Categoría: OBRA MUSICAL
Crítica de Eres Maravillosa
Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (Molière Teatro)
Nivel: 6.5 /8
¿De qué se
trata?: En los prolegómenos del
estreno del “mejor papel de su carrera” (por fin logra el protagónico en un
gran musical americano), una actriz se confiesa en su camarín y reflexiona,
tanto de manera descarnada como con humor, sarcasmo, y un cierto dejo de tristeza,
acerca de los avatares de su vida y de las frustraciones provocadas por su
profesión. A lo largo del relato, se podrán escuchar magistrales
interpretaciones de canciones de musicales, hasta llegar a un final sorpresivo.
Héctor Presa es una de las personas que ha defendido
con más constancia el teatro musical. Como director del grupo “La Galera Encantada ”
(creado en 1978), fue moldeando un estilo propio a través de los años y, a su
vez, diversificando los tópicos de sus obras (primero para niños y luego
también para adultos). En Eres
Maravillosa, comparte la autoría del libro con Laura Manzini. Uno de los
recursos que el texto utiliza para darle dinamismo a este unipersonal musical
es generar focos de interacción que son internos a la escena, para que el
personaje de Manzini pueda estar contándole la historia a alguien sin hablarle
directamente al público. Estos focos son la voz en off de Omar Calicchio (una
suerte de Stage Manager) y, principalmente, un gato blanco de peluche a quien
la protagonista le confiesa sus pensamientos y emociones (sus nervios, su
alegría, sus recuerdos…). Por supuesto, el gato se comporta solo como receptor.
Tomando esta idea, decidí yo también crear un foco de interacción y escribir
una ‘crítica epistolar’, simulando que esta forma parte de una carta dirigida
por alguien a un actor en la lucha.
*Acompañan la carta fotos de distintos musicales.
Querido/a …………….., actor/actriz remador/a:
El sábado fui testigo del unipersonal Eres Maravillosa, y me movió a
escribirte esta carta (ya sé, te sorprende; hace bastante que nos conocemos y
nunca hice esto). ¿Por qué una carta en vez de un WhatsApp? No sé, tal vez para
dejar mi sello personal, como agradecimiento por el esfuerzo que pusiste
aquellas veces que pude verte en escena. Aparte, porque la obra que te quiero
comentar es en sí misma una carta de amor al teatro musical y al oficio actoral
(a ese cosquilleo artístico que vos tanto conocés, que es mucho más fuerte que
las ganas de sacar un rédito económico). Te recomiendo Eres Maravillosa; vas a sentirte identificado y valorado.
Por empezar, porque Laura Manzini es una de esas
intérpretes histriónicas que conectan rápidamente con el público, y pueden
hacernos interesar por cualquier cosa que diga. Interpreta a una actriz que,
como vos, supo lo que es tener que perseverar y no bajar los brazos después de
cada “No”. Así, relata su paso por numerosas audiciones para las versiones
locales de musicales de Broadway. No quiero adelantarte mucho, pero hay números
divertidísimos que homenajean a Cats
y Nine y referencias a algunas otras
obras. Además, la historia está contada con canciones de musicales
intercaladas, con la letra cambiada oportunamente por Manzini para reflejar los
avatares de ser “elogiada” pero no “elegida”. También, a través de la música se
muestra la ilusión que genera en los artistas el hecho de poder participar de
un espectáculo (por ejemplo, durante una excelente versión de “Lullaby of
Broadway”, de Calle 42).
Las canciones surgen con naturalidad dentro del relato
porque estamos frente a una mujer que necesita que alguien la escuche cantar
(aunque sea, su confidente gato de peluche). Así, los momentos musicales se van
intercalando dentro de la dramaturgia de Héctor Presa, también director de la
pieza. Con sus marcaciones, Presa logró ir más allá de un texto que ya era
bueno de por sí (por ser muy gracioso) y hacer que podamos encontrar la emoción
latente detrás del humor (sobre todo, en el contundente, inesperado y genial
final).
Todo esto, sin perder en ningún segundo el registro
de comedia. Y cuando digo ‘registro’, debería decir ‘registros’, porque Manzini
se mueve con soltura durante todas las instancias del unipersonal. Se divierte
y nos divierte, y se metamorfosea para que entendamos el valor que tiene en la
carrera del artista tener que componer distintos personajes y apropiarse de
cada uno. Es sabido que esta artista posee dos cualidades esenciales: timing y una gran voz. Brinda
interpretaciones descomunales de cada canción, conjugando sentimiento y técnica
(es una de esas cantantes a las que hay que prestar atención para ver qué
implica direccionar bien el aire a la cabeza y cómo cantar sin tensión).
Completa cada número el diseño coreográfico del
experimentado Gustavo Bertuol, adaptándose esta vez a una puesta intimista y
poniendo por momentos el énfasis en el humor. El mayor acierto me pareció la
inclusión del perchero móvil a una coreografía. A su vez, Manzini va
interactuando con distintos elementos de la escenografía de Héctor Presa y Claudio
Provenzano, que recrea un camarín abarrotado de objetos con historia. Un biombo
permite a Manzini cambiarse de ropa en escena (el vestuario está a cargo de Fernando
Crisci Munz, y determina ciertos rasgos de la caracterización).
En fin, creo que me fui de tema, pero es que quería
comentarte sobre la obra, que es un entretenimiento redondo. Ah, no te dije quién
soy. Sé que si bien nos vemos seguido no interactuamos demasiado. No, no soy
ese espectador incondicional al teatro, que aparece en cualquier sala y se retira
con una sonrisa agradecida. No soy aquel al que no lo mueve la cantidad de público
que asista a un espectáculo para sentirse atraído por él. Soy alguien todavía más
presente. Soy el que te sostiene, el que deja que descargues todas tus
emociones sobre sí. El que recibe tus lágrimas, el que soporta tus pasos
nerviosos en una audición, el que te ataja cuando bailás, el que te eleva para
que los demás se fijen en vos… No quiero seguir hablando mucho más de mí,
porque me da vergüenza. Solo quiero decirte que soy tu casa, o mejor dicho, la
casa de los otros que habitan en vos; soy un par de metros cuadrados donde
puede pasar cualquier cosa. Y lo mejor es que nunca me muevo de donde estoy, así
que siempre sabés donde encontrarme, para volver a ingresar a otra realidad que
también es tuya. Yo no te juzgo: traeme tu alegría, traeme tus tristezas, trame
tu esfuerzo, pero no me dejes solo. ¡Gracias!
Te espero siempre,
el ESCENARIO de cualquier teatro.
Más información:
Teatro: Molière Teatro
(Balcarce 682, San Telmo)
Reservas: 4343-0777 o alternativateatral.com/obra34778-eres-maravillosa
Horario de la boletería:
lunes a sábados de 15 a 20 hs.
Funciones: sábados a las
22:30 hs.
Duración: 1 hora
Precio de las entradas: $160
Promociones: con Club La Nación y Clarín 365
Actuación: Laura Manzini
Dirección general: Héctor
Presa
Producción general: Laura
Manzini
Coreografía: Gustavo Bertuol
Voz en off: Omar Calicchio
Diseño y realización de
vestuario y tocados: Fernando Crisci Munz
Diseño y realización de
máscaras: Leila Bamondi
Asistencia de dirección:
Ramiro Bianchi
Libro: Laura Manzini y
Héctor Presa
Letra de canciones: Laura
Manzini
Dramaturgia: Héctor Presa
Arreglos y dirección
musical: Diego Lozano
Diseño y producción de
imagen: Ariel Zappone
Fotografía: Natalia Mosquera
ph
Diseño de escenografía:
Héctor Presa y Claudio Provenzano
Asistente de prensa: Naro Della
Ceca
Prensa y comunicación: Ariel
Zappone y Marcelo Boccia para MBocciaRP
Twitter: @EMTeatro
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