Las 5 entradas más populares de la semana

Mostrando entradas con la etiqueta Germán Tripel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Germán Tripel. Mostrar todas las entradas

jueves, 29 de enero de 2015

Crítica de "Los últimos cinco años", de Jason Robert Brown, en versión de Marcelo Kotliar

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Los últimos cinco años
Título original: The Last 5 Years
Letra y música: Jason Robert Brown
(Estrenada en 2001, en Chicago)


Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (Teatro Metropolitan Citi)

Nivel: 7 /8


¿De qué se trata?: Jamie Wellerstein es un novelista en ascenso. Cathy Hiatt, una actriz que no puede encontrar su camino en la profesión. Entre ellos nacerá la pasión, el deseo y la desilusión tras cinco años juntos. Todo esto se relata en dos líneas cronológicas diferentes: Jamie elegirá contar desde los primeros pasos de la relación, mientras que Cathy preferirá desandar el camino que alguna vez trazaron juntos y recorrerá la historia desde la ruptura hasta los dulces albores del enamoramiento.

El punto fuerte de la obra: la música de Jason Robert Brown.


Una carta. Sobre una cama. Iluminada por una luz blanca. Con palabras de despedida.
Este es el catalizador de lo que se nos cuenta en Los últimos cinco años, y se convertirá tanto en el puntapié como en el final de dos historias paralelas. Y he aquí la magia de este musical que debutó en el Off-Broadway en 2002: las dos historias no tendrían por qué correr en direcciones opuestas… después de todo, son complementarias. Sin embargo, su autor Jason Robert Brown tomó la brillante iniciativa de estructurar el relato de esta forma, y esto no es caprichoso, sino que hace que vivamos la obra de manera particular. ¿Por qué? Básicamente porque lo que recibimos como espectadores es una desconexión absoluta entre Cathy y Jamie. No hace falta que haya un amor muy fuerte para que dos individuos estén en la misma sintonía: también pueden compartir un sentimiento de dolor. En cambio, estos personajes se desplazan emocionalmente como dos ascensores que, aunque están uno al lado del otro, van hacia destinos alejados: uno va desde la planta baja a la terraza y el otro hace lo inverso. Por lo tanto, habrá un solo y breve punto de contacto entre ellos (en el piso del medio), y en la obra también lo hay (y es una escena linda y melancólica a la vez).

martes, 22 de julio de 2014

Crítica de "Oz, en concierto", de Eduardo Gondell y Diego Monk

Categoría: MUSICAL INFANTIL

Crítica de Oz, en concierto
Basada en el libro The Wonderful Wizard of Oz (1900), de L. Frank Baum

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Auditorio Belgrano).

Nivel: /8
(Se completó el grupo. Ya podés votar en la comparación Nº1, que aparece bien arriba en la barra de la derecha. Más detalles al final de esta crítica)


El punto fuerte de la obra: el dúo protagónico, Florencia Otero y Patricio Arellano.

Con solvencia escénica y simpatía, ponen en evidencia que no es necesario estar siempre presentes en un programa de TV para poder conectarse desde el primer momento con el público infantil. A lo que me refiero es que, si bien este espectáculo es un pariente cercano del ciclo televisivo La maga y el camino dorado, este dejó de emitirse en 2009. Por lo tanto, muchos de los chicos de la platea ni se acuerdan de que existió. Por eso, no es el fanatismo por un programa lo que los predispone a prestar atención, sino que quedan librados al magnetismo de los intérpretes.

Con respecto a La maga, que se emitió por Nickelodeon, fue vendido a distintas partes del mundo y todos los miembros del elenco de Oz, en concierto repiten sus roles en el teatro. Con excepción de Germán Tripel, claro, que encarna al León cobarde (si leyeron Wicked entenderán por qué se escribe con mayúscula). En aquella ficción era Alejandro Paker quien hacía ese papel, pero si también participara de esta obra necesitaría un pulmotor (actúa en El Capitán Beto, El Principito y Priscilla). [Una pequeña anécdota antes de seguir: recuerdo muy bien cuando La maga comenzó a grabarse porque en 2008 yo tenía sesiones con el mismo terapeuta que Florencia Otero y él me había anticipado que su “pacientita” (así dijo) iba a protagonizarla y que estaba orgulloso. Como ya habrán notado a lo largo de las críticas, ya no hago más terapia.]

Volviendo a los protagonistas, Arellano arremete con una poderosa canción en la que pide “Música por favor” y despierta aplausos espontáneos. Tiene un muy buen dominio de su voz, tanto para lo rockero como para lo melódico. Por su parte, Otero se muestra con su calidez habitual para cantar y actuar, y se carga al hombro toda la obra. Carlos March (Espantapájaros), Leonardo Trento (Hombre de Lata), Germán Tripel (León) y Andrea Surdo (bruja buena) son quienes la escoltan en su aventura.

Sin embargo, todos ellos tienen un acompañamiento mayor: una banda integrada por Leandro Zilberberg (teclado), Nicolás de Carli (guitarra eléctrica), Julian Gondell (batería) y Lautaro Rico Gómez (bajo). El hecho de que la mayoría de las canciones sean interpretadas con acompañamiento en vivo es un valor agregado que el público agradece. La premisa de quebrar el relato con momentos de concierto es lo que le da su impronta a esta nueva incursión en una historia tan versionada. Los chicos viven ciertos tramos como un recital, y eso es mérito de la elección del director Eduardo Gondell y de la entretenida música de Diego Monk (algunas canciones están muy bien logradas).
Hugo Gómez Carranza también repitió el rol que ocupaba en el programa de TV y montó algunas coreografías muy sencillas.

El guión de Eduardo Gondell es una aproximación simple a la historia del libro El Maravilloso Mago de Oz. Si bien es una gran novela de fantasía, resulta que la película musical de 1939 (El Mago de Oz) es tan fuerte en la cultura popular que gran parte de las adaptaciones suelen remitirse a ella antes que al material de origen, al que terminó opacando. La verdad es que se entiende el porqué: el film es entrañable y atesorado por varias generaciones, en contraposición, por ejemplo, al mucho menos conocido musical de Broadway The Wiz, que tuvo su versión fílmica con Diana Ross, Michael Jackson y Lena Horne en 1978. Pese a los malos comentarios, a mí me sigue resultando una película interesante. Retomando la versión de Gondell, tomó unos pocos elementos del clásico de los clásicos que protagonizó Judy Garland e hizo una adaptación reducida para mantener la atención de los chicos. Además, le agregó ideas de su propia cosecha: situó el “mundo real” en la ciudad y delineó una historia de amor. Cabe decir que lo que se cuenta no está extraído del programa de TV.

Se utilizan proyecciones en tres pantallas para abreviar alguna parte del relato, mostrar la transición entre la ciudad y el país de Oz, incorporar a personajes a la acción o ambientar la escena o la canción. La ciudad se muestra en blanco y negro (en un guiño a la película) y el país de Oz, a color. Tal vez la mezcla de lenguajes visuales no sea la mejor elección para representar este último, pero puede funcionar en el marco del concierto (en cuyo caso, yo le hubiera sacado ciertos degradados, pero es una minucia muy personal). Sí es más efectivo el recursos usado para el encuentro con el Mago (donde se cambia lo que sucede en el libro y la película) y la idea de tener presente a Florencia en la pantalla mientras Patricio canta sobre su amor por ella.

Más información:
Dirección: Eduardo Gondell
Prensa: Sandra Beerbrayer
Teatro: Auditorio Belgrano (Av. Cabildo y Virrey Loreto; entrada: Virrey Loreto 2348)
Precio de las entradas: $100 (pullman), $150 (platea filas 28 a 32), $180 (platea filas 21 a 27), $200 (platea filas 11 a 20) y $220 (platea filas 1 a 10)
Entradas a la venta en el teatro y por Ticketek
Funciones: jueves a domingo 18:30 hs.
Duración: 1 hora y 10 minutos
Promoción: presentando el programa de mano en boletería y comprando una entrada para otro infantil del Auditorio Belgrano (El Principito o Cosas de payasos), se obtiene una entrada gratis para el tercero de los musicales infantiles.
Cosas de payasos: 15 hs. / El Principito, una aventura musical: 17 hs.

[Integran también el nivel 6 de los musicales infantilesDoki, una expedición musical y El Principito, una aventura musical.]

DETALLES SOBRE LA COMPARACIÓN Nº1:
Como ya había anticipado al implementar el nuevo sistema, cada vez que 3 obras llegaran al mismo nivel las iba a comparar para decidir cuáles 2 van a figurar en el ranking que se va a ir armando de a poco. Yo voy a elegir la primera y la segunda surgirá de la encuesta que pueden ver bien arriba en la barra de la derecha (si están en la versión móvil, es probable que no puedan visualizarla, pero pueden dejar su voto en forma de comentario en cualquier entrada o enviando un mail). Va a ser una votación fugaz, que va a terminar el jueves a la tarde y seguramente tenga muy pocos votos. Si prefieren usar Twitter para votar, pueden mencionar @ECdeMusicales así puedo ver su elección. Si nadie vota, 1 sola obra aparecerá en el ranking.
¿Cuál es el objetivo didáctico de esto?: Enriquecer la visión que podemos tener de cada obra en comparación con otras, descubriendo virtudes y flaquezas.
¿Cuál es el otro objetivo de esto?: Ponerle un poco de competitividad a la cuestión.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Crítica del concierto de Florencia Otero en el Recoleta Mall, para celebrar el encendido del árbol de Navidad

Categoría: EVENTO ESPECIAL

Crítica del concierto de Florencia Otero en el Recoleta Mall, para celebrar el encendido del árbol de Navidad

Calificación: 8 /10 


En el medio del show, una extranjera de algún país hispanoparlante me tocó el hombro.
– ¿Eres de aquí? – me preguntó.
Yo le respondí que sí.
– ¿Ella es famosa? – volvió a interrogarme, señalando a Florencia Otero.
Creo que no estaba interesada en una perorata sobre el teatro musical argentino, así que me cortó rápido. Básicamente, le expliqué que era muy conocida dentro del ambiente.
Por lo que escuché que hablaba con su acompañante, quería saber si le sacaba una foto o no. En definitiva, quería saber si valía la pena gastar un disparo.
Más allá de esta anécdota, es verdad que hoy Florencia Otero es un exponente del musical argentino. Pertenece a este mundo desde el año 2000 cuando, siendo una niña, alternaba los roles de la pequeña Cosette y la pequeña Éponine en Los Miserables.
Desde entonces, tuvo destacadas interpretaciones en, por ejemplo, Rent, Despertar de Primavera, Casi Normales y Tango Feroz, y brindó una impresionante actuación en el musical off Embarazados, ecografía de una espera.

Siendo el 8 de diciembre el día tradicional para el armado del arbolito de Navidad (ya que estamos, comento que es por ser el día de la Inmaculada Concepción), el shopping céntrico Recoleta Mall organizó un concierto con Florencia Otero. Durante este, se prendieron las luces del arbolito, con la presencia de Papá Noel, que se sentó junto a Otero para el momento, ante la mirada embelesada de los niños presentes.
Con una cantidad moderada de público, Otero desplegó su simpatía e invitó a la gente a acercarse al escenario para disfrutar de un show intimista. Estaba desenvuelta, como siempre, bromeó con Papá Noel y pidió que el público hiciera palmas y que la acompañara durante el estribillo de “Rolling in the deep” (y felicitó a una chica que cantó desde su lugar). Lloviznaba un poco, pero ella dijo que era un alivio, comparado con el calor que había estado haciendo.

Un poco más de 40 minutos (como suelo decir, una hora de clase de un colegio) le bastaron para dar cátedra interpretativa. Como toda buena artista, Otero le pone el mismo empeño cuando canta en el Gran Rex que cuando lo hace en un pequeño escenario al aire libre, en un mini-recital gratuito. Tiene un gran manejo de su registro vocal, una muy buena proyección y expresividad para cantar. Hace uso de los contrastes, y alterna momentos de potencia con otros más tenues. Su dicción en inglés no es perfecta, pero es superior a la de varios artistas.
Optó por interpretar las versiones clásicas de cada una de las canciones, salvo por algún que otro arreglo aislado, variando una nota por motivos expresivos.
Las últimas dos canciones fueron cantadas a dúo con su marido, Germán Tripel, que también se mostró distendido en escena. Otero recalcó la importancia del amor en los tiempos navideños.


A continuación, podrán ver la lista con el repertorio completo. Puse una estrellita a aquellos que me parecieron los grandes momentos. Las doradas son para lo mejor de lo mejor.

1. “Contigo en la distancia”, de César Portillo de la Luz

2. “L-O-V-E”, de Nat King Cole

3. “En mi soledad” (“On my own”), de Los Miserables

4. “Someone like you”, de Adele

5. “Noche de paz” (villancico)

6. “Rolling in the deep”, de Adele

7. “One and only”, de Adele

8. “525600 minutos”, de Rent

9. “Somebody to love”, de Queen 

Las canciones de Adele que marqué son difíciles de cantar, pero Otero las encaró con firmeza y pasión. En cuanto al dúo con Tripel, fue muy placentero rememorar la versión argentina de Rent y “Somebody to love” fue un gran cierre. La poderosa voz de Tripel, que él sabe romper muy bien, se ajustó sorprendentemente bien a la melodía, con el impecable acompañamiento de Florencia Otero. Los dos se lucieron, y demostraron que no siempre se necesitan muchas voces para que la canción quede espectacular (aunque tenían coros grabados).
El repertorio estuvo bien elegido para el estilo de Otero, si bien me parece que el bolero “Contigo en la distancia” podría haberse reemplazado por otra canción, y podría decir lo mismo con “Noche de paz” (apropiada para el momento del año, pero muy trillada). Me hubiera gustado escuchar otro villancico en su lugar.

Algunos detalles obsesivos:
* Durante “En mi soledad”, Otero cantó la alternativa melódica del verso “Poder seguir fingiendo” que busca una nota más alta (como hacía Pilar Artaza en el teatro, en el 2000), a diferencia de, por ejemplo, la versión de la película (2012). Me pareció una decisión acertada.
* Durante “Ciclos de amor”, Otero decidió omitir una nota muy alta que, a veces, suele interpretarse. Para saber cuál es, pueden ir al minuto 2:57 de este video... http://www.youtube.com/watch?v=s1c3MARlJ0Q. Decidió prolongar la nota anterior, y quedó muy bien.
* Tripel entró mal a “Somebody to love”, pero se pudo acomodar perfectamente.

El sonido estuvo ajustado. Si bien durante unos instantes parecía que el micrófono y los parlantes se estaban por acoplar, esto no sucedió. El volumen de las pistas era correcto, y la lluvia no produjo complicaciones técnicas.

En resumen: Un prolijo concierto prenavideño, donde se generó un clima intimista, en el que Florencia Otero pudo desplegar su talento como intérprete y su carisma. Con su impecable manejo de la voz, logró atrapar al público. El potente dúo con Germán Tripel fue celebrado por los espectadores.

La gente estaba agradecida. Algunos pidieron otra canción, pero no la hubo. En estos eventos donde la artista está tan cerca del público, nunca falta la señora con cara de buena que al final se acerca a la intérprete para hacerle saber cuánto la emocionó el concierto, como sucedió en este caso. Postales como esta son gratificantes, porque muestran cómo el público aprecia el trabajo de quien está en escena.
  

lunes, 2 de diciembre de 2013

Crítica de "(Algo más)", disco de Francisco Ruiz Barlett, interpretado por cantantes de musicales

Categoría: CD

Crítica de (Algo Más), disco interpretado por cantantes de musical

Calificación: 7.3/10 


Este genial disco, que fue financiado por el aporte de la gente (a través de la página web Panal de Ideas), contiene 13 canciones compuestas por Francisco Ruiz Barlett e interpretadas por cantantes de teatro musical.

Una aclaración antes de empezar:
Debo admitir que, cuando me senté a pensar cómo iba a calificar el CD (nunca había criticado un disco en el blog), me sentí un “maestro Siruela” (sí, va con “s” porque hace referencia a un pueblo). Ya sé que 7.3 es una calificación extraña. Por eso, quería explicar de dónde la saqué. Resulta que escuché el CD varias veces y, luego, le fui poniendo una nota a cada canción. Después, hice el promedio de las notas, y me dio 7.3, y decidí no redondear. La verdad es que la mayoría de las canciones tenían una calificación mayor a esa pero, al promediarlas con las otras, quedó ese valor.

En segundo lugar, decidí darle una estrellita a las canciones que me parecieron las más destacadas. A continuación, verán una estrellita verde al lado de las que yo considero que son muy buenas canciones, ya sea por la composición o la interpretación o ambas. Hay una estrellita dorada junto a las dos que más me gustaron. Incluí un breve comentario de cada una, sin hacer alusión a la interpretación de los artistas convocados, porque es acertada en cualquiera de los casos, si bien hay momentos individuales especialmente buenos.
Esta es la lista de canciones, con su respectiva duración:

1. “Otro Lugar” (Federico Salles) – 3:39  Una melodía agradable y sincera.

2. “Primeros Pasos” (Karina K) – 3:46  Su potencial estalla durante la segunda mitad.

3. “Jugar – Perder” (Ricky Bangueses) – 3:31

4. “Mi Voz” (Florencia Otero) – 3:02  Efectivas variaciones de potencia y tono.

5. “La Última Canción” (Vanesa Butera) – 3:59  La melodía encaja perfectamente con la atmósfera que se quiere transmitir.

6. “Dos Melodías, Parte 1” – 3:01 (Juan Manuel Besteiro)

7. “Del Dolor” (Gabriela Bevacqua) – 2:59  Una melodía muy atractiva, sostenida por un magnífico acompañamiento.

8. “Fantasmas” (Stella Maris Faggiano) – 3:26  Muy teatral.

9. “Bienvenido a Kournikova” (Germán Tripel) – 2:27

10. “Aunque descubras todo” (Rosana Laudani) – 2:48

11. “Defendeme” (Leo Bosio) – 3:17

12. “Mira lo Bueno” (Sofía González Gil y Francisco Ruiz Barlett) – 2:17

13. Bonus Track: “Antonia, el Helecho Deshecho” (Pablo José Ríos, con el Coro Nacional “Timbre 3”) – 2:38

La verdad es que no sabía que Francisco Ruiz Barlett era un compositor tan interesante, que no desentona para nada si lo comparamos con, por ejemplo, Hernán Matorra. Su trabajo discográfico es sumamente disfrutable, y se nota que hay compromiso detrás y, sobre todo, amor por el arte. No compone porque sí, indiscriminadamente. Me refiero a que no compone “en serie”, sino que trata de inyectarle a sus canciones algo de vida: ese (Algo más) del título. Esto no quiere decir que algunas de las canciones no puedan haberle surgido súbitamente, sino que trata de que el pentagrama tenga alma, y que la voz fluya a la par de los sentimientos.
Su acompañamiento armónico siempre sostiene bien a la melodía y se luce en varios casos, permitiéndole expandir la expresión artística.
Si bien no todas las canciones me terminaron de cerrar, se ve que hay búsqueda artística en muchos casos. Al componer, uno pasa por muchos estados anímicos, que permiten darle forma a una creación personal. Por eso, los que vemos el resultado terminado sin analizar el proceso no sabemos cómo contextualizar ciertas cosas, y tendemos a interpretarlas como queremos, algo central en el arte.
Al no estar en el contexto de un mismo musical, varias de las canciones de (Algo más) nos brindan la posibilidad de hacer nuestras propias interpretaciones. Por ejemplo, no sé bien a quién le habla Tripel en “Bienvenido a Kournikova” pero, por el estilo, yo me imaginé una escena con un hijo que se reencuentra después de muchos años con un padre que lo abandonó, pero sé que probablemente no se trate de un caso como este. Otro ejemplo, ¿cuál era el sueño que se le destruyó a Faggiano en “Fantasmas”? Uno más: ¿qué trata de decir la canción “Antonia, el Helecho Deshecho”?
Es curioso que el (Algo más) del título esté entre paréntesis. ¿Habrá sido una mera elección estética o quiere simbolizar algo? Tal vez, nos quiere introducir a un ámbito de intimidad y complicidad, o mostrar que se nos está por revelar algo que podría pasar desapercibido en primera instancia, o, como dije antes, simbolizar todo eso que las canciones tienen de trasfondo, su mismísimo corazón.

Como arreglador, Fran Ruiz Barlett tomó algunas decisiones interesantes, como durante el efectivo final de “Aunque descubras todo”.


En cuanto a las letras, son correctas, pero el fuerte de Ruiz Barlett está en la música (y en la interpretación, aunque breve, durante “Mira lo bueno”). No se propone una renovación en cuanto a los temas de las canciones: la mayoría se trata de amores conflictivos. No estoy diciendo que el tema esté mal tratado, sino que remarco que, en general, se gira alrededor de problemas de pareja. Hay tramos donde Ruiz Barlett hace una aproximación a ese concepto desde costados más atractivos. Por ejemplo, me gustó la idea para la canción “Defendeme”.
Igual, hay un par de momentos donde el compositor se despega de esa línea y trata otros temas, como en la intensa “Fantasmas” y la simpática “Mira lo bueno” (y, claro, “Antonia, el Helecho Deshecho”).
Fue un acierto no buscar la expresión poética rebuscada, porque le saca pretensión al disco, y hace que algunas de las emociones sean más creíbles (si bien no sabemos si, bien usada, le hubiera sumado intensidad en algunos casos). No hay una renovación poética, y eso le da sinceridad a lo que se dice.
Sin embargo, se utilizan recursos del género lírico. Como siempre sucede con algo tan subjetivo, algunos me gustaron más que otros. Les doy un ejemplo de los dos en una misma canción (“La última Canción”): no me gustó la imagen sensorial “olor a soledad”, pero sí la idea de no poder creerle a las lágrimas (personificación).

En cuanto a lo interpretativo, este CD es prácticamente inobjetable. Ruiz Barlett supo rodearse de excelentes artistas para interpretar sus canciones. Al haber transitado el género del teatro musical, saben cómo contar una historia con una canción y transmitir sentimientos y sensaciones a través de su voz.

Por otra parte, Ruiz Barlett es un gran músico, y esto se puede apreciar en el disco, porque es él quien toca el acompañamiento instrumental en las canciones, con notable habilidad expresiva.
La calidad del sonido es realmente muy buena. La grabación y masterización estuvo a cargo de Joaquín Rosson (Conde Estudio).

Tengo que decir que el CD me pareció demasiado corto (en total, dura 40 minutos y 50 segundos), y que me dejó con ganas de más. Parece que habrá un segundo disco pero, al margen de esto, sigue siendo muy poco tiempo para un CD que sale $90. Para ajustarse a ese precio, tendría que haber tenido algunas canciones más. De todas formas, cuando uno tiene en cuenta que el 50% del valor será donado a la Fundación Si (www.fundacionsi.org.ar), comprende que en realidad está pagando un monto razonable por el disco (la mitad) y que, con el resto, está colaborando con una buena causa.

Además, la presentación es muy buena, y viene con un librito con fotos de los artistas, realizadas con el profesionalismo de siempre por Fuentes2Fernández (www.facebook.com/Fuentes2FernandezFotografias). Por cierto, estos fotógrafos también alcanzaron concretar un proyecto a través de Panal de Ideas: http://panaldeideas.com/proyectos/pequenos-gestos-cambian-el-mundo-calendario-2014/.

En cuanto a la presencia de la manzana verde en las fotos, todo parece indicar que se trata de una forma de representar el corazón de cada artista. Un corazón vulnerable, expuesto a la intemperie.

En fin, ¡recomiendo este disco!
¿Dónde se puede conseguir?

*En Kik.bol.cheinch, en la galería del Teatro Apolo (Av. Corrientes 1372), bajando las escaleras y yendo hacia la derecha. Ahí lo compré yo, a $90.

*Por Mercado Libre, a $89, aunque, al menos por ahora, figura como “Publicación finalizada”.

*El miércoles 11 de diciembre, a las 20:30 hs., en La Oreja Negra (Uriarte 1271), se va a estar presentando el disco. Las entradas ya están en venta, desde $80. No sé a qué precio se va a vender el disco en la presentación.
Podés reservar tu entrada con 25% de descuento acá: http://www.atrapalo.com.ar/entradas/francisco-ruiz-barlett_e86968/

*Aparentemente, en el Teatro Ópalo (el sábado había un cartel que decía que se vendía ahí). La dirección es Junín 380. Por las dudas, antes de ir, les conviene mandar un mail a elopaloteatro@gmail.com, preguntando.

Twitter: @Franruizbarlett


Más información:
Diseño gráfico: Martín Bayne
Fotografía: Victoria Médici
Producción: Francisco Ruiz Barlett

Productores adjuntos: Germán Curetti, Yasmin Ascaso y Estanislao Auriemma