Contenido adicional: Phantom vs. The Phantom of the Opera
-The Phantom of the Opera: música de Andrew Lloyd
Webber, letras de Charles Hart y Richard Stilgoe y libro de Lloyd Webber y
Stilgoe-
El otro día alguien me dijo que había visto Phantom y que no le había gustado tanto
como la versión original. Esa persona debió soportar una perorata con mi
explicación de por qué no existe tal cosa como “la versión original”. Además,
vi en las redes sociales que mucha gente se confunde y cree que las dos obras
nombradas son la misma. Por eso, me pareció conveniente hacer un brevísimo paralelismo
entre el musical estadounidense (Phantom,
del mismo dúo que había creado Nine)
y el británico (el de Lloyd Webber), teniendo en cuenta que el segundo es
indiscutiblemente más popular. Se comenta que Yeston concibió su obra sin saber
que Lloyd Webber iba a preparar la propia. El compositor inglés le ganó de mano
y estrenó antes. Cuando The Phantom of
the Opera se convirtió en un éxito del West End londinense (1986), surgió
la idea de montarla en Broadway. Esto hizo que los inversores de Phantom retiraran su apoyo, para no
competir con el tanque de Lloyd Webber. Así, la obra de Yeston nunca vio las centellantes
luces de Broadway, y se estrenó por primera vez en 1991, en Houston (en el
estado de Texas). Es más, le tuvo que cambiar el nombre para no cargar con la
sombra de la otra adaptación.
El Fantasma
de la Ópera estuvo en cartel en
Buenos Aires en 2009, en el teatro Ópera, y Phantom
llega por primera vez a nuestra ciudad.
Estas son 5 diferencias que quiero destacar:
1-La base del estilo musical:
Como ya expliqué en la crítica, Phantom apunta a recobrar el charme
clásico, mientras que la partitura de The
Phantom of the Opera busca el efecto estilístico de lo tenebroso a lo largo
de todas las composiciones. Además, hay mucho menos diálogo hablado en The Phantom of the Opera.
2-La personalidad del fantasma:
En Phantom,
Erik se muestra sensible y humano. En The
Phantom of the Opera, el Fantasma prefiere permanecer más misterioso y
aterrador, aunque descubrimos que tiene un costado pasional. Las escenas entre
el Fantasma y Christine en Phantom
son más románticas (aunque nunca del todo); en The Phantom of the Opera, hay siempre una tensión latente entre
ellos.
3-La fidelidad de la trama al libro:
Ninguno de los dos musicales es la fidelidad hecha
obra, pero The Phantom of the Opera
está más cerca de los sucesos que escribió Leroux.
4-El final:
Muy diferente en ambas, pero no conviene dar
detalles. The Phantom of the Opera
hace un mejor uso de la música para intensificar ese final y crear un clima
agobiante.
5-El pasado del Fantasma:
Si bien las dos obras tratan el tema, Phantom lo hace con más detalle. Sin
embargo, The Phantom of the Opera nos
habla más que Phantom del pasado de
Christine, a partir de cortas menciones a la relación con su padre y con Raoul.
Todo esto, más allá de detalles más evidentes, como
que en Phantom Christine empieza
vendiendo partituras en la calle mientras que en The Phantom of the Opera la vemos desde un principio trabajando en
el teatro. Otro de este estilo es que Raoul y Meg Giry, personajes fundamentales
de la novela de Leroux, no aparecen en Phantom.
Un dato adicional es que The Phantom of
the Opera suele representarse con mayor despliegue de producción que Phantom.
Son más los defensores de The Phantom of the Opera que los de Phantom, pero hay que tener en cuenta que la primera está más
difundida e instalada. De hecho, yo estoy mucho más familiarizado con esa
versión. Por lo demás, no tengo del todo definido con cuál me quedaría (tal vez
porque son bastante distintas).
Para terminar, resta decir que Lloyd Webber desarrolló una secuela titulada Love Never Dies, que se estrenó en el West End en 2010 y que a la crítica no le gustó demasiado. La obra, situada 10 años después del final de su predecesora, fue modificada para su estreno en Melbourne, Australia, en 2011. Vi esta versión en DVD y debo decir que me encantó el enfoque que le dieron a los personajes. Es rescatable el desarrollo de la forma de ser del Fantasma, y el final me dejó conforme, pese a ser efectista. Además, tiene un par de piezas musicales que vale la pena escuchar.
Foto principal: máscara de Andrés Parrilla para la versión argentina de Phantom.
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