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domingo, 8 de diciembre de 2013

Crítica del concierto de Florencia Otero en el Recoleta Mall, para celebrar el encendido del árbol de Navidad

Categoría: EVENTO ESPECIAL

Crítica del concierto de Florencia Otero en el Recoleta Mall, para celebrar el encendido del árbol de Navidad

Calificación: 8 /10 


En el medio del show, una extranjera de algún país hispanoparlante me tocó el hombro.
– ¿Eres de aquí? – me preguntó.
Yo le respondí que sí.
– ¿Ella es famosa? – volvió a interrogarme, señalando a Florencia Otero.
Creo que no estaba interesada en una perorata sobre el teatro musical argentino, así que me cortó rápido. Básicamente, le expliqué que era muy conocida dentro del ambiente.
Por lo que escuché que hablaba con su acompañante, quería saber si le sacaba una foto o no. En definitiva, quería saber si valía la pena gastar un disparo.
Más allá de esta anécdota, es verdad que hoy Florencia Otero es un exponente del musical argentino. Pertenece a este mundo desde el año 2000 cuando, siendo una niña, alternaba los roles de la pequeña Cosette y la pequeña Éponine en Los Miserables.
Desde entonces, tuvo destacadas interpretaciones en, por ejemplo, Rent, Despertar de Primavera, Casi Normales y Tango Feroz, y brindó una impresionante actuación en el musical off Embarazados, ecografía de una espera.

Siendo el 8 de diciembre el día tradicional para el armado del arbolito de Navidad (ya que estamos, comento que es por ser el día de la Inmaculada Concepción), el shopping céntrico Recoleta Mall organizó un concierto con Florencia Otero. Durante este, se prendieron las luces del arbolito, con la presencia de Papá Noel, que se sentó junto a Otero para el momento, ante la mirada embelesada de los niños presentes.
Con una cantidad moderada de público, Otero desplegó su simpatía e invitó a la gente a acercarse al escenario para disfrutar de un show intimista. Estaba desenvuelta, como siempre, bromeó con Papá Noel y pidió que el público hiciera palmas y que la acompañara durante el estribillo de “Rolling in the deep” (y felicitó a una chica que cantó desde su lugar). Lloviznaba un poco, pero ella dijo que era un alivio, comparado con el calor que había estado haciendo.

Un poco más de 40 minutos (como suelo decir, una hora de clase de un colegio) le bastaron para dar cátedra interpretativa. Como toda buena artista, Otero le pone el mismo empeño cuando canta en el Gran Rex que cuando lo hace en un pequeño escenario al aire libre, en un mini-recital gratuito. Tiene un gran manejo de su registro vocal, una muy buena proyección y expresividad para cantar. Hace uso de los contrastes, y alterna momentos de potencia con otros más tenues. Su dicción en inglés no es perfecta, pero es superior a la de varios artistas.
Optó por interpretar las versiones clásicas de cada una de las canciones, salvo por algún que otro arreglo aislado, variando una nota por motivos expresivos.
Las últimas dos canciones fueron cantadas a dúo con su marido, Germán Tripel, que también se mostró distendido en escena. Otero recalcó la importancia del amor en los tiempos navideños.


A continuación, podrán ver la lista con el repertorio completo. Puse una estrellita a aquellos que me parecieron los grandes momentos. Las doradas son para lo mejor de lo mejor.

1. “Contigo en la distancia”, de César Portillo de la Luz

2. “L-O-V-E”, de Nat King Cole

3. “En mi soledad” (“On my own”), de Los Miserables

4. “Someone like you”, de Adele

5. “Noche de paz” (villancico)

6. “Rolling in the deep”, de Adele

7. “One and only”, de Adele

8. “525600 minutos”, de Rent

9. “Somebody to love”, de Queen 

Las canciones de Adele que marqué son difíciles de cantar, pero Otero las encaró con firmeza y pasión. En cuanto al dúo con Tripel, fue muy placentero rememorar la versión argentina de Rent y “Somebody to love” fue un gran cierre. La poderosa voz de Tripel, que él sabe romper muy bien, se ajustó sorprendentemente bien a la melodía, con el impecable acompañamiento de Florencia Otero. Los dos se lucieron, y demostraron que no siempre se necesitan muchas voces para que la canción quede espectacular (aunque tenían coros grabados).
El repertorio estuvo bien elegido para el estilo de Otero, si bien me parece que el bolero “Contigo en la distancia” podría haberse reemplazado por otra canción, y podría decir lo mismo con “Noche de paz” (apropiada para el momento del año, pero muy trillada). Me hubiera gustado escuchar otro villancico en su lugar.

Algunos detalles obsesivos:
* Durante “En mi soledad”, Otero cantó la alternativa melódica del verso “Poder seguir fingiendo” que busca una nota más alta (como hacía Pilar Artaza en el teatro, en el 2000), a diferencia de, por ejemplo, la versión de la película (2012). Me pareció una decisión acertada.
* Durante “Ciclos de amor”, Otero decidió omitir una nota muy alta que, a veces, suele interpretarse. Para saber cuál es, pueden ir al minuto 2:57 de este video... http://www.youtube.com/watch?v=s1c3MARlJ0Q. Decidió prolongar la nota anterior, y quedó muy bien.
* Tripel entró mal a “Somebody to love”, pero se pudo acomodar perfectamente.

El sonido estuvo ajustado. Si bien durante unos instantes parecía que el micrófono y los parlantes se estaban por acoplar, esto no sucedió. El volumen de las pistas era correcto, y la lluvia no produjo complicaciones técnicas.

En resumen: Un prolijo concierto prenavideño, donde se generó un clima intimista, en el que Florencia Otero pudo desplegar su talento como intérprete y su carisma. Con su impecable manejo de la voz, logró atrapar al público. El potente dúo con Germán Tripel fue celebrado por los espectadores.

La gente estaba agradecida. Algunos pidieron otra canción, pero no la hubo. En estos eventos donde la artista está tan cerca del público, nunca falta la señora con cara de buena que al final se acerca a la intérprete para hacerle saber cuánto la emocionó el concierto, como sucedió en este caso. Postales como esta son gratificantes, porque muestran cómo el público aprecia el trabajo de quien está en escena.
  

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