Esta es la transcripción de una entrevista
que mantuve con dos de las integrantes del nuevo proyecto musical de Ricky
Pashkus y Gaby Goldman, con dirección de Leandro Bassano: Esgarabal. Las actrices Camila Martin (18 años) y Ailén Kazakevich
(16) debutan en el teatro comercial, y expresaron todo su entusiasmo por el
proyecto en una charla muy divertida. Como la nota fue extensa, decidí
dividirla en dos partes (por suerte en un blog se puede hacer esto, mientras
que un diario habría seguir editando): una con las preguntas que tienen que ver
con la obra y otra con lo referido al teatro musical en general. Quiero
agradecerles a las chicas por su buena predisposición, y a Leandro Bassano por
hacer posible esta entrevista.
Esgarabal se presentará los sábados de septiembre, a las
16 hs., en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525). Las entradas van desde los
$60 hasta los $80, y se pueden conseguir en el teatro o en http://www.plateanet.com/Obras/esgarabal.
E.C.M.: ¿Qué es eso de tener “un mambo propio”, que
es uno de los slogans de Esgarabal?
Cami: El mambo propio serían las diferentes
energías de cada uno. Esos mambos se van juntando y se hacen uno, que hace que Esgarabal sea una especie de locura.
Ailu: Cada uno de nosotros tiene una
característica, y cuando nos juntamos todos se genera “una sensación distinta”
(el otro slogan de la obra). Todos somos diferentes, pero unidos podemos hacer
algo más grande.
Cami: Claro, es el conjunto de las energías
de cada uno. Por ejemplo, yo ya soy un mambo, y mi mambo propio es jugármela en
la profesión, entrenar, estar a mil por hora todo el tiempo, y eso después
ponerlo en la obra.
E.C.M: ¿Cómo compusieron a los personajes? ¿Tienen
mucho de ustedes? Sé que mantienen sus nombres.
Ailu: Nosotros empezamos a jugar con los
personajes desde lo nuestro. No fue que dijimos “quiero ser esa” de entrada. Somos
nosotros, y a muchos nos cuesta decir “yo soy así”, porque es difícil
reconocerlo. Llevamos nuestras características al extremo para que se entienda
mejor. Uno adentro tiene un montón de cosas, y en la vida no anda transmitiendo
todo. En el escenario, en cambio, se puede mostrar todo lo que uno es.
Cami: Es extremar lo que socialmente no está
tan bien visto.
E.C.M.: ¿Cual es tu mambo propio, Ailu?
Ailu: Para mí, tiene que ver con que no paro
un segundo, voy al colegio, y enseguida voy a ensayar… También, hay algo mío
que es bastante oscuro.
Cami: Sos selectiva.
Ailu: Sí. Me puedo reír de todo, pero
también puedo enojarme y no hablarte más. Yo creo que son las dos cosas. Uno es
el mambo de no parar un minuto, aunque estoy en un grupo donde somos todos así.
Nos juntamos a ensayar y pasamos de una cosa a la otra. Y el otro es lo
relacionado con mi persona: tal vez socialmente todo es una sonrisa pero
adentro te quiero matar, ¿entendés?
Cami: Cabe destacar que igualmente es una
compañía donde la mayoría son adolescentes, y es una etapa donde también todo
es un mambo, así que no todo se puede describir al 100%. Por ejemplo, yo tengo
18, y Ailu tiene 16, y la mayoría ronda esa edad. Después está Triana, que
tiene 13. Entonces, vos le podés preguntar a Triana “¿Cuál es tu mambo
propio?”, y es totalmente distinto al que puedo llegar a tener yo. Esas son las
diferentes energías que se ven. Al ser una compañía juvenil, el quilombo, la
excitación, la ansiedad y la adrenalina están siempre presentes.
Ailu: Y la energía adolescente que uno
siempre busca a esta edad.
Cami: Frescura.
E.C.M.: ¿Vos vas a la universidad, Cami?
Cami: Sí, estudio, aparte de comedia
musical, en una facultad para ingresar a la carrera de locución.
E.C.M.: ¿Cómo compatibilizan el estudio con el
trabajo en la obra?
Cami: Para mí, todo lleva más o menos al
mismo lugar. Yo creo que el objetivo principal que tiene un locutor es transmitir.
Para el artista, lo mismo. Estudio estas dos carreras porque siento que necesito
expresarme, comunicar, dar a entender y poder expresar lo que siento. A lo
mejor me cuesta hablarlo o no, pero siento que de esa forma me libero mucho
más. Digamos que mis facetas están bastante ligadas; son del mismo ambiente.
Trato de hacerme un lugar para todo, porque curso a la mañana y ahora voy a
cursar a la noche para no perderme las clases. Pero estamos a full, de domingo
a domingo, y sin feriados.
Ailu: Yo no estoy todavía estudiando una
carrera. Voy al colegio, donde tengo la careta de la vida social, en la que no
tenés que transmitir nada. Uno no puede entrar al colegio con la locura con la
que entra al estudio de danza. Yo entro al estudio de danza y me libero. Parece
como cuando sueltan a las vacas, que van corriendo. En el colegio tengo que
mostrarme más tranquila, si bien no soy de las que estudian.
Cami: Uno tiene que seguir una línea. No
como una falsedad, pero para pertenecer a un grupo. Los temas de conversación
que podemos llegar a tener nosotros, no los podés tirar en un lugar que es nada
que ver.
Ailu: Aparte, vivimos en una sociedad (va a
ser raro lo que voy a decir), y uno se tiene que adaptar a las personas que
están alrededor. Por eso, a mí me encanta la Sociología, para ver
cómo las personas se fueron adaptando, y me gustaría poder pasar eso al
escenario.
E.C.M.: En musicales como All That Jazz y Calle 42
se ve a los artistas sufriendo en los ensayos. ¿Esto es así en su compañía?
Ailu: Y, últimamente… (Risas)
Cami: Nunca la pasamos mal, pero sí es
difícil, porque al ser muchos adolescentes es un quilombo, y hay que tener
límites. Y los más grandes también nos sumamos.
Ailu: Aparte no hay mucha diferencia de
edades.
Cami: Ensayamos a full sábado, domingo y
lunes. Sábado y domingo a la mañana.
Ailu: O sea, ninguno sale, y eso que somos
adolescentes.
Cami: Digamos que te tiene que gustar,
porque es un sacrificio. Para llegar este fin de semana al Borges a las 9 a.m.
me tengo que levantar a las 6 a.m., porque vivo a dos horas de viaje y soy
relenta una vez que me levanto. No tenemos feriados, no salimos los viernes, ni
los sábados, ni los domingos. Y en los ensayos, a veces nos retan.
Ailu: Hay mucho que no paran de hacer
chistes.
Cami: Aparte el espectáculo tiene que salir
bien, y está en juego el nombre de un montón de personas del ambiente.
E.C.M.: Por supuesto. No es una muestra.
Cami: Claro, si en una muestra vos tocás el
charango mal, tus papá te van a aplaudir igual, pero acá es otra cosa. Tenemos
un público que no nos conoce, y pesa la responsabilidad de saber que, si uno lo
hace mal, no lo van a ir a ver o va a quedar mal o se va a dedicar a otra cosa.
Ailu: El director [Leandro Bassano] siempre
puso límites cuando los tenía que poner, y también supo dejar momentos para
dispersarnos y crear, porque estamos creando todo el tiempo. Aunque, sí, en
estos últimos momentos estamos todos casi llorando en los ensayos.
Cami: Ansiosos.
Ailu: Pero lloramos por la locura de la
perfección, diciendo “¡No puedo creer que esto no me salga!”.
Cami: Nos tocó trabajar con coreógrafos
invitados muy profesionales, y tenés que poner cara de que te las sabés todas.
Por ejemplo, no puedo estar jodiendo con
el tiempo de Mariano Botindari.
Ailu: Además, viene a darnos una mano.
Cami: Creo que no se les pagó, son amigos
del equipo creativo, igual que Milagros Michael, Diego Hodara, Lucila De
Stéfano. ¡Y el maestro Gaby Goldman! Vino a un montón de ensayos y es la
palabra suprema: es SU música.
E.C.M.: Entonces ustedes están haciendo un workshop, adecuando el material y
explorándolo.
Cami: Sí, totalmente. El Esgarabal de 2013 es una versión siglo
XXI. No tiene nada que ver con el original. Hasta la música tiene arreglos
nuevos que Gaby adecuó para nosotros. Leandro [Bassano, el director] lo
modificó todo. Originalmente, “Esgarabal” se hizo en la materia “Composición
coreográfica” del IUNA, así que fue casi una excusa, y se le dio la mayor
importancia a la danza. El vestuario era muy negro…
Ailu: Salvo dos o tres, eran bailarines que
cantaban. Lo que se trató de hacer en la nueva versión fue buscar quienes
tienen más facilidad para el canto y quiénes para el baile, y complementarlos.
Cami: Aparte, al hacerlo con un elenco más
joven, se le da otro sentido a las temáticas que se tocan. A la altura a la que
estamos, no diría que son fuertes, pero se trata, por ejemplo, la temática del
gay y el prejuicio de que las bailarinas son todas putas. No es un infantil.
Ailu: Pero está bueno porque transmitimos lo
que nos pasa.
E.C.M.: Además, me imagino que buscan la
comprensión de los padres que asistan, como pasó en su momento con Despertar de Primavera.
Ailu: Totalmente. Hay muchos varones que
tratan de mostrar que esto es lo que les gusta y no jugar a la pelota.
Cami: Es difícil decirle a tu papá que
querés estudiar arte. Depende de vos que te lo tomes en serio. Yo en la
secundaria era recontra traga. Era abanderada y me enojaba cuando me sacaba 7.
Vos esperás que se siga una línea, y que una persona con ese rendimiento estudie
una carrera universitaria: medicina, abogacía… Por suerte mis papás siempre me
apoyaron. Paralelamente, al gustarme la locución, yo sentía que tenía que
seguir con eso, que es una carrera terciaria. Pero es muy difícil trabajar en
este medio. Uno de los temas de la obra es la competencia, y la mirada del
otro.
Ailu: En realidad, eso te pasa en todos los
ámbitos. Uno siempre quiere conseguir el trabajo.
E.C.M.: Teniendo coreógrafos tan importantes, me
imagino que el baile no estará puesto al azar dentro de la historia, y que
aparecerá con sutilezas. Para mí, el musical que mejor integró el baile a la
historia fue Amor sin Barreras (West Side Story), frente a muchos otros
donde los bailes eran arbitrarios. ¿Ustedes también tratan de expresarse con el
cuerpo al bailar?
Ailu: No hay parte de la obra que no tenga
música, prácticamente. Hasta el texto tiene música de fondo. Bailar es siempre
una excusa. Hay veces que estamos parados y no te vas a dar cuenta de cuándo
cantamos, cuándo bailamos y cuándo actuamos. Y transmitimos con la coreografía.
Cami: La obra tiene un símbolo [que se puede
ver en la foto que acompaña a esta nota], que es parte de una coreo, y el paso
expresa lo que es Esgarabal. Quiere
decir: “Tomá todo. ¿Qué más querés?”. La entrega viene directo del corazón,
aunque parezca que es el símbolo de una secta. (Risas) La letra va acompañada
de la coreografía. Es, además, una obra muy comprometida vocalmente. Es todo
cantado a voces. Hay coritos, vocecitas, contracantos… de todo.
E.C.M.: ¿Vocalizan y elongan con rigurosidad en los
ensayos?
Cami: Cada uno tiene que llegar vocalizado
al ensayo.
Ailu: Y elongado, también. Para no perder
una hora.
E.C.M: ¿Cómo fue el proceso de audiciones?
Ailu: Nosotras fuimos alumnas de Leandro
Bassano, el año pasado, en el estrudio de Ricky [Pashkus]. Hicimos una muestra
muy chica, y se vio una energía especial, y ahí Leandro dijo que quería hacer
algo con nosotros.
Cami: Siempre estuvo en los planes armar una
compañía, pero implica un gasto muy grande.
Ailu: Era difícil. Es más, es el debut de
Leandro y de Fernanda Martínez, la directora vocal. Y apareció Ricky, que nos
sostuvo para hacer la compañía. Además, hubo que ver el tema legal por los
ensayos, porque somos menores.
E.C.M.: Aparte, el elenco es numeroso: 19 actores.
Cami: Seis de nosotros ya estábamos
preseleccionados, y un día se hizo la audición con 168 personas.
Ailu: Y había tanto talento y tanta
“hambre”, como nosotros llamamos, que se amplió el elenco (iban a ser sólo 15
integrantes, en un principio).
E.C.M.: ¿Tienen alguna anécdota que muestre la
locura de los ensayos?
Ailu: En uno quiso entrar Graciela Alfano.
Dijo “Yo soy Graciela Alfano”, pero le tuvieron que decir que era un ensayo.
Otra locura es que entramos todos gritando y, como no podemos salir a la noche
(eso sí, llegamos todos media hora antes), ponemos reggaeton y las luces de
colores a las 10 a.m.
Cami: Tenemos frases locas, como “Acá nadie
gusta de nadie” (de Leandro Bassano) y nuestra coach vocal nos tira los “Fer
tips”: pautas con cosas de la vida cotidiana.
E.C.M.: ¿Por ejemplo, cuál sería un “Fer tip”?
Ailu: “Si la tenés que remar en dulce de
leche, que los palitos sean de plástico. Si son de madera, absorben el dulce de
leche y te hundís”. Otra de sus frases es “Chicos, estudien o no llegamos ni en
moto”.
E.C.M.: ¿Qué es “Esgarabal”? ¿Un idioma inventado?
Cami: Cuando nosotros le preguntamos qué
quería decir a Ricky, dijo “Es Chorus
Line, es Chorus Line, Esgarabal”. Es su imaginario de lo que
vendría a ser A Chorus Line.
Ailu: Exacto, llevado a lo argentino.
Cami: En Esgarabal
también se transita el ensayo y el estreno, mientras que A Chorus Line se queda en el casting. Pero sí, Esgarabal es un idioma inventado. Para mí, viene de “garabato”, es
como un mamarracho, algo sin estructura.
Ailu: Está bueno que vayan los artistas,
para ver reflejado lo que ellos sienten y piensan, y también gente que no es
artista, para que se de cuenta de que no todo es como cree, y se saque los
prejuicios y pueda ver a los artistas con otra mirada.
E.C.M.: ¿Para qué público es la obra, en cuanto a
edades?
Cami: Adolescentes y adultos, pero sin
límites. En el siglo XXI, un nene de 11 años sabe de qué hablamos.
Ailu: Aparte, cada uno lo va a ver de una
forma diferente.
E.C.M.: ¿Cómo reaccionaron sus amigos cuando se
enteraron de que iba a actuar en una obra?
Cami: Mis amigas no lo pueden creer y me re
agrandan. Me dicen: “Yo quiero tener tu vida”. Yo pienso “Me duele todo”. La
mayoría estudia medicina.
Ailu: Mis amigas son del colegio, y me dicen
“Vas a conocer a Peter Lanzani. Te va a llamar Cris Morena”. Pero ven que yo no
duermo y voy al colegio con ojeras porque el día anterior tuve ensayo hasta
tarde.
Cami: Van más a lo social; a la fama.
E.C.M.: ¿Cómo es trabajar con Ricky Pashkus y su
equipo creativo?
Cami: Es un honor que el primer trabajo sea
con ellos. Me demuestran humildad ante todo. Ofrecen todo y apuestan mucho a
nosotros.
Ailu: No se quedan en que el artista ponga
la pierna donde la tiene que poner, sino que se fijan en la persona. Ricky y
Lean se interesan mucho por saber qué es de tu vida.
Cami: Son también muy sinceros. Van a
marcarte responsabilidad, y la rigurosidad de un buen entrenamiento. Te van a
acompañar en tus angustias, y decirte la verdad para que puedas crecer. Son
padres educativos y padrinos del arte.
Ailu: Si un proyecto no te conviene, Ricky
te aconseja. A lo mejor en el momento te lo tomás mal, ¡pero después te das
cuenta de que tenía razón! Y después te da tu propio espacio.
Cami: Siempre se dice que representar es una
doble presentación, donde se presenta al personaje y a uno mismo. Es muy
difícil, y hay que buscar no sobreactuar, sino mostrar esta doble presentación.
Ailu: Siempre es difícil entrar en uno mismo
y sacarlo. Es más fácil ver lo de afuera, y así se malinterpretan algunas cosas
y se llega a conclusiones erradas como “El que va al psicólogo está loco”.
E.C.M.: ¿Y qué piensan de Gaby Goldman, que se hace
tiempo para estar en prácticamente todos lados?
Ailu: Es un dios de la música.
Cami: No hay nada que él haga que puedas
decir que es malo. Viene a los ensayos. Una vez agarró un teclado chiquito a pila,
de nuestra directora vocal (como esos de juguete, para bebés), tocó el acorde
de Casi Normales, y después tocó Esgarabal, marcando nota por nota lo que
quería transmitir con esa canción. Se tomó el tiempo para hacer pistas nuevas y
montar cosas, siendo que está en todos los musicales.
E.C.M.: ¿Cómo es Leandro Bassano como director?
Cami: Es un compañero.
Ailu: A veces dice que le cuesta ponerse en
el papel de director, pero lo maneja rebien. Si uno está muy arriba, después
nunca baja. Por eso me gusta su humildad.
Cami: Yo tuve problemas de salud el año
pasado, y Leandro estuvo en todo (desde llamarme hasta ir a visitarme), junto
con Fernanda [Martínez, la coah vocal], y lo mismo con otros dos chicos.
Siempre te protegen y te educan, y te aconsejan en todo.
Ailu: Siempre preguntan “¿Te pasa algo?
¿Necesitás algo?”. Nosotros les decimos Papá Esgarabal y Mamá Esgarabal.
Cami: Esgarabal
es como una familia y una escuela.
Ailu. Y todos aprendemos de todos.
Cami: Nos llevan a visitas con gente del
ambiente y nos presentan. Si a mí me preguntaran “¿con quién querés debutar?”,
yo diría “con ellos” sin dudarlo.
Ailu: El otro día con Maxi [Bartfeld, el
productor] tuvimos una charla con Francisco Ruiz Barlett, Sofía González Gil y
Stella Maris Faggiano, y nos contaron sus experiencias. Maxi realiza un trabajo
muy humano. Cuida hasta el último detalle. Hasta nos recomienda que no tomemos
alcohol.
Cami: También, tenemos vestuario de Pablo
Battaglia, que es un lujo tremendo.
Ailu: Lo único que puedo hacer es agradecer.
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Elenco: Delfina Arrizabalaga, Juan José Araya, Rocío Caldés, Celeste
Dondero, Vicky Goldstein, Luca Calaterra, Celeste Condoleo, Nicolás Di Pace,
Federico Ferreyra, Ezequiel Giannoni, Ailén Kazakevich, Franco Rau, Anabella
Reggi, Gala Schneider, Facundo Ullúa, Max Romero, Camila Martin, Jeremías
Sapire y Triana Pena.
Dirección: Leandro Bassano
Libro: Ricky Pashkus
Letras: Gonzalo De María
Música: Gaby Goldman
Dirección Vocal: Fernanda Martínez Mina
Coreografía: Mariano Botindari, Lucila De Stéfano,
Millie Michael, Diego Hodara, Leandro Bassano
Vestuario: Pablo Battaglia
Diseño de Luces: David Seldes