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domingo, 22 de diciembre de 2013

Crítica del concierto de Vanesa Butera, Emanuel Arias y Francisco Ruiz Barlett en la Fábrica de Juguetes de la Fundación SI

Categoría: EVENTO ESPECIAL

Crítica del concierto acústico de Vanesa Butera, con Emanuel Arias y Francisco Ruiz Barlett, en la Fábrica de Juguetes de la Fundación SI 

Calificación: 8 /10 


El miércoles pasado (18 de diciembre) visité la Fábrica de Juguetes de la Fundación SI, ubicada en el barrio de Palermo, en la C.A.B.A. Hace ya unos días que Carranza 1962 se puebla con voluntarios, que con paciencia y amor se ocupan de fabricar juguetes artesanales para chicos en situación de calle. Además, ahora, se puede ir a cocinar para la “recorrida por el frío” especial que se va a hacer durante la noche del 24 de diciembre, para acercarle comida a los sectores más vulnerables de nuestra ciudad. Allí, se repartirán los juguetes que la gente puede seguir fabricando. Esta iniciativa es excelente, y nos hace reflexionar a todos sobre la diferencia que puede hacer un poco de nuestro tiempo.
Me sorprendió la habilidad manual de muchas de las personas que vi en la fundación, compenetradas para lograr que todo salga perfecto. La fundación provee materiales para hacer los juguetes, y uno puede instalarse en distintos sectores, según lo que quiera hacer (cada una de las divisiones tiene un encargado a quien recurrir en caso de ayuda o para pedir materiales). Se pueden fabricar muñecos a partir de medias que se rellenan; coser tomando como referencia moldes para hacer, por ejemplo, un títere; adornar accesorios como cuadernos o crear otros, como imanes, y pintar juegos de mesa o inventar juguetes con madera. Por supuesto, en la fundación están abiertos a la creatividad de cada uno, y se puede hacer lo que uno crea que le salga mejor.
En mi caso, me dediqué a hacer tarjetas de Navidad para acompañar los regalos durante las horas que estuve. Sí, es más fácil que cualquiera de las otras cosas, pero igual le puse entusiasmo, y las dibujé y pinté, además de escribirles un mensaje. Dibujé decenas de renos voladores, muchos Papá Noel, estrellas fugaces, un pesebre con Jesús, José y María y varios arbolitos de Navidad (al punto de terminar con las manos manchadas con plasticola verde por mi torpeza). Me divertí mucho y me sentí útil. Por eso, quiero agradecer a la Fundación SI por apostar por una causa tan noble.

Frente a este panorama, obviamente, el análisis del concierto que dieron Vanesa Butera, Emanuel Arias y Francisco Ruiz Barlett pasa a un segundo plano, si bien fue muy lindo. Por eso, es una crítica exprés. A la iniciativa solidaria le pongo un 10, pero al concierto lo califiqué con 8 (para ser justo, en comparación con otras calificaciones que di).
Debo decir que a los tres cantantes los vi haciendo juguetes, y que se esforzaron para que quedaran bien (así como Nicolás Maiques, que me sorprendió con el patrón psicodélico que le dibujó a un tablero de Ta-Te-Ti).
En fin, le puse estrellitas verdes a los momentos más destacados del repertorio (todas son canciones propias de los artistas), y estrellitas doradas a lo mejor de lo mejor.

Repertorio:

1. “Improbable” - Vanesa Butera 
  
2. “Besos” - Emanuel Arias

3. “De tu amor” - Francisco Ruiz Barlett

4. “No digas nada” - Vanesa Butera

5. “Camino”- Emanuel Arias

6. “Gusto de vos” - Vanesa Butera

7. “Alambraré” – Emanuel Arias (con Vanesa Butera)

8. “Pero” – Vanesa Butera

9. “Aunque descubras todo” – Francisco Ruiz Barlett

10. “Tu luz” – Emanuel Arias

11. “Al Don Pirulero” – Vanesa Butera

En apenas 45 minutos, pudieron revelarse como compositores atractivos.
Cabe destacar, más allá de la buena predisposición de los artistas, un sentimiento de camaradería entre ellos. “Es como un fogón con amigos”, dijo Butera, que fue quien brindó las interpretaciones más interesantes, gracias a sus entretenidas composiciones y a su buena voz. Además, introdujo la canción con el tema más original: “Improbable” (aunque debo decir que también me gustó la letra de “De tu amor”, de Fran Ruiz Barlett). Butera interactuó constantemente con el público, bromeando sobre sus canciones, que atacan a ciertos hombres. Ruiz Barlett le siguió el juego, retrucándole algunas cosas.
Las canciones de Butera presentaron algunas frases ingeniosas, como “Te quedás a un tiempo verbal de saber”.
Otro gesto de compañerismo se vio cuando Ruiz Barlett dejó de cantar “De tu amor”, porque se dio cuenta de que el tono sería complicado para que Butera se adecuara para hacer los coros, y decidió cambiarlo.
Emanuel Arias invitó a Butera a cantar “Alambraré” con él, y participó del cambio de roles que requirió la presentación. Por ejemplo, se sentó en el cajón peruano cuando Ruiz Barlett (quien lo usó la mayor parte del tiempo) debía tocar la guitarra.
Se dio, entonces, un agradable concierto intimista, con dos guitarras y un cajón peruano, y apoyo entre los cantantes, que intervenían en las canciones de los demás a través de coros.
Me sorprendió que el sonido fuera bueno, al no ser un lugar destinado exclusivamente a conciertos. No sé quién se encargó del tema, pero lo felicito.

Al margen, quiero decir que Franscio Ruiz Barlett donará la mitad de lo recaudado con su disco (Algo Más), interpretado por cantantes de musicales, a la Fundación SI. Tiene muy buena música (link a la crítica).

PARA SABER MÁS ACERCA DE LA “FUNDACIÓN SI” Y LA FÁBRICA DE JUGUETES:

Cel. (011) 15-5410-7309
Tel. (011) 4858-0154
Dirección de la Fábrica de Juguetes: Ángel Justiniano Carranza 1962

Mail de las “recorridas por el frío”: recorridas@fundacionsi.org.ar

viernes, 13 de diciembre de 2013

Crítica de "El Loco de Asís", de Manuel González Gil y Martín Bianchedi

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de El Loco de Asís

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Teatro Margarita Xirgu – Espacio UNTREF) - 2014 (Teatro El Cubo).

Calificación: 7 /10 

2014
ATENCIÓN: AHORA EN EL TEATRO EL CUBO (PASAJE ZELAYA 3053)
LUNES A LAS 21 HS.
PRECIO DE LAS ENTRADAS: $80 y $140
PROMOCIONES: 2x1 con Club La Nación (tuentrada.com o boletería) y 2x1 con Clarín 365, Club Socios Personal y CuponStar (sólo en boletería)
CuponStar: enviá un sms con la palabra CUBO al 70709; vas a recibir otro sms, que tenés que presentar en boletería

www.atrapalo.com.ar/entradas/el-loco-de-asis-el-musical_e91300/
www.tuentrada.com


El punto fuerte de la obra: la calidad vocal de los intérpretes.
Debo confesar que, si esta fuera una obra nueva, hubiera elegido las teatrales y bellas melodías que compuso Martín Bianchedi, hace 30 años (si bien, para esta versión, una se agregó y otra se cambió). Estoy convencido de que la razón más importante por la que este musical conmueve es por el uso que hace de la música, y es por medio de ella que transmite el mensaje de Francisco. Además, la música incidental que Bianchedi compuso para acompañar las escenas de texto las refuerza y le da cohesión a toda la obra.
Pero cabe destacar que una de las sorpresas de esta versión son las voces del elenco, que ayudan a que la fuerza emotiva de la partitura pueda ser plasmada.
En primer lugar, porque cantan con solvencia mientras bailan, a pesar de que las coreografías de Rubén Cuello (con Carolina Pujal como coreógrafa repositora) demandan energía. Es cierto, no todos los miembros del elenco hacen esto con tanta habilidad, pero noté que muchos manejan muy bien el aire, a pesar de que lo que deben cantar no es muy sencillo.
En segundo lugar, porque para montar El Loco de Asís se necesita de un ajustado trabajo coral (los arreglos son de Eugenio Perpetua). En este caso, los coros suenan impecables, y suman mucho la hora de transmitir la fraternidad que pregonaba San Francisco. Si bien el sonido de la sala no es perfectamente nítido, se realizó un gran trabajo para permitir que todo sea perfectamente escuchado, y que se puedan lucir las distintas líneas melódicas contrapuestas, junto con las pistas con la música de Bianchedi (y los espectaculares arreglos del maestro Gerardo Gardelín).
También, hay momentos con solos destacados (gracias, nuevamente, a que Bianchedi pone vocalmente a prueba a algunos de los artistas), si bien son breves.
Todo el elenco funciona en forma integrada, y se distingue a un solo protagonista: Francisco. Más allá de que algunos tengan roles pequeños, la mayor parte del tiempo forman parte de un conjunto: el de los seguidores del santo, o franciscanos.
Así lo dispuso el libro de Manuel González Gil, que decidió no presentar una biografía de Francisco. Puede que los nerds religiosos (entre los que me incluyo) se queden con ganas de ver escenas clave de su vida si piensan en la obra como un relato convencional. Por eso, hay que considerarla como el musical conceptual que es, que trata de transmitir un concepto: la prédica de Francisco, su mensaje de amor y hermandad. Por ejemplo, se recalca su llamado austeridad y el escándalo que ocasionó en la sociedad de su tiempo (incluso dentro de la Iglesia). Lo tildaban de ocioso y lo consideraban un loco… y lo era, porque se jugó a vivir por un ideal con una entrega admirable.

Hace poco, hojeé un libro que Hermann Hesse escribió sobre San Francisco de Asís. Allí, decía que San Francisco vivió cotidianamente lo que predicaba, porque actuaba con absoluta coherencia con respecto a sus palabras. Esto me recordó a lo que está haciendo actualmente nuestro Papa Francisco, y también noté que esa es la conclusión que yo había sacado de El Loco de Asís. Me parece que González Gil quiso contar eso: la historia de un hombre que no traicionaba sus principios, y se animaba a llevar su mensaje a los demás, pese a las dificultades, porque sabía que todos estaban llamados a vivir felices. Se enamoró profundamente de Dios, y por eso se dice que fue el santo que vivió en forma más parecida a Jesús. Se apropió de las enseñanzas del Evangelio, y cultivó el amor al prójimo. Como diría el Papa Francisco, “hizo lío”; no se quedó en su posición acomodada, sino que salió al encuentro de los demás, y vivió en forma desprendida, siendo un modelo para muchas personas.
El multifacético Francisco Ruiz Barlett demuestra comprender ese espíritu, y brinda una destacada actuación como Francisco, con todo el compromiso emocional que requiere. Transmite su exaltación, sus ganas de cambiar al mundo, al actuar, cantar y bailar. Además, se muestra como un instrumento humilde de Dios.

El libro de González Gil, entonces, se concentra en los ideales de Francisco, y va directo a ese punto, sin desviarse. Por esto, la obra puede parecer un poco repetitiva, pero refuerza un mismo mensaje. A mí, me resultó un poco corta.
Los parlamentos no son particularmente elaborados, y se le da más importancia a las canciones, donde las letras de González Gil expanden el concepto. Me gustó la inclusión de la grandiosa oración “Hazme un instrumento de tu paz” y de palabras de San Francisco.

Se refleja, también, la vitalidad; la idea de una Iglesia viva y activa, gracias al entusiasmo de sus fieles. Se presenta la vida de los franciscanos como una constante celebración (sobre todo, durante la canción “Ven al baile del mundo”). La música tiene elementos de rock, y las coreografías son festivas.
La escena “Dios vendrá esta noche” me pareció la más emocionante.
Hay que decir que el clima varía por momentos, y que la música de Bianchedi acompaña estos cambios. Por ejemplo, cuando hay una alabanza más personal a Dios, o durante la canción “Apocalipsis”.

Como director, González Gil supo manejar el espacio, para que el relato no sea monótono. Una buena idea fue la forma en la que encaró la escena de los represores. Otra, la del citado cuadro “Dios vendrá esta noche”.
La escenografía de Jorge Ferrari es sencillísima, pero la posibilidad de trabajar en planos elevados ayuda al director.
El vestuario de Anahí Core y Sofía González Gil (que reemplazó al del cotizado Pablo Battaglia) es también muy simple, pero no se necesita más. Hay un dejo de contemporaneidad en la vestimenta, que podría sugerir que, hoy en día, también se puede vivir con el amor como principio. El hecho de que la puesta sea tan despojada va en sintonía con el concepto de austeridad.
La iluminación de Gonzalo Córdova es adecuada y aprovecha los recursos de la sala, aunque no cumple una función demasiado esencial.

Compré el CD en el teatro, a un buen precio: $40. En él, se puede apreciar mejor el trabajo coral y los arreglos de Gardelín, gracias a una prolija mezcla de sonido. Dura unos 48 minutos.

En resumen: Una obra que conmueve con su música, a partir de la cual se transmite el mensaje de amor de San Francisco. Es brillante el trabajo vocal del elenco, potenciado por los arreglos corales, que dan idea de fraternidad. Las coreografías son enérgicas y crean un clima festivo. Francisco Ruiz Barlett se sigue consolidando y se luce en el protagónico.

Más información (2013):
Dirección: Manuel González Gil.
Elenco: Francisco Ruiz Barlett, Anahí Core, Sergio Paglini, Elis García, Ana de Vicentiis, Antonela Fucci, Francisco González Gil, José García Alcázar, Ezequiel Fernanz, Julián Sierra, Iän Casas Paoloni, Matías Prieto Peccia, Anabella Simonetti, Alexia Martinovich y Melisa Fucci.
Teatro: Margarita Xirgu – Espacio UNTREF (Chacabuco 875). un paréntesis: quedó muy bien remodelado.
Duración: 1 hora y 20 minutos.
Precio de las entradas: $70, $90 y $120.
Recibió la distinción de interés cultural y social.

Fotos: https://www.facebook.com/locoDeAsis.El.Musical

Podés consultar también la crítica del genial CD de Fran Ruiz Barlett: "(Algo Más)", interpretado por cantantes de musicales.

Aclaración: El Loco de Asís no está actualmente en cartel (finalizó sus funciones el sábado 7 de diciembre). Todavía no está confirmado su regreso en 2014, pero ojalá que se pueda concretar.
En principio, esta nueva puesta tenía como destino una gira por muchos puntos del país. Cuando esta fue cancelada (en medio de su realización), el elenco decidió continuar con la obra, en una cooperativa. Para esto, recaudaron fondos a través de la página web Panal de Ideas. Quiero destacar su entusiasmo por el proyecto.

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, como consolar,
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Crítica de "El hijo del fin del mundo... el origen", de Lautaro Metral

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de El hijo del fin del mundo… el origen

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Teatro El Ópalo).

Calificación: 6.5 /10 


¿De qué se trata?: Una fábula musical que transcurre en un mundo post-apocalíptico y en crisis. Un grupo de pintorescos personajes viaja en una caravana flotante, buscando dónde instalarse. En eso, se les une un nuevo integrante: un actor fugitivo.

El punto fuerte de la obra: la actuación de Renzo Morelli como el “Loco”.
Aunque tiene a cargo un rol secundario, Morelli puede destacarse gracias a que sabe interpretar la extravagancia de su personaje y se apropia de ella durante toda la obra. Su mirada y el movimiento de su mano se vuelven partes indispensables de su composición. Además, es el integrante del elenco que demuestra tener mayor proyección vocal, tanto al cantar como al hablar.

El elenco (Lionel Arostegui, Leandro Bassano, Marta Mediavilla y Renzo Morelli) funciona como un equipo, y todos comparten el mismo entusiasmo por la obra. Bassano es quien lleva adelante la mayor parte de la acción, y lo hace con convicción.

Por otra parte, el texto de Lautaro Metral es delirante. La obra se promociona como una fábula musical, pero yo diría que, además, es un musical surrealista. Ciertamente, el ambiente es onírico y, por lo menos a mí, me pareció que se exploraba el inconsciente (aunque, por supuesto, el contenido de semejante locura está sujeto a múltiples interpretaciones). Como ya he dicho en otro caso, lo de locura lo digo cariñosamente.
Entonces, el espectador debe descifrar qué le está diciendo la obra, porque no todo es explícito. Esto puede desalentar (y hasta horrorizar) a los espectadores más conservadores. Reconozco que a mí me costó un poco acostumbrarme al estilo de la obra durante los primeros minutos. Metral sabe que esto puede pasar y lo blanquea, dado que el personaje de Leandro Bassano actúa como un intérprete para que el público no se confunda (aunque esto seguirá siendo relativo). No obstante, después de ese período inicial, me acostumbré y pude disfrutar del relato y de su originalidad.
Metral quiere hacernos pensar, y busca que seamos cómplices de eso. Por ejemplo, dispara reflexiones a través de paradojas o propone situaciones que, aunque están enmarcadas en un mundo de fábula y post-apocalíptico, resultan ser una crítica o una alusión a una particularidad de nuestro mundo. También, juega con las palabras y hace hablar a sus personajes en verso. Entonces, crea los códigos de su propio universo, y eso es algo interesante, aunque el espectador deberá completar la información que se provee con su imaginación.
En las letras de canciones, mantiene el espíritu alocado. Gracias a la conjunción entre la letra y la música con fines humorísticos, logra una consumar gran escena, donde el personaje de Leandro Bassano se une a la caravana, y debe conseguir un pasaporte, un préstamo y una vocación.
Las melodías están en sintonía con la obra, en vez de buscar el lucimiento vocal a cualquier precio. En ese sentido, Metral comprende cómo crear una obra artística completa, con coherencia entre sus partes.
Es por esto que los intérpretes no tienen muchos momentos para destacarse por su pericia vocal, pero no resulta necesario. Lo importante es contar la historia. No obstante, aunque está fuera del contexto del relato, el solo de Leandro Bassano, “Cuatro paredes”, es uno de los mejores momentos de la obra. La letra reflexiona sobre la magia del teatro y su experiencia lúdica; sobre cómo esas cuatro paredes son en realidad tres.
Por otro lado, la canción “Caravana” resulta sumamente efectiva y pegadiza.
Me gustó que hubiera un tecladista en vivo.
Como la función se realiza sin micrófonos, a veces los intérpretes pierden la posibilidad de que los escuchemos cantar o hablar en un tono más bajo, para darle matices a su interpretación. No es que no lo hagan, pero puede que esos instantes no sean perfectamente audibles. Por suerte, esto no pasa durante toda la obra, y el texto se puede seguir sin problemas, gracias al esfuerzo de los actores (sobre todo, como ya he explicado, por parte de Renzo Morelli). Además, la sala es chica como para requerir micrófonos.
Eso sí, yo estuve de pie al fondo toda la función (el 30/9). Parece que las entradas se habían sobrevendido. Aclaro que todos los presentes pagamos nuestras entradas. Calculo que este error no se habrá repetido. De todas formas, a mí no me molestó, pero entiendo que alguien se pueda quejar. Pude estar al lado de Metral (también de pie) y ver sus reacciones, y se lo notaba muy comprometido con la obra, disfrutándola.

 Lucila Rojo se encargó de la escenografía y el vestuario, que se caracterizan por la extrema simpleza. Esto se debe a que, para esta corta temporada de la obra en El Ópalo, se decidió hacer una versión más intimista, sin gastos que encarezcan innecesariamente la producción, con un solo músico y con escaso maquillaje. Por eso, se agregó la frase “el origen” al título, puesto que se recrea el clima de los ensayos. Es una decisión interesante, que refuerza que la importancia del texto y las canciones por sobre la puesta. Aunque los actores pasan un tiempo considerable sentados, se las arreglan para desplazarse en el pequeño espacio disponible, gracias a la dirección de Lautaro Metral. El recurso de la lamparita de luz estuvo bien planteado.

Hay que decir que, por ahora, no hay más funciones de El hijo del fin del mundo… el origen. Sin embargo, es muy probable que, dada su repercusión, vuelva por una nueva temporada. En la función a la que asistí, hubo gente que quedó fuera de la sala, por lo que Renzo Morelli bromeó, al final, “Les pedimos que no recomienden la obra”.

También debo remarcar que Marta Mediavilla ganó el Premio Hugo a la mejor actriz de un espectáculo off por esta obra. Dato cholulo: su madre, Patricia Sosa, me cargó por haber llevado un sweater, con el calor que hacía, y se rió porque ella había hecho lo mismo.

Quería cerrar haciendo alusión a un excelente cuento de Cortázar llamado “La autopista del sur”. No es parecido a El hijo del fin del mundo, porque Cortázar introduce lo fantástico en un contexto realista, y la trama es distinta. No obstante, hay algo del sentimiento del personaje del actor (que interpreta Bassano) durante el final de la obra que me remitió a cómo se siente el protagonista del cuento en el desenlace. Si tienen tiempo, les recomiendo que lo lean, porque es increíble. Lo pueden encontrar completo acá:

En resumen: Un texto delirante de Lautaro Metral, que transcurre en un universo de fábula, propone una experiencia lúdica e invita a la reflexión. La puesta es despojada, y la acción dramática es llevada adelante por cuatro intérpretes, acompañados por un tecladista para las canciones. Una de las propuestas off más interesantes del año.

Más información:
Dirección: Lautaro Metral.
Teatro: El Ópalo (Junín 380) – elopaloteatro@gmail.com.
Duración: 1 hora.
Precio de las entradas: $60.

Producción: Pim Pum Pam Têatre.

Crítica de "Despertar de Primavera" (workshop de Meme Mateo), de Steven Sater y Duncan Sheik

Categoría: WORKSHOP/MUESTRA

Crítica de Despertar de Primavera (workshop de Meme Mateo)

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Teatro El Picadero).

Calificación: 8.5 /10 


¿De qué se trata?: En la Alemania de 1891, un grupo de jóvenes vive las consecuencias de una sociedad asfixiante, donde los adultos tienen el control absoluto. La obra toca con sinceridad diversos temas complejos y problemáticas juveniles (que no conviene enumerar para no arruinar la sorpresa a quienes no la vieron). Sus mensajes siguen siendo muy actuales.

El punto fuerte de la obra: la dirección de Meme Mateo.
Despertar de Primavera es uno de esos musicales que yo considero perfectos, y le pondría un 10 absoluto. Tanto las letras y el libro (de Steven Sater, basado en una cruda obra de Frank Wedekind) como la música rockera de Duncan Sheik fueron concebidos en forma magistral. La historia y la forma en la que está contada transmite muchísimo, y llega a emocionar. Consigue la empatía del espectador y su identificación (obviamente, todavía mayor cuando se conoce una historia parecida a la de un personaje, o se atravesaron conflictos similares). La genial dirección de la puesta original de Broadway fue de Michael Mayer, que marcó muchas pautas que después fueron tomadas en otras versiones. En Argentina, la obra se estrenó en el 2010, en el Teatro Astral, con Fernando Dente, Florencia Otero y Federico Salles en los roles protagónicos. Esta puesta estaba óptimamente dirigida por Ariel del Mastro. Sumamente intensa, generaba una atmósfera angustiante, y estremecía al público. Tenía un talentoso elenco, que entregaba todo en escena. Sin embargo, fue un fracaso comercial.
Frente a semejantes antecedentes, y al inevitabilidad de la comparación, era todo un desafío meterse con Despertar de Pirmavera, pero Meme Mateo lo hizo. De hecho, su puesta le debe mucho a las dos citadas anteriormente. Decidió no innovar (como sí lo han intentado otras puestas del mundo), para presentar una versión convencional de la obra (que, ya de por sí, no es convencional). No obstante, su dirección es efectiva, y fiel al estilo de la obra. Una buena decisión fue sentar a los intérpretes que no están en escena en la primera fila del teatro. Hizo un buen trabajo marcando los desplazamientos, para aprovechar la extensión del escenario. Mantuvo las disposiciones clásicas de la obra, como las sillas durante “Esta puta vida” o el uso de micrófonos de mano para contar lo que sale de lo más profundo del corazón.
Pero su mayor logro está en haber acercado a tantos jóvenes actores (que no hicieron una carrera profesional en las tablas, o tienen poca experiencia) a un material tan complejo, y haber permitido que hayan podido explorarlo con éxito. La obra es interpretativamente muy difícil de encarar, y por eso necesita de una mano que guíe sin titubear. En ese sentido, resultó una de las mejores muestras de teatro que vi en los últimos tiempos, porque el grupo estaba bien coordinado y tenía confianza, más allá de que no todas las personificaciones sean acertadas todo el tiempo.
También, Meme Mateo es la encargada del diseño de luces y de su operación, que funciona aceitadamente y ayuda a crear climas (por ejemplo, durante “El saber”).


La interpretación más destacada resultó ser la de Martín Mazalán como Moritz, un personaje complicado, que tiene muchas escenas que le permiten al intérprete explotar su potencial dramático, pero que se puede prestar a la sobreactuación y la caricatura. Por suerte, Mazalán busca que su criatura sea verosímil, logrando cierto equilibrio (paradójicamente, para personificar el desequilibrio), y hace que nos encariñemos con su Moritz. Además, demuestra estar a la altura de las exigencias vocales.
Me sorprendió Leonel Deluglio, convincente como Melchior en todas sus facetas, y acertado en el canto. Mantiene el dramatismo durante la canción “Lo que quedó atrás”, que resultó ser una escena conmovedora, gracias al compromiso de todo el elenco.
También, me gustaría resaltar el trabajo de Clara Lanzani, como la simpática y acomplejada Ilse (aunque tuvo que crecer de golpe, no deja de ser una adolescente). Tiene un buen desempeño vocal.

Con sus participaciones, interpretando los roles adultos, Claudio Riganti y Virginia Alberti se roban varias escenas.

Macarena Giraldez (impulsora del proyecto) capta la inocencia de Wendla, y la mantiene al cantar. Trata de ir oscureciendo a su personaje un poco, conforme va madurando. María Da Pieve (como Martha) se anima a cantar “La oscura verdad”, junto con Clara Lanzani. Es una canción que requiere compromiso emocional, y el clima opresivo que propone estuvo bastante bien logrado.

La dirección y adaptación coreográfica es de Lautaro Silva, que capturó la esencia de otros montajes. Contribuye a potenciar momentos intensos, como “Esta puta vida” o la enérgica canción “Jodido estás” (posiblemente el mejor momento de esta puesta). Un detalle que me encanta nombrar al hablar de Despertar de Primavera: como me explicó una vez un jurado de los Premios Hugo, es característico de esta obra el “salto reprimido”, que muestra un intento de rebeldía que no puede concretarse del todo, dentro de los parámetros rígidos de la sociedad.

La banda en vivo realza las canciones en las que participa (las otras se cantan sobre pistas).
Otro punto a favor con respecto a lo musical es que el trabajo vocal en armonía está muy bien logrado.

Lamentablemente, el sonido es el karma de todas las muestras de teatro musical, y suele ser un problema de equipamiento. En este caso, por lo menos en la función a la que asistí, los inconvenientes con los micrófonos fueron menores, pero no inexistentes. Es una pena porque dificulta el canto de los intérpretes y los puede poner nerviosos. Sin embargo, el acompañamiento instrumental estuvo en un volumen correcto durante toda la obra, y se pudo lucir, como dije antes, la unión de las voces en armonía.

El vestuario de Melisa Lazarini y Tierra de Sueños ayuda para situar el período y darle un toque profesional al montaje, al remitir a otras producciones de la obra.

En resumen: Una adaptación fiel al espíritu de la obra original, con dirección de Meme Mateo, que supo sacar lo mejor los intérpretes (en su mayoría, sin experiencia profesional) para hacerlos transitar por un texto complejo. Se destaca la interpretación de Martín Mazalán.

Más información:
Dirección general: Meme Mateo.
Dirección musical: Isadora Sobredo.
Producción: PLOP workshops.
Elenco: Martín Mazalán, Clara Lanzani, Lucas Mazalán, María Da Pieve, Leonel Deluglio, Macarena Giraldez, Santiago García Escudero, Manuel Perez, Julieta Severo, Matías Adrián Prego, Camila Grela, Virginia Alberti y Claudio Riganti.
Teatro: El Picadero (Pasaje Enrique Santos Discépolo 1851).
Duración: 2 horas y media (aprox.), con intervalo.
Diseño gráfico: Martín Mazalán.
Sonido: Ramiro Hermida y Pablo Bernard.
Función: la última es hoy a las 23 hs.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Crítica del concierto de Florencia Otero en el Recoleta Mall, para celebrar el encendido del árbol de Navidad

Categoría: EVENTO ESPECIAL

Crítica del concierto de Florencia Otero en el Recoleta Mall, para celebrar el encendido del árbol de Navidad

Calificación: 8 /10 


En el medio del show, una extranjera de algún país hispanoparlante me tocó el hombro.
– ¿Eres de aquí? – me preguntó.
Yo le respondí que sí.
– ¿Ella es famosa? – volvió a interrogarme, señalando a Florencia Otero.
Creo que no estaba interesada en una perorata sobre el teatro musical argentino, así que me cortó rápido. Básicamente, le expliqué que era muy conocida dentro del ambiente.
Por lo que escuché que hablaba con su acompañante, quería saber si le sacaba una foto o no. En definitiva, quería saber si valía la pena gastar un disparo.
Más allá de esta anécdota, es verdad que hoy Florencia Otero es un exponente del musical argentino. Pertenece a este mundo desde el año 2000 cuando, siendo una niña, alternaba los roles de la pequeña Cosette y la pequeña Éponine en Los Miserables.
Desde entonces, tuvo destacadas interpretaciones en, por ejemplo, Rent, Despertar de Primavera, Casi Normales y Tango Feroz, y brindó una impresionante actuación en el musical off Embarazados, ecografía de una espera.

Siendo el 8 de diciembre el día tradicional para el armado del arbolito de Navidad (ya que estamos, comento que es por ser el día de la Inmaculada Concepción), el shopping céntrico Recoleta Mall organizó un concierto con Florencia Otero. Durante este, se prendieron las luces del arbolito, con la presencia de Papá Noel, que se sentó junto a Otero para el momento, ante la mirada embelesada de los niños presentes.
Con una cantidad moderada de público, Otero desplegó su simpatía e invitó a la gente a acercarse al escenario para disfrutar de un show intimista. Estaba desenvuelta, como siempre, bromeó con Papá Noel y pidió que el público hiciera palmas y que la acompañara durante el estribillo de “Rolling in the deep” (y felicitó a una chica que cantó desde su lugar). Lloviznaba un poco, pero ella dijo que era un alivio, comparado con el calor que había estado haciendo.

Un poco más de 40 minutos (como suelo decir, una hora de clase de un colegio) le bastaron para dar cátedra interpretativa. Como toda buena artista, Otero le pone el mismo empeño cuando canta en el Gran Rex que cuando lo hace en un pequeño escenario al aire libre, en un mini-recital gratuito. Tiene un gran manejo de su registro vocal, una muy buena proyección y expresividad para cantar. Hace uso de los contrastes, y alterna momentos de potencia con otros más tenues. Su dicción en inglés no es perfecta, pero es superior a la de varios artistas.
Optó por interpretar las versiones clásicas de cada una de las canciones, salvo por algún que otro arreglo aislado, variando una nota por motivos expresivos.
Las últimas dos canciones fueron cantadas a dúo con su marido, Germán Tripel, que también se mostró distendido en escena. Otero recalcó la importancia del amor en los tiempos navideños.


A continuación, podrán ver la lista con el repertorio completo. Puse una estrellita a aquellos que me parecieron los grandes momentos. Las doradas son para lo mejor de lo mejor.

1. “Contigo en la distancia”, de César Portillo de la Luz

2. “L-O-V-E”, de Nat King Cole

3. “En mi soledad” (“On my own”), de Los Miserables

4. “Someone like you”, de Adele

5. “Noche de paz” (villancico)

6. “Rolling in the deep”, de Adele

7. “One and only”, de Adele

8. “525600 minutos”, de Rent

9. “Somebody to love”, de Queen 

Las canciones de Adele que marqué son difíciles de cantar, pero Otero las encaró con firmeza y pasión. En cuanto al dúo con Tripel, fue muy placentero rememorar la versión argentina de Rent y “Somebody to love” fue un gran cierre. La poderosa voz de Tripel, que él sabe romper muy bien, se ajustó sorprendentemente bien a la melodía, con el impecable acompañamiento de Florencia Otero. Los dos se lucieron, y demostraron que no siempre se necesitan muchas voces para que la canción quede espectacular (aunque tenían coros grabados).
El repertorio estuvo bien elegido para el estilo de Otero, si bien me parece que el bolero “Contigo en la distancia” podría haberse reemplazado por otra canción, y podría decir lo mismo con “Noche de paz” (apropiada para el momento del año, pero muy trillada). Me hubiera gustado escuchar otro villancico en su lugar.

Algunos detalles obsesivos:
* Durante “En mi soledad”, Otero cantó la alternativa melódica del verso “Poder seguir fingiendo” que busca una nota más alta (como hacía Pilar Artaza en el teatro, en el 2000), a diferencia de, por ejemplo, la versión de la película (2012). Me pareció una decisión acertada.
* Durante “Ciclos de amor”, Otero decidió omitir una nota muy alta que, a veces, suele interpretarse. Para saber cuál es, pueden ir al minuto 2:57 de este video... http://www.youtube.com/watch?v=s1c3MARlJ0Q. Decidió prolongar la nota anterior, y quedó muy bien.
* Tripel entró mal a “Somebody to love”, pero se pudo acomodar perfectamente.

El sonido estuvo ajustado. Si bien durante unos instantes parecía que el micrófono y los parlantes se estaban por acoplar, esto no sucedió. El volumen de las pistas era correcto, y la lluvia no produjo complicaciones técnicas.

En resumen: Un prolijo concierto prenavideño, donde se generó un clima intimista, en el que Florencia Otero pudo desplegar su talento como intérprete y su carisma. Con su impecable manejo de la voz, logró atrapar al público. El potente dúo con Germán Tripel fue celebrado por los espectadores.

La gente estaba agradecida. Algunos pidieron otra canción, pero no la hubo. En estos eventos donde la artista está tan cerca del público, nunca falta la señora con cara de buena que al final se acerca a la intérprete para hacerle saber cuánto la emocionó el concierto, como sucedió en este caso. Postales como esta son gratificantes, porque muestran cómo el público aprecia el trabajo de quien está en escena.
  

lunes, 2 de diciembre de 2013

Crítica de "(Algo más)", disco de Francisco Ruiz Barlett, interpretado por cantantes de musicales

Categoría: CD

Crítica de (Algo Más), disco interpretado por cantantes de musical

Calificación: 7.3/10 


Este genial disco, que fue financiado por el aporte de la gente (a través de la página web Panal de Ideas), contiene 13 canciones compuestas por Francisco Ruiz Barlett e interpretadas por cantantes de teatro musical.

Una aclaración antes de empezar:
Debo admitir que, cuando me senté a pensar cómo iba a calificar el CD (nunca había criticado un disco en el blog), me sentí un “maestro Siruela” (sí, va con “s” porque hace referencia a un pueblo). Ya sé que 7.3 es una calificación extraña. Por eso, quería explicar de dónde la saqué. Resulta que escuché el CD varias veces y, luego, le fui poniendo una nota a cada canción. Después, hice el promedio de las notas, y me dio 7.3, y decidí no redondear. La verdad es que la mayoría de las canciones tenían una calificación mayor a esa pero, al promediarlas con las otras, quedó ese valor.

En segundo lugar, decidí darle una estrellita a las canciones que me parecieron las más destacadas. A continuación, verán una estrellita verde al lado de las que yo considero que son muy buenas canciones, ya sea por la composición o la interpretación o ambas. Hay una estrellita dorada junto a las dos que más me gustaron. Incluí un breve comentario de cada una, sin hacer alusión a la interpretación de los artistas convocados, porque es acertada en cualquiera de los casos, si bien hay momentos individuales especialmente buenos.
Esta es la lista de canciones, con su respectiva duración:

1. “Otro Lugar” (Federico Salles) – 3:39  Una melodía agradable y sincera.

2. “Primeros Pasos” (Karina K) – 3:46  Su potencial estalla durante la segunda mitad.

3. “Jugar – Perder” (Ricky Bangueses) – 3:31

4. “Mi Voz” (Florencia Otero) – 3:02  Efectivas variaciones de potencia y tono.

5. “La Última Canción” (Vanesa Butera) – 3:59  La melodía encaja perfectamente con la atmósfera que se quiere transmitir.

6. “Dos Melodías, Parte 1” – 3:01 (Juan Manuel Besteiro)

7. “Del Dolor” (Gabriela Bevacqua) – 2:59  Una melodía muy atractiva, sostenida por un magnífico acompañamiento.

8. “Fantasmas” (Stella Maris Faggiano) – 3:26  Muy teatral.

9. “Bienvenido a Kournikova” (Germán Tripel) – 2:27

10. “Aunque descubras todo” (Rosana Laudani) – 2:48

11. “Defendeme” (Leo Bosio) – 3:17

12. “Mira lo Bueno” (Sofía González Gil y Francisco Ruiz Barlett) – 2:17

13. Bonus Track: “Antonia, el Helecho Deshecho” (Pablo José Ríos, con el Coro Nacional “Timbre 3”) – 2:38

La verdad es que no sabía que Francisco Ruiz Barlett era un compositor tan interesante, que no desentona para nada si lo comparamos con, por ejemplo, Hernán Matorra. Su trabajo discográfico es sumamente disfrutable, y se nota que hay compromiso detrás y, sobre todo, amor por el arte. No compone porque sí, indiscriminadamente. Me refiero a que no compone “en serie”, sino que trata de inyectarle a sus canciones algo de vida: ese (Algo más) del título. Esto no quiere decir que algunas de las canciones no puedan haberle surgido súbitamente, sino que trata de que el pentagrama tenga alma, y que la voz fluya a la par de los sentimientos.
Su acompañamiento armónico siempre sostiene bien a la melodía y se luce en varios casos, permitiéndole expandir la expresión artística.
Si bien no todas las canciones me terminaron de cerrar, se ve que hay búsqueda artística en muchos casos. Al componer, uno pasa por muchos estados anímicos, que permiten darle forma a una creación personal. Por eso, los que vemos el resultado terminado sin analizar el proceso no sabemos cómo contextualizar ciertas cosas, y tendemos a interpretarlas como queremos, algo central en el arte.
Al no estar en el contexto de un mismo musical, varias de las canciones de (Algo más) nos brindan la posibilidad de hacer nuestras propias interpretaciones. Por ejemplo, no sé bien a quién le habla Tripel en “Bienvenido a Kournikova” pero, por el estilo, yo me imaginé una escena con un hijo que se reencuentra después de muchos años con un padre que lo abandonó, pero sé que probablemente no se trate de un caso como este. Otro ejemplo, ¿cuál era el sueño que se le destruyó a Faggiano en “Fantasmas”? Uno más: ¿qué trata de decir la canción “Antonia, el Helecho Deshecho”?
Es curioso que el (Algo más) del título esté entre paréntesis. ¿Habrá sido una mera elección estética o quiere simbolizar algo? Tal vez, nos quiere introducir a un ámbito de intimidad y complicidad, o mostrar que se nos está por revelar algo que podría pasar desapercibido en primera instancia, o, como dije antes, simbolizar todo eso que las canciones tienen de trasfondo, su mismísimo corazón.

Como arreglador, Fran Ruiz Barlett tomó algunas decisiones interesantes, como durante el efectivo final de “Aunque descubras todo”.


En cuanto a las letras, son correctas, pero el fuerte de Ruiz Barlett está en la música (y en la interpretación, aunque breve, durante “Mira lo bueno”). No se propone una renovación en cuanto a los temas de las canciones: la mayoría se trata de amores conflictivos. No estoy diciendo que el tema esté mal tratado, sino que remarco que, en general, se gira alrededor de problemas de pareja. Hay tramos donde Ruiz Barlett hace una aproximación a ese concepto desde costados más atractivos. Por ejemplo, me gustó la idea para la canción “Defendeme”.
Igual, hay un par de momentos donde el compositor se despega de esa línea y trata otros temas, como en la intensa “Fantasmas” y la simpática “Mira lo bueno” (y, claro, “Antonia, el Helecho Deshecho”).
Fue un acierto no buscar la expresión poética rebuscada, porque le saca pretensión al disco, y hace que algunas de las emociones sean más creíbles (si bien no sabemos si, bien usada, le hubiera sumado intensidad en algunos casos). No hay una renovación poética, y eso le da sinceridad a lo que se dice.
Sin embargo, se utilizan recursos del género lírico. Como siempre sucede con algo tan subjetivo, algunos me gustaron más que otros. Les doy un ejemplo de los dos en una misma canción (“La última Canción”): no me gustó la imagen sensorial “olor a soledad”, pero sí la idea de no poder creerle a las lágrimas (personificación).

En cuanto a lo interpretativo, este CD es prácticamente inobjetable. Ruiz Barlett supo rodearse de excelentes artistas para interpretar sus canciones. Al haber transitado el género del teatro musical, saben cómo contar una historia con una canción y transmitir sentimientos y sensaciones a través de su voz.

Por otra parte, Ruiz Barlett es un gran músico, y esto se puede apreciar en el disco, porque es él quien toca el acompañamiento instrumental en las canciones, con notable habilidad expresiva.
La calidad del sonido es realmente muy buena. La grabación y masterización estuvo a cargo de Joaquín Rosson (Conde Estudio).

Tengo que decir que el CD me pareció demasiado corto (en total, dura 40 minutos y 50 segundos), y que me dejó con ganas de más. Parece que habrá un segundo disco pero, al margen de esto, sigue siendo muy poco tiempo para un CD que sale $90. Para ajustarse a ese precio, tendría que haber tenido algunas canciones más. De todas formas, cuando uno tiene en cuenta que el 50% del valor será donado a la Fundación Si (www.fundacionsi.org.ar), comprende que en realidad está pagando un monto razonable por el disco (la mitad) y que, con el resto, está colaborando con una buena causa.

Además, la presentación es muy buena, y viene con un librito con fotos de los artistas, realizadas con el profesionalismo de siempre por Fuentes2Fernández (www.facebook.com/Fuentes2FernandezFotografias). Por cierto, estos fotógrafos también alcanzaron concretar un proyecto a través de Panal de Ideas: http://panaldeideas.com/proyectos/pequenos-gestos-cambian-el-mundo-calendario-2014/.

En cuanto a la presencia de la manzana verde en las fotos, todo parece indicar que se trata de una forma de representar el corazón de cada artista. Un corazón vulnerable, expuesto a la intemperie.

En fin, ¡recomiendo este disco!
¿Dónde se puede conseguir?

*En Kik.bol.cheinch, en la galería del Teatro Apolo (Av. Corrientes 1372), bajando las escaleras y yendo hacia la derecha. Ahí lo compré yo, a $90.

*Por Mercado Libre, a $89, aunque, al menos por ahora, figura como “Publicación finalizada”.

*El miércoles 11 de diciembre, a las 20:30 hs., en La Oreja Negra (Uriarte 1271), se va a estar presentando el disco. Las entradas ya están en venta, desde $80. No sé a qué precio se va a vender el disco en la presentación.
Podés reservar tu entrada con 25% de descuento acá: http://www.atrapalo.com.ar/entradas/francisco-ruiz-barlett_e86968/

*Aparentemente, en el Teatro Ópalo (el sábado había un cartel que decía que se vendía ahí). La dirección es Junín 380. Por las dudas, antes de ir, les conviene mandar un mail a elopaloteatro@gmail.com, preguntando.

Twitter: @Franruizbarlett


Más información:
Diseño gráfico: Martín Bayne
Fotografía: Victoria Médici
Producción: Francisco Ruiz Barlett

Productores adjuntos: Germán Curetti, Yasmin Ascaso y Estanislao Auriemma