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martes, 9 de junio de 2015

Crítica de "El Rey Mono", de la compañía Shen Yun

Categoría: DANZA – Apta Para Todo Público

Crítica de El Rey Mono,
de la compañía de danza
clásica china Shen Yun

Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (Teatro Ópera Allianz)

Nivel: /8 
ATENCIÓN… Últimas 4 funciones:
Jueves 11/6 (20:30 hs.), viernes 12 (21 hs.),
sábado 13 (21 hs.) y domingo 14 (15:30 hs.)


¿De qué se trata?: Shen Yun, la compañía que preserva la danza clásica china y la cultura de 5000 años que la respalda, presenta su adaptación del clásico de la literatura oriental Viaje al Oeste. En él, un monje budista peregrino es enviado por el Emperador en busca de escrituras religiosas. En el camino, se unirán a él el Rey Mono (con poderes mágicos), el cerdito Zhu Bajie y el ogro Sha.


Sentarse en una butaca del teatro Ópera Allianz a ver El Rey Mono es, desde el vamos, mucho más que predisponerse a ver un espectáculo. Es prepararse para ser trasladado a una cultura, que frecuentemente queda relegada en nuestro mundo occidental. Así y todo, es sabido que Shen Yun tampoco puede presentarse en China, donde el régimen comunista desprecia la antigua cultura, y por eso esta compañía tiene su sede en Nueva York. Entonces, es un doble privilegio el poder encontrarnos en Argentina con una cultura valiosa y de 5000 años de antigüedad. Además, como expliqué el año pasado (después de haber visitado una exposición sobre la compañía en La Recova de Posadas), Shen Yun significa “Porte Divino”. Por lo tanto, sabemos que los bailarines que vemos en escena practican el arte para fortalecer el espíritu, y por eso quieren brindarse al público con toda su pureza. En el show, una maestra de ceremonias muy simpática nos irá contando (en castellano y en chino) más datos sobre Shen Yun y la danza clásica china.

Si hay algo que se destaca en seguida en El Rey Mono es la creatividad de la cultura china. El show está basado en la novela Viaje al Oeste, escrita en el siglo XVI, durante la Dinastía Ming. La historia posee altísimas dosis de fantasía, y siempre surge una nueva ocurrencia o un nuevo e imaginativo conflicto. Esto nos hace pensar en las múltiples influencias que este universo cultural tan particular puede haber tenido en productos culturales que consumimos en occidente, como los dibujos animados. En El Rey Mono, el vuelo creativo está potenciado por el uso de una enorme pantalla. Además de aportar poesía visual con imponentes paisajes y animaciones, es extremadamente funcional a la historia (y de esto podrían aprender varios espectáculos de los últimos años, desde que se empezó a popularizar la escenografía multimedia). Se nota que hay un trabajo concienzudo y esforzado detrás del maravilloso diseño de video, que contribuye al desarrollo de la acción y de los obstáculos y peligros que deben superar los protagonistas (que son abundantes y variados). Así, y mediante un efecto óptico basado en la sincronización, los personajes “entran” y “salen” de la pantalla, donde realmente parece que cualquier cosa puede suceder (por ejemplo, cuando el Rey Mono ingresa a la pantalla, puede volar o cambiar de forma). Por lo demás, la pantalla opera como una metáfora, como si los personajes emergieran de lo más hondo de su cultura milenaria para presentarse vívidamente ante nosotros.


Dentro del propio relato, los acompañantes del monje (el Rey Mono el cerdito Zhu Bajie y el ogro Sha) pertenecieron en algún momento a los Cielos, pero fueron desterrados por mal comportamiento, y podrán volver solo cuando hayan cultivado sus mentes y purificado sus corazones. Esta idea (casi platónica) trae recuerdos del modelo de El Mago de Oz: un/a protagonista y tres personajes extravagantes que se convierten en cómplices inesperados se unen en un viaje con un destino común, en el que también aprenderán cosas sobre sí mismos. Claro que el texto de L. Frank Baum es varios siglos posterior, y lo que subyace al argumento de El Rey Mono es un relato alegórico sobre la búsqueda espiritual personal; la redención a través de duras pruebas.

Dichos desafíos se van presentando en forma fragmentada, en cuadros que estuvieron a cargo de distintos coreógrafos. Esto es un acierto, porque vamos apreciando diversas aristas y posibilidades de la danza clásica china. No obstante, no se pierde de vista la unidad en la forma particular de moverse de los personajes principales, que a falta de diálogo es central para delinear a cada uno de estos seres. A su vez, esta manera de desplazarse está unida a un determinado leimotiv o tema musical recurrente (un recurso característico de diversas óperas). Por cierto, la música original de Jing Xian es alegre pero también subraya los climas de riesgo, y fue pregrabada por la orquesta de Shen Yun.


Volviendo a las coreografías, todas tienen un gran ritmo, al ser esencialmente narrativas, pero también son de una innegable belleza, puesto que crean postales memorables en las que se tiene la sensación de que cada cosa está en su lugar por algo. Sucede que no hay ningún improvisado en la compañía, dado que un bailarín debe prepararse durante varios años para poder entrar. El resultado se nota en la rigurosidad técnica, que permite crear dibujos coreográficos estilizados, donde reina el equilibrio, tan importante para los chinos (logrado, por ejemplo, con la simetría o por asuntos estéticos como puede ser el color del vibrante y espectacular vestuario). Cabe destacar que, a diferencia de la danza clásica occidental, en la china predominan las líneas curvas. Es por eso que, mientras en un ballet occidental se busca que un giro sea con el eje lo más recto posible, la técnica china marca que hay que hacerlo con el eje torcido (y esto se aprecia en los movimientos del “demonio transformado en mujer”, la bailarina que más se destaca de esta compañía junto con William Li, que interpreta al Rey Mono). Por otra parte, es admirable la prolijidad y la delicadeza etérea que demuestran las bailarinas cuando se mueven juntas, como si sus pies flotaran. Hay mucho dinamismo en la replicación exacta de las posiciones. Los héroes rompen con esa homogeneidad sin desarmonizar, y con sus saltos y piruetas se destacan entre la multitud (posiblemente, por una mayor elevación espiritual).

Si bien muchos cuadros impactan (desde lo coreográfico, sobre todo el segmento titulado “El Rey Mono triunfa”), hay uno en particular que resulta muy valiente. Me refiero a un número en el que ciertos personajes viajan en el tiempo a la China actual, para mostrar cómo algunos miembros del Partido Comunista son convocados por un sapo que no soporta la bondad para reprimir a un grupo de practicantes de Falun Dafa, una disciplina espiritual. Este es el único quiebre al aura de ingenuidad y ternura que rodea al espectáculo, pero es absolutamente significativo y nace del dolor que produce que algo que es fruto del amor por una cultura no se pueda ver en el país que le dio origen a todo ese bagaje. Por suerte, nosotros sí podemos disfrutar de Shen Yun, en las tres funciones que restan de su estadía en Argentina.


Más información:
Teatro: Ópera Allianz (Av. Corrientes 860, CABA)
Funciones: jueves 11 a las 20:30 hs., viernes 12 y sábado 13 a las 21 hs. y domingo 14 a las 15:30 hs.
Duración: 1 hora y 30 minutos (con intermedio de 15 minutos)
Precio de las entradas: $250, $400, $500, $600 y $950
Venta: en el teatro y en www.ticketek.com.ar/shen-yun-el-rey-mono/teatro-opera-allianz (consultar promociones en la página de Ticketek)
Prensa: DucheZarate – www.duchezarate.com.ar


Twitter: @ReyMonoSY 

2 comentarios:

  1. Muy buena, yo fui a verla porque me la recomendó un cirujano que es chino o japonés o de por ahí , y me pareciò excelente. Por desgracia tuve que retirarme precozmente, porque había olvidado los chinchulines en la parrilla, así que sòlo pude presenciar los primeros 5 minutos, de lo cual no me arreliento, porque los chinchulines salieron una manteeeeeeecaaaaaaa

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    1. dsiculpame, considerá que esto es mi opinión pero la manteca (y los chinchulines, como es sabido) contiene grasa animal, sacada de animales reales en movimiento animales con alma y cuerpo, un cuerpo que estás mutilando para tu satisfacción sensorial pasajera (y el almal también está comprometida). estos animales que vos mencionas tienen sentimientos y vidas, que no deben ser molestadas por los deseos del hombre. todos los hombres qeu comieron comida que alguna vez tuvo cara, tienen que sacrificarse por el bien comun, o disculparse con esas caras que alguna vez miraron a sus familias, esas caras que sonrieron, que vivieron. arrepentite ahora

      en alto problema vas a estar cuando te des cuenta de que las abejas que tanto trabajan por nuestro, se vayan muriendo en masa en cadena y no haya vuelta atras, nunca viste bee movie???ahi estta explicado muy bien, como esto te puede afectar a tu dia dia
      pero es necesario saber que te va afectar a vos, ?? solo con saber que esas abejar sufrieron tendrías que arrepentitre..... pero asi estamos

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