Categoría: OBRA MUSICAL
Crítica de The Rocky Horror Show
De
Richard O’Brien
(Estrenada
en Londres en 1973)
Buenos
Aires, Argentina.
Temporada
2016 (Teatro Maipo).
¿De qué se trata?: Brad y Janet deciden ir a visitar a uno de sus
antiguos profesores para contarle sobre su flamante compromiso. No obstante, en
una noche tormentosa, a su auto se le pinchará una rueda y deberán buscar
refugio en el castillo del Dr. Frank-N-Furter, un científico travestido con una
vil inteligencia y libido insaciable. Allí, serán testigos del nacimiento de su
nueva criatura: Rocky.
King Kong, El día que la tierra se detuvo, Flash
Gordon y La Novia de Frankenstein
son sólo algunas de las películas de ciencia ficción referidas en la primera
canción de The Rocky Horror Show. Se
delimita, así, una de las dos instancias de que separarán al público del
relato: primero se lo invita a sumergirse en el clima de una proyección de
trasnoche en un cine de films clase B, y luego aparecerá el narrador de la
historia. Esta doble distancia, más allá de generar suspenso, prefigura lo que
veamos puede ser muy disparatado, y se convierte en la puerta de entrada a un
espectáculo que entretiene de principio a fin. Transitar correctamente lo
bizarro es una ardua tarea, porque el desborde puede resultar carente de
significado o desprolijo. En su debut comercial, el director Andie Say se
sumerge por entero en la particular lógica de la obra, ofreciendo diversión sin
pausa y creando un universo entre macabro y atrayente.
Pese a sus
toques modernos, la puesta conserva un aire a otra década. Es que este musical,
estrenado en 1973, es fiel reflejo de la revolución sexual de la segunda mitad
del siglo pasado. Cuando Brad y Janet, dos jóvenes puritanos recién
comprometidos, llegan por accidente al castillo del promiscuo científico
transexual Frank-N-Furter (Roberto Peloni), comenzarán a trasgredir los límites
fijados por sus propios prejuicios. Janet (Sofía Rangone) representará a la
parte de la sociedad que se entregó sin pruritos a la libertad sexual, mientras
que Brad (Walter Bruno) se asustará sobre sus nuevos descubrimientos. De hecho,
las mujeres fueron protagonistas de esa movida cultural sin precedentes, y no
es casual la referencia a Charles Atlas, ícono de una época anterior, donde la
sexualidad era más contenida, y una figura publicitaria resultaba un vehículo
de escape y libidinización. Las reacciones opuestas de la pareja a las
experiencias vividas en el castillo quedan reflejadas en los particulares
epítetos que el público es invitado a gritarles cada vez que el narrador los
nombra. Este es uno de los recursos que el director tomó de la guía de
participación que los fanáticos de la obra y de su versión cinematográfica
fueron construyendo para interactuar con la historia. Mientras que en Londres o
Broadway los gritos constantes del público pueden resultar tortuosos para quien
no conoce el espectáculo, en este caso la intervención dosificada de los
espectadores es un bienvenido aporte lúdico. Sorprende la buena predisposición
de la platea.
La partitura,
plagada de rock and roll, es de por sí potente y memorable, pero la dirección
musical de Lorenzo Guggenheim le hace justicia con creces, y la banda en vivo
es sobresaliente. Por su parte, la adaptación de Marcelo Kotliar es sugerente y
graciosa sin ser burda. Sin embargo, en la función del estreno hubo ocasionales
desajustes de sonido que impidieron tanto la normal audición de fragmentos de
las letras como el lucimiento total de ciertos intérpretes en sus respectivos
solos.
Tras haber
ganado el Premio Hugo de Oro, Roberto Peloni asevera su calidad interpretativa
en un rol que lleva adelante con absoluta naturalidad. Es Frank-N-Furter desde
la punta de sus tacos hasta el delineador de sus ojos. A su vez, Sofía Rangone
resulta una revelación por la seguridad en la composición y el canto. El resto
del elenco, garantía de efectividad, responde a la excentricidad requerida y
también encuentra la justa medida para sus gestos y para decir el texto. A su
vez, el rock les permite explorar matices vocales y sorprender en un registro
distinto del habitual (como sucede con Federico Coates). El papel del criminólogo
narrador, a cargo de un invitado, fue cubierto con maestría por Marcos
Mundstock en la velada presenciada (será difícil superarlo). El ensamble aporta
una atmósfera festiva, al ritmo de las coreografías de Alejandro Lavallén, de
tal forma que algunos cuadros parecen videoclips de los setenta. Tanto la
iluminación (Matías Rebello) como el vestuario (Daniel Ponzio) y la
escenografía (Ana Díaz Taibo), hecha con materiales reciclables, están al
servicio de una estética glam. Al parecer, a los alienígenas les gusta usar
boas de plumas.
Más
información:
Teatro:
Maipo (Esmeralda 443)
Funciones:
martes a las 21 hs.
Duración: 2
horas y 10 minutos aprox. (incluyendo intervalo)
Precio de
las entradas: $350 a $450
Entradas en
venta en el teatro y en Plateanet.
Dirección general: Andie Say
Dirección vocal y musical: Lorenzo Guggenheim
Elenco: Roberto
Peloni (Frank N. Furter), Melania Lenoir (Magenta), Federico Coates (Riff
Raff), Walter Bruno (Brad Majors), Sofía Rangone (Janet Weiss), Ignacio Pérez
Cortés (Rocky), Micaela Pierani Méndez (Columbia) y Maia Contreras (Dr. Scott/Eddy)
Ensamble:
Luli Muiño, Lucas Gentili, Facundo Magrané, Mariano Condoluci, Ana De Vicentiis
y Julia Tozzi
Banda: Lorenzo Guggenheim (piano), Mariano Cantarini (guitarra y asistencia en la dirección musical), Martín Lozano (bajo), Jorge Giorno (batería) y Agustín Konsol (teclado)
Coreografías:
Alejandro Lavallén
Asistente en
coreografías: Antonella Campaniello
Adaptación
libro y letras: Marcelo Kotliar
Producción
ejecutiva: Estanislao Otero Valdez
Producción
ejecutiva: Victoria Saud
Producción
ejecutiva: Nicolás Dal Farra
Diseño de vestuario:
Javier Ponzio
Diseño de escenografía:
Ana Díaz Taibo
Diseño de
iluminación: Martín Rebello
Diseño de
sonido: Mariano Del Rosso
Maquillaje:
Santiago Castro
Peinados:
Adrián Llamosas
Stage Managers: Gina Solor y Alan
Gejtman
Asistencia
de dirección: Laura Eslava
Fotografía:
Nacho Lunadei
Diseño
gráfico: Matías Gordon
Marketing
digital y social media management: Belu Maffei
Comunicación
y prensa: Carlos Mazalán, Marcelo Boccia y Ariel Zappone
Asistente de
producción: Tamara Bur
Asesor
legal/Asistencia producción: Andrés Coll Areco
Sublime!
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