Categoría:
OBRA CON MÚSICA
Crítica de Las Noches Blancas
Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2016 (El Cultural San Martín).
Se sabe que
hay varias formas de adaptar una historia preexistente al teatro. Ariel
Gurevich optó por el camino de los sentimientos para su transposición de la
novela Noches blancas, de Fiódor
Dostoievski. El resultado es un texto artesanal, en el que lo que se mantienen
son las emociones que atraviesa cada personaje, pese al cambio de género de uno
de ellos y a la alteración del tiempo y el espacio de los hechos. El devenir
del relato es muy simple, y puede resumirse en escasas líneas, pero es el vuelo
poético de la dramaturgia el que abre paso a ciertas aristas de estos seres, de
otra forma insondables. Una tensión construida a base de sutilezas va marcando
el ritmo, de la mano de la dirección de Gurevich. Lo que importa no es el
realismo de las situaciones, dado que lo que vemos y escuchamos está siempre
tamizado por la subjetividad de sus interlocutores. Así, por momentos
narradores privilegiados y por otros participantes de la acción, los
protagonistas van entrelazando sus percepciones, pensamientos y pasiones.
Los
intérpretes asumen esta tarea con la autenticidad que requiere el tema de
fondo: el anhelo de un amor inasible que no obstante nos hace ser nosotros mismos.
Nelson Rueda interpreta con delicadeza a un hombre anónimo que llegó a habituarse a la soledad y la distancia de los demás. Hay en él cierta ingenuidad contenida, que provoca rápida empatía. Una noche, encuentra a un joven angustiado (Esteban Masturini) y lo invita a su departamento. Este último le contará que quiere reconquistar a una mujer que lo ignora, y a eso se debe su desazón. Ambos acuerdan repetir el encuentro durante las noches subsiguientes, pero el visitante pondrá una condición: que el dueño de casa no se enamore de él. Masturini realiza una de sus mejores composiciones, balanceando fragilidad y resolución, y desenmascarando a su criatura través del canto. Silvana Tomé completa el trío actoral en el rol de la portera española, fiel confidente del personaje de Rueda. Suma pinceladas de humor, pero también sobrevuela el triángulo amoroso principal, con impotencia por no poder incidir en él.
Nelson Rueda interpreta con delicadeza a un hombre anónimo que llegó a habituarse a la soledad y la distancia de los demás. Hay en él cierta ingenuidad contenida, que provoca rápida empatía. Una noche, encuentra a un joven angustiado (Esteban Masturini) y lo invita a su departamento. Este último le contará que quiere reconquistar a una mujer que lo ignora, y a eso se debe su desazón. Ambos acuerdan repetir el encuentro durante las noches subsiguientes, pero el visitante pondrá una condición: que el dueño de casa no se enamore de él. Masturini realiza una de sus mejores composiciones, balanceando fragilidad y resolución, y desenmascarando a su criatura través del canto. Silvana Tomé completa el trío actoral en el rol de la portera española, fiel confidente del personaje de Rueda. Suma pinceladas de humor, pero también sobrevuela el triángulo amoroso principal, con impotencia por no poder incidir en él.
Las canciones
suelen irrumpir sin aviso, como apuntes sobre algo que ha sucedido. Le dan un
tono particular al montaje, junto con la sencilla coreografía de Mecha
Fernández, que busca el absurdo y desestructura la puesta. La iluminación de
Leandra Rodríguez le va dando vida al ambiente blanco y despersonalizado que
crea la escenografía de Ana Sarudiansky.
Más
información:
Teatro: EL
Cultural San Martín – Sala 3 (Sarmiento 1551)
Funciones:
jueves a domingos 20:30 durante septiembre; jueves a las 20:30 en octubre
Precio de
las entradas: $ 110 (jueves, día popular: $ 90)
En venta en
el centro cultural: 4374-1251/59 (int. boletería: 2241) y también online: www.tuentrada.com
Duración: 1
hora y 20 minutos
Dramaturgia
y dirección: Ariel Gurevic
Elenco: Nelson Rueda, Esteban Masturini y
Silvana Tomé
Banda
sonora: Diego Vila
Coreografías:
Mecha Fernández
Escenografía:
Ana Sarudiansky
Realización
de escenografía: Mariana Ayala
Diseño de
luces: Leandra Rodríguez
Asistencia
de iluminación: Susana Zilbervarg
Vestuario:
Jam Monti
Fotografía:
Nacho Lunadei
Productora:
Maite Iparraguirre
Prensa:
Carolina Alfonso
Asistencia
de dirección: Juan Abuaf Calero
No hay comentarios:
Publicar un comentario