Crítica de "ART MONSTER", de Judith Cabral, con canciones de Lady Gaga

Categoría: CONCIERTO

Crítica de ART MONSTER, de Judith Cabral,

con canciones de Lady Gaga

Buenos Aires, Argentina.

Temporada 2014 (Molière Teatro).

 Nivel:

Estrella Verde

 (Le doy “estrella verde” a los espectáculos que están muy por encima de la media y que, por esto, merecen trascender los parámetros habituales de calificación.
Desde la implementación del nuevo sistema, solo Para tibio, pastel de manzana y ART MONSTER ostentan la “estrella verde”)

Si no estás al tanto del nuevo sistema, podés leer todo haciendo click acá.

“¿Saben? Si yo fuera un tipo y me sentara acá con un cigarrillo en la mano, agarrándome la entrepierna y diciendo que hago música porque me gustan los autos rápidos y cogerme chicas, ustedes dirían que soy una estrella de rock. Pero cuando lo hago en mi música y mis videos, dicen que distrae… Yo soy solo una estrella de rock”. Así de crudamente lo expresó Lady Gaga, pero fue Judith Cabral quien le hizo honor a la frase durante su concierto-homenaje del viernes pasado. No, no precisamente porque haya imitado la excéntrica parafernalia de Gaga ni porque se haya regodeado en la idea de transgresión. Lo que hizo Cabral fue calar hondo en la personalidad de esta popular cantante para brindarnos ni más ni menos que su esencia artística.

Si bien hubo algunas adaptaciones de los exóticos vestidos de “la Germanotta”, la estrella del show fue su material, y esto es valiosísimo, teniendo en cuenta que muchas veces el trabajo de Gaga como compositora e intérprete no está tan arraigado en la cultura popular como su imagen. De hecho, como comenté la semana pasada, antes de introducirme en este espectáculo, yo no conocía su discografía (salvo por las inmortales canciones que figuran en el disco de jazz que grabó con Tony Bennett).

En esta línea, Cabral fue salomónica a la hora de elegir el repertorio: incluyó cuatro canciones del disco Born This Way, cuatro de Art Monster, un medley con los éxitos de The Fame (debut de Gaga) e hizo una fantástica elección al incorporar cuatro canciones que, por una cosa o por otra, la cantante nunca lanzó en un CD (“Oh Well”, “Wonderful”, “Fever” y “Future Love”).

Evidentemente, solo alguien que conoce mucho al artista que va a homenajear puede efectuar una selección tan acertada, sin dejarse encandilar por los hits. Gracias a esto, los espectadores pudimos conocer excelentes canciones (sobre todo, “Wonderful”, que tal vez está alejada del estilo de pop que Gaga interpreta actualmente pero esto da cuenta de cierta versatilidad).

Sin embargo, lo que más llama la atención de ART MONSTER es que, gracias al enorme (¿monstruoso?) talento de Judith Cabral, permite redescubrir canciones que quizá ya escuchamos. Esto me pasó, por ejemplo, con “Venus” o “Hair” (gran momento del show). Por supuesto, a esto contribuyeron las enriquecedoras armonías de la corista Sofía Schdverfinger, la energía de la banda Quantum y la inspirada dirección musical de Matías Cabello (que se lució durante el medley). Considero que la ausencia de los efectos computarizados que abundan en las canciones de Gaga propició un mayor acercamiento del público al repertorio y la posibilidad de valorarlo desde otra perspectiva.

En cuanto a Judith Cabral, su trabajo es formidable, y debería propulsarla a una gran cantidad de proyectos. Realmente, merece que mucha gente la escuche, porque más allá de tener una voz privilegiada y poderosa, supo desarrollar ese don y potenciarlo. Mientras tanto, hay personas que no sabe cantar dos notas seguidas y pisan un Gran Rex, y otras que hacen que cantan y acumulan miles de seguidores en las redes sociales e incluso hay que aguantarlos en la pantalla chica.

En fin, lo cierto es que las canciones de Gaga son muy difíciles de cantar, empezando porque una de sus características distintivas es la euforia (incluso tildada de hiperexcitación). Para mantener ese ímpetu y no desfallecer en el intento, es vital tener un buen control de la respiración y la colocación de la voz. Más aún, para encarar los complicados agudos que tienen algunas canciones, con su consecuente colocación (gracias a esto y a una limpia resonancia, el intrincado final de “Marry the night” tomó un vuelo fascinante en la voz de Cabral). Otra canción que evidenció una buena técnica fue “Edge of Glory”, que es un ejemplo de cómo alternar el mixed belting con el belting.

A Judith tampoco le faltó expresividad. Aunque su versión de Lady Gaga no es una imitación (y, de hecho, es bastante más family-friendly), aprovechó las oportunidades actorales que le brindaban las canciones sin perder de vista el espíritu de su intérprete original. Es un placer escuchar por fin a alguien con una perfecta pronunciación en inglés, frente a tantos que, aunque sean buenos cantantes, fallan en este punto y apenas superan el nivel de fluidez de Moria Casán.

ART MONSTER tuvo dos invitados especiales. Uno fue Ezequiel Crobalán, que bailó durante “Venus” y “Do What U Want” y jugó con una pelota azul (sí, como la que Gaga se pasa por sus partes pudendas en las fotos que hizo para su arte “gagaísta” de ARTPOP). El otro fue el talentoso Omar Calicchio, quien cantó “Cheek to Cheek” a dúo con Judith, recreando la grabación de Tony Bennet y Lady Gaga (un aplaudidísimo y enternecedor momento). Además, Sofía Schdverfinger interpretó sola una peculiar versión “Applause” en tono de jazz (tal como Gaga la había presentado en el programa Saturday Night Live). Vale decir una vez más que sus intervenciones en los coros aportaron consistencia a las canciones, como sucedió en “Fever”.

En conclusión, recomiendo no dejar pasar ninguna futura fecha de ART MONSTER, para encontrarse con una artista con una voz impresionante, muy buenas canciones y una Lady Gaga que no necesita un vestido de carne para llamar la atención, sino que dice “I just wanna be myself and I want you to love me for who I am”.

Más información:

Teatro: Molière (Balcarce 682)

Fecha: 7/11/2014

Duración: 1 hora

Prensa: Chapeau Argentina (Guille Barrios y Pato Pritzker)

Fotos: Fuentes2Fernandez