia lo que se quiere contar. Todo está muy integrado gracias a la dirección; todos los elementos están atravesados por la original visión de Liguori.

Las coreografías de Nadia Savl son impactantes. Logró desarrollar tres estilos muy diferenciados entre los integrantes del ensamble que conforman el cuerpo de baile. Esos estilos se dan dentro de tres grupos: las seis bailarinas que representan a la muerte (con una técnica asombrosa), los bailarines del cuadro “Gringolandia” (con un estilo jazzero) y los bailarines mexicanos (se mueven con mucha gracia y pasión). De todos, el que más me gustó fue el de las bailarinas de la muerte, porque presentan movimientos muy imaginativos (sobre todo los que hacen afirmadas en una sola pierna) y figuras fantásticas (y difíciles de hacer), efectuando contorsiones con sorprendente naturalidad. Utilizan tanto la media punta como la punta. El uso de estas bailarinas (que, en una interesantísima decisión, reciben a los espectadores apenas entran a la sala) se vuelve muy simbólico y efectivo a lo largo de la obra. Hay que mencionar que el enriquecedor entrenamiento acrobático y la asistencia coreográfica estuvieron a cargo de Aldana Queirolo. Es cierto que no se puede definir qué estilo es el que bailan (por momentos, danza contemporánea, mezclada con elementos de clásico, y por otros, danza acrobática). Incluso, un espectador que tenía a unas butacas de distancia comentaba que le hacía acordar a Cats. Pero yo lo interpreté como un aspecto de la imprevisibilidad de la muerte, por momentos delicada y sigilosa y por otros violenta y abrupta.
Pero, más allá de esos tres grupos, la coreografía está presente en marcaciones para otros personajes, como para los jóvenes revolucionarios  durante “Juventud ardiente” (donde, además, se integraron muy bien los libros al baile) o en el cuadro “Torcida”, donde adquiere también un simbolismo fuerte (acompaña perfectamente lo que se dice, pero también sugiere más allá de las palabras).


La dirección de arte de Mariano Pauplys y el trabajo del encargado del contenido audiovisual, Guido Tondo, se lucen durante todo el espectáculo, y constituye un ejemplo de cómo apelar a la inteligencia para resolver la escenografía con pocos recursos, así como aprovechar el espacio. Esto se debe a que los escenarios (muchas veces, abstractos y originales) se proyectan en tres pantallas, ubicadas en distintos planos (para facilitar las transiciones al entrar y salir los personajes). Complementa perfectamente la historia, e ilustra el universo creativo de la mente de Frida (por ejemplo, durante “Lo que el agua me dio”, siendo el agua, además, tan importante para la pintura), pero, además, se adentra en cuestiones más complejas y dolorosas con audacia. También, permite mostrar fragmentos de la obra de Frida y algunos de la de Diego Rivera.
Me gustaría sugerir (sin dar muchos detalles) tres momentos donde se hace un uso muy interesante de las pantallas: las escenas del tranvía, la del mural donde Diego Rivera incluye a Lenin y la de los clavos.
Más allá de las pantallas, se utilizan elementos como sillas, mesas y una cama para la escenografía.

Desde lo actoral, Carla Liguori es una Frida muy convincente, que muestra distintos matices al actuar y cantar. Es un personaje complejo, que ella aborda siempre desde la fortaleza, aunque no le escapa a la emotividad. Sus vínculos fueron muy importantes para su obra, y la actriz logra establecer relaciones significativas. Tiene la tarea de explorar diferentes aspectos, por ejemplo, la juventud revolucionaria y apasionada que marcaría su vida, el cinismo y la audacia, la extraña relación con su marido Diego Rivera (“incomprensible para los extraños”, según el programa), la militancia desde la adultez, el reconocimiento como pintora y la tragedia. Liguori está casi todo el tiempo en escena, y tiene la responsabilidad de llevar adelante el ritmo de la obra. Se nota que hubo mucha investigación para componer a un personaje tan rico.

Por supuesto, el guión de la misma Carla Liguori y Javier Raffa ayuda mucho. Hace un buen resumen de los acontecimientos y facetas más importantes de la vida de Frida, permitiendo entender por qué fue una persona transgresora, que dejó una huella en la historia, y cómo su vida influyó en su pintura. También, se propone ilustrar la consigna de una vida marcada por “lo absurdo y lo fugaz”. Además, a pesar de que el espectáculo es relativamente largo y no tiene intermedio, no aburre, y es muy dinámico e interesante. Hay un equilibrio muy bueno entre las escenas más intimistas y las grupales.
La misma dupla escribió las letras, que permiten adentrarse en la mente de los personajes, que el entorno de la pintora refleje situaciones importantes o incluso situar el contexto de la acción. Algunas letras tienen metáforas muy buenas.



La música es de Carla Liguori y Agustín Konsol, y su variedad la hace atractiva. Adquiere fuerza y expresividad al transitar tanto los graves como los agudos dentro del mismo motivo musical, plasmando probablemente las ya comentadas facetas que presenta Frida y otros personajes centrales. Todos fueron trabajados desde su condición de humanos ante un contexto convulsivo y un destino adverso, ante el que no son indiferentes. La preparación vocal es de Maia Barrio, y me sorprendió el alto nivel vocal que demuestran tener muchos de los miembros del elenco, lo que demuestra que las audiciones fueron rigurosas (lo mismo se ve en el baile). Los arreglos corales del experimentado Gabriel Giangrante garantizan que en las escenas donde muchos personajes cantan a la vez realmente se escuche que hay muchas voces, con variaciones que enriquecen la partitura. Lo interesante de la música es que no busca generar melodías pegadizas, sino acompañar el relato.
A propósito, el sonido (de Lavecchia Sonido, operado por Abel Zamundio) es muy bueno.
Volviendo a un tema de dirección, la distribución espacial está muy bien pensada, sobre todo para resolver cuadros numerosos, donde se aprovecha el ancho y la profundidad del escenario. Otra decisión acertada para contribuir a la estética es la de las telas que operan las bailarinas de la muerte (acompañadas correctamente con lo que se proyecta, para estremecer, en una escena que no conviene adelantar).

Ariel Leyra es un estupendo Diego Rivera, sobre todo en lo actoral. Muestra un compromiso constante y se conecta muy bien con Liguori.
Del resto del elenco (que tuvo entrenamiento actoral con Zaida Rico), si bien todos aprovechan sus pequeñas intervenciones (Frida y Diego son los que más tiempo están en escena, y el resto va rotando), me gustaría destacar a dos intérpretes. La primera, Diana Amarilla como Matilde Kahlo (una de las hermanas de Frida), que demuestra sensibilidad y destreza vocal. La segunda, Sabrina Artaza (como Tina Modotti), principalmente porque resulta una revelación en lo actoral y vocal (ya se sabe que es buena bailarina), y porque su personaje tiene la frescura necesaria.

El vestuario del estudio Saldiva-Spiridone sobresale por su diversidad (hay varios cambios de ropa), y es sorprendente, así como el maquillaje de Sofía Núñez (sobre todo para las bailarinas de la muerte) y el peinado de Claudia Penas (se hizo un buen trabajo con el pelo del Frida).

La iluminación de Magdalena Berretta Miguez está en sintonía con lo que se proyecta (se prioriza que no tape la pantalla). Un muy buen recurso lumínico se utiliza en la escena del funeral.

En resumen: Este musical de fuerte estética e impronta visual, comandado por la visión creativa de su directora, Carla Liguori, brinda una entretenida biografía de la pintora mexicana Frida Kahlo, que además permite comprenderla en sus múltiples facetas.

Prensa: Duche-Zarate (www.duchezarate.com.ar).

Fotografía: Gonzalo Guerechit Ratti.

https://www.facebook.com/fridaentreloabsurdoylofugaz

Más información:
Dirección: Carla Liguori.
Teatro: La Comedia (Rodríguez Peña 1062).
Duración: 2 horas y 15 minutos.
Funciones: lunes a las 20:30 hs.
Entradas: $100.
Promoción: 2x1 con Club La Nación.

Elenco: Carla Liguori, Ariel Leyra, Marisa Provenzano, Manuel Feito, Candela Cibrián, Diana Amarilla, Carolina Díaz Codeso, Javier Belay, Pilar Miori, José Luis Marinelli, Sabrina Artaza, Eugenia Encina, Carlos Micelli, Pamela Tello, Eduardo M. Blanco, Pato Chaneton, Juan Otero Ramos y ensamble. Reemplazos femeninos: Florencia Bobadilla.