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jueves, 8 de septiembre de 2016

Crítica de "Cerca del abismo", de Carla Liguori, Javier Raffa, Alejandro Brukman y Agustín Konsol

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Cerca del abismo

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2016 (Teatro El Cubo).


Al ingresar en la sala, el espectador se encuentra inmerso en un clima de futuro distópico. Este será el marco para un musical que utiliza esa supuesta distancia para tratar temas tan cercanos como el rol que ocupan los sentimientos en la búsqueda de la felicidad, el modo en que los anhelos determinan la forma de vivir y la relación entre la política, los mandatos sociales y la libertad. Para ello, el libro de Carla Liguori y Javier Raffa recurre a historias paralelas, que transcurren en diversos espacios: un lugar incierto, un país llamado Austerria y el Mundo Superior al que pertenece su clase gobernante. El texto es reflexivo y poético, pero a la vez entretenido y fácil de seguir. Los dramaturgos tienen la capacidad de narrar sin caer en una estructura obvia, y como son conocedores del género saben exactamente cuándo darle espacio a la música o al baile para que la historia se expanda con sus aportes.

Crítica de "Mío! Martita y los Matorrales", de Julieta Carrera, Lucía Bayá Casal y Damián Báez

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Mío! Martita y Los Matorrales

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2016 (Teatro El Marechal).


El concepto de "falso recital" ya se ha convertido en una especie de subgénero en sí mismo. Mío! Martita y Los Matorrales es un agradable espectáculo que podría pertenecer a esa clasificación. Por lo tanto, el público debe estar predispuesto a jugar; a creer que está viendo un concierto de una diva de la canción romántica latina: Martita, interpretada por Lucía Bayá Casal. Está actriz incluso se cambiará de ropa a la vista de los espectadores entre cuadro y cuadro sin que se rompa la ilusión. Bayá Casal tiene un manejo clownesco de su cuerpo y su composición de Martita es sumamente histriónica, por momentos caricaturesca. El personaje es algo inocente y verborrágico, tiene muletillas y vicios para hablar, y mantiene una dosis de energía alta. Este último punto se verifica también al cantar, porque Martita se compromete con cada canción y la utiliza como elemento catártico.

Crítica de "Borgia, el musical", de Soledad González Sintas, Mariano Toledo y Maximiliano Spoltore

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Borgia, el musical

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2016 (Teatro Del Globo).


Dentro del panorama actual del género, Borgia, el musical es una rareza. Mientras todo tiende a achicarse, este espectáculo tiene cuarenta artistas en escena y dieciséis músicos en el foso. Por supuesto, cantidad no siempre es garantía de calidad, pero detrás de cada apartado de esta obra se percibe un esfuerzo por contar una historia digna, pese a los desajustes que puedan surgir por la ambición del proyecto. El libro de Soledad González Sintas y Mariano Toledo pone especial atención en la relación entre Lucrezia y Diego Borgia, pero no descuida la red periférica de conflictos y personajes. Sorprende al narrar con orden una multiplicidad de situaciones, que hacen que el espectador no pierda interés en el relato. Así y todo, da la sensación de que a la obra le sobran bastantes minutos, y esto se hace más notorio por cierta indefinición en el rumbo y el tono de su primer tramo. Una vez que el texto llega a presentar todos los elementos que sostendrán el devenir de la familia Borgia, puede empezar a fluir de una forma más armónica, e incluso las transiciones entre escena y escena se ven más prolijas.

Crítica de "Las Noches Blancas", de Ariel Gurevich

Categoría: OBRA CON MÚSICA

Crítica de Las Noches Blancas

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2016 (El Cultural San Martín).


Se sabe que hay varias formas de adaptar una historia preexistente al teatro. Ariel Gurevich optó por el camino de los sentimientos para su transposición de la novela Noches blancas, de Fiódor Dostoievski. El resultado es un texto artesanal, en el que lo que se mantienen son las emociones que atraviesa cada personaje, pese al cambio de género de uno de ellos y a la alteración del tiempo y el espacio de los hechos. El devenir del relato es muy simple, y puede resumirse en escasas líneas, pero es el vuelo poético de la dramaturgia el que abre paso a ciertas aristas de estos seres, de otra forma insondables. Una tensión construida a base de sutilezas va marcando el ritmo, de la mano de la dirección de Gurevich. Lo que importa no es el realismo de las situaciones, dado que lo que vemos y escuchamos está siempre tamizado por la subjetividad de sus interlocutores. Así, por momentos narradores privilegiados y por otros participantes de la acción, los protagonistas van entrelazando sus percepciones, pensamientos y pasiones.