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domingo, 27 de octubre de 2013

Crítica de "Delirio Gaucho, canciones del interior", de Alejandra Radano y Fabián Luca, con un "ramillete de melodías olvidadas"

Categoría: CONCIERTO

Crítica de Delirio Gaucho, canciones del interior

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (El Picadero).

Calificación: 8.5/10 

ATENCIÓN: LUNES 28/10, A LAS 21 HS., ¡ÚLTIMA FUNCIÓN!


¿De qué se trata?: Un conjunto de canciones “olvidadas”, de la mano de delirantes interpretaciones de Alejandra Radano, con fuerte impronta teatral e imaginativos pasajes de texto para acompañarlas.

El punto fuerte de la obra: la locura de Alejandra Radano (en el mejor sentido).
Ya desde el título, nos plantean la idea de “Delirio”. Creo que es una buena palabra para describir la creatividad que surgió del dúo Radano-Fabián Luca, que concibió este espectáculo surrealista, difícil de encasillar. Hacia el final, se lo define como un precipicio. Debe ser porque uno se encuentra al borde, en un estado de extrañeza, entre lo conocido y lo desconocido.
Radano es una gran intérprete de musicales y, en esta oportunidad, encara un concierto con un repertorio más que curioso, con una orientación claramente teatral. Ella describe a las canciones como un “ramillete de melodías olvidadas”, interpretadas hace algunas décadas, por ejemplo, por Carmelita Aubert, Ginamaria Hidalgo, Alady (El Rey del Music-Hall Español), Ada Falcón, Angela Luce e Imperio Argentina.
Pero Radano (por suerte) no se conforma sólo con cantarlas (algo que, por cierto, hace muy bien, con gracia y demostrando que tiene técnica, y que ésta se amolda a diversos registros). Radano y Luca hacen suyas las melodías y las letras, y juegan con ellas hasta potenciar el resultado artístico, al sumarles una función teatral. No conviene adelantar algunos de sus recursos, pero cabe decir que siempre buscan hacer reír al espectador desde el costado del ingenio. Además, Radano, una artista dúctil, sabe imprimirle distintos tonos a las piezas, dándoles relieve, y acompaña lo que canta con un notable trabajo gestual. Logra, a partir de melodías sencillas, arrancar momentos musicales sorprendentes. En definitiva, demuestra que sabe manejar a la perfección el repertorio (puede parar una canción, acelerarla, intercalar un comentario, cambiar el tono, hacer reír, hacer la voz de un personaje y actuar a partir de la letra...). Para esto, la ayuda que varias de las canciones cuenten historias.
En los momentos de texto, se planta con firmeza en el escenario. Interactúa un poco con el público (“¿Hay algún físico cuántico en la sala?”) y cuenta anécdotas desopilantes con fluidez y gracia, y la voz un poco impostada para darle cierto aire de verosimilitud a lo que narra. Pero, sin dudas, la escena más destacada es en la que emula un monólogo del humorista Juan Francisco Verdaguer. Es un momento muy divertido, donde Radano despliega su talento como comediante y su timing.
Como ya he entredicho, Delirio Gaucho es uno de esos espectáculos que pueden considerarse dentro de la categoría de “humor inteligente”. Hace reír y, al mismo tiempo, pensar “¡Qué bueno/interesante eso que dijo!”. La inteligencia, en este caso, surge exclusivamente de la locura. El espectador atento al que apunta la obra podrá disfrutar de reflexiones atrayentes, como “La casa es el estuche de una vida. El campo es el lugar donde los pollos corren crudos”, y de las introducciones a las canciones, resaltando su originalidad/rareza (como la posibilidad de entrar en contacto con poesía dadaísta). También, hay pasajes imaginativos, como el de las estrellas.
“El paisaje mental es una traducción personal del mundo exterior” es una frase de Radano con la que se promociona el espectáculo. Por lo tanto, ver Delirio Gaucho es adentrarse en la mente de esta creadora, y su “traducción personal” de ciertos fragmentos de la realidad.

Los Primos Gabino, guitarristas, me sorprendieron gratamente, porque me permitieron redescubrir las posibilidades de ese instrumento. Además, tienen un muy buen dominio del ritmo. Diego Vila brinda un acompañamiento impecable en el piano. La música instrumental se puede apreciar muy bien, gracias al sonido prolijo de Mariel Ostrower.
El bailarín Ramón Salina demuestra pasión y fuerza, y tiene presencia escénica y sentido del humor.

La dirección de Fabián Luca permite que toda la mezcla que fui describiendo encaje sin trabas. Además de ser uno de los gestores del espectáculo y de dirigirlo, Luca se encargó del vestuario y la escenografía. Ambos rubros son muy correctos, en sintonía con la locura y sugiriendo un poco lo campestre sin caer en lo explícito (“El campo es un estado mental”, se dice en la obra).
La iluminación de Gonzalo Córdova se ajusta a la atmósfera surrealista.

En resumen: Un espectáculo que desborda creatividad, tanto por parte de Alejandra Radano como del director Fabiám Luca (ambos, gestores del proyecto). Radano brinda extraordinarias interpretaciones de un repertorio curioso de canciones “olvidadas”, y lo hace con teatralidad. Apela al humor inteligente, tanto en la forma de encarar las canciones como en los pasajes de texto. Los Primos Gabino, Diego Vila y Ramón Salina resultan ser una gran compañía para el delirio de Radano.

Más información:
Dirección: Diego Luca.
Teatro: El Picadero (Pasaje Discépolo 1857).
Duración: 1 hora.
Última función: lunes 28 de octubre, a las 21 hs.
Entradas. $120 a $150.

Este espectáculo perteneció, hace poco, a la selección nacional del FIBA y se presentó por dos funciones en Chile.

Prensa: Duche-Zárate (www.duchezarate.com.ar)


REPERTORIO (RAMILLETE DE MELODÍAS OLVIDADAS):

1-La Casita (The Little Home) (1924) Canción Surreal Mexicana (LLONIA)/ Palomita Blanca (1929) Vals Aéreo (ANSELMO AIETA)
2-Envenenando pichones en el Parque (1969) Balada Baladí
(TOM LEHER) *traducción Fabián Luca
3-¡Ay mi Suegra! (1935) Chacarera Familiar (M.ARCURI/V.MARINO)
4-Cuento viejo (1934) Estilo Delirio (G.ALCAZAR SAPERAS)
5-La Oncena (1956) Chacarera Trunca (EDUARDO LAGOS-JUAN GOÑI)
6-Las voces de los Pájaros de Hiroshima (1970) Canción Dadá (HORACIO PUEBLO GUARANY/ EUGEN JEBELEANU/MANUEL SERRANO PEREZ)
7-Andate con la otra (1928) Canción Femenina de Protesta (CARLOS V.G FLORES/ENRIQUE DIZEO)
8-Neurastenia Fatal (1931) Canción Inexplicable (F.REÑÉ-ALADY)
9-Verde Luna (1941) Habanera Extraterreste (PINCHI / GOMEZ)
10-La guinda (1948) Bavarois Venusino (EUSEBIO DELFIN/PEDRO MATA)
*TROPICAL STORM (TORMENTAL TROPICAL) Cuestiones Naturales (instrumental) (1987)
*(Instrumental de la Ópera “Nixon in China”) (JOHN ADAMS)
11-Rosa reseca (1932) Tango Antique (GERARDO MATOS RODRIGUEZ/IVO PELAY)
12-Dizzyland rose (2012) Coda Fugaz (DIEGO VILA)
13-Eche veinte centavos en la ranura (1928) Milonga Circense (CEDRÓN/GONZALEZ TUÑON)


En el prólogo de “Historia Argentina” de  Rodrigo Fresán, el editor y crítico literario Ignacio Echevarría escribe:
Pertenezco a la generación de los argentinos nacidos entrada la década de los sesenta, crecí y me eduqué (…) en un país cuya historia, convertida en un vodevil sangriento, parecía haberse subido a una montaña rusa de la que sigue sin querer salir”

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