Categoría: MUSICAL JUVENIL
Crítica de Esgarabal, es una sensación distinta
Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Centro Cultural Borges).
Calificación: 7/10
¿De qué se
trata?: Del detrás de escena de una
obra musical, desde el ensayo hasta el estreno, desde el punto de vista de una
compañía juvenil.
El punto fuerte de la obra: el diseño coreográfico de
Mariano Botindari, Lucila De Stéfano, Milagros Michael, Diego Hodara y Leandro
Bassano, todos ellos experimentados y muy buenos profesionales.
El hecho es que Esgarabal
adquiere un vuelo especial cuando sus jóvenes intérpretes transmiten a partir
de coreografías. La expresión corporal se vuelve, entonces, un arma fundamental
que todos los integrantes del elenco dominan.
Es notorio el trabajo en equipo, dado que las
coreografías no se verían tan bien si no se hicieran en conjunto. Por eso, los
coreógrafos comprendieron la importancia del mensaje que había que transmitir: Esgarabal (una obra dentro de la obra) sólo
se puede lograr cuando se integran los “mambos” individuales, para lograr un “mambo
propio” (como nos dice el slogan). Una de las ideas que se desarrollan es,
entonces, que son las diferencias entre las potencialidades de los artistas las
que logran el resultado buscado.
Por esta razón, el director Leandro Bassano pautó
momentos donde sale a la luz la personalidad propia a través de la improvisación
(más que nada, gestual). Corre por cuenta de cada uno de los chicos
aprovecharlo (algunos demuestran ser histriónicos), dado que el texto es breve
y no hay otra forma de lograr que cada uno se sienta individualizado dentro de
un grupo grande si no es realmente adoptando un personaje y sosteniéndolo más
allá del parlamento.
Otra cosa que noté de las coreografías es el continuo
pasaje de los movimientos lentos y delicados a los movimientos bruscos.
Mayormente, esto acompaña la explosión juvenil, la manifestación repentina de
la energía acumulada.
A las casi omnipresentes coreografías se suma el
desafío de cantar en vivo al mismo tiempo que se baila. Es ahí donde entra la
tarea de Fernanda Martínez Mina, la coach vocal, que tuvo que unir todas las muchas
voces (además de entrenar a chicos que no tenían su fuerte en el canto) y
trabajar con armonías. Además, dispone de sólo 10 micrófonos, y los chicos son
19. El juego de voces se destaca en el atractivo número “Esgarabal, es una
sensación distinta”. El resultado vocal general es digno, aunque con algunos
miembros del elenco que están claramente por encima de otros en esta disciplina.
En cuanto al libro (de Ricky Pashkus, director del
Proyecto Educativo), Esgarabal es un
musical conceptual, porque no se desarrolla una trama en forma definida, sino
que se hace a través de cuadros aislados (y diálogos aislados), que tratan de transmitir un mismo
concepto. Lo aclaro porque algunos espectadores que no conocen este tipo de
musicales quedaron desconcertados. En realidad, si bien lo que se quieren
mostrar son los entretelones de una obra (las audiciones, los ensayos y el
estreno; es decir, se representa al teatro dentro del teatro), hay dos
conceptos que son importantes y recurrentes:
1. La no discriminación (los personajes de Esgarabal se ríen de ellos mismos, y de
lo que los hace únicos y los diversifica). Esto va unido a la idea de que todos
tienen derecho a expresarse a través del arte, sin prejuicios.
2. El teatro está lleno de competencia, y hay que
trabajar para llegar a ser bueno.
También, hay guiños al mundo de los musicales (como
las referencias al ensamble o a los compositores que incluyen muchas palabras
por compás).
Las letras de Gonzalo Demaría van de la mano de los
conceptos que expliqué y tratan de hacer referencia a un universo delirante y a
diversos musicales.
La simpática música de Gaby Goldman es difícil de
encasillar en un solo estilo. Algunas melodías son pegadizas.
Pablo Battaglia, desde el vestuario, también ayudó a
los chicos a encontrar su “mambo propio”, porque le dio a cada uno una prenda
distintiva, de acuerdo con su personalidad. Hay que recalcar que, cuando los
chicos se sacan estas prendas y quedan todos vestidos de la misma forma, están
simbolizando la unión que les brinda el hecho de estar todos juntos en el
escenario, funcionando como una compañía, donde ninguno tiene privilegios, y se
entregan despojados al arte.
El diseño de luces de David Seldes es correcto (sobre
todo, en la variación en el tono durante la escena donde los artistas “entregan
su corazón”), teniendo en cuenta que la sala Astor Piazzola del Centro Cultural
Borges no cuenta con un amplio equipamiento lumínico. Las transiciones resultan
un tanto abruptas.
Se debería ajustar el sonido en las sucesivas
funciones (quedan 2), por respeto a los chicos que están en escena (y a su trabajo previo) y deben
esforzarse para ser escuchados.
Por último, Leandro Bassano (el director) demuestra
su compromiso con la docencia, al asumir el desafío de dirigir a 19
adolescentes; la mayoría, debutantes. Valoro su determinación por darle la
posibilidad de pasar por el escenario a tantos chicos. Él es el motor de Esgarabal, dado que se encargó de reunir
a todos sus gestores para poder hacer esta nueva versión.
En resumen: Esgarabal, un musical
conceptual que habla de cómo se gesta, precisamente, un musical, funciona como
una vidriera de talento joven. Su numeroso elenco se destaca en las coreografías
en conjunto, a las que les imprimen energía. Se nota, detrás de ellos, la
dedicación de su director Leandro Bassano.
Más información:
Pueden leer la nota que le hice a dos actrices del
elenco: Camila Martin y Ailén Kazakevich (a propósito, la primera tiene una
interesante presencia escénica y un muy buen dominio vocal y la segunda está
afianzada en el baile y en la expresión gestual)... parte 1 y parte 2.
Foto: https://www.facebook.com/pages/Esgarabal-es-una-sensación-distinta/
Director: Leandro Bassano.
Elenco: Delfina Arrizabalaga, Juan José Araya, Rocío
Caldés, Celeste Dondero, Vicky Goldstein, Luca Calaterra, Celeste Condoleo,
Nicolás Di Pace, Federico Ferreyra, Ezequiel Giannoni, Ailén Kazakevich, Franco
Rau, Anabella Reggi, Gala Schneider, Facundo Ullúa, Max Romero, Camila Martin,
Jeremías Sapire, Triana Pena
Teatro: Centro Cultural Borges (Viamonte 525, esq.
San Martín).
Duración: 40 minutos (observación intrascendente: esta obra
del Proyecto Educativo de Ricky Pashkus justo dura como una hora de clase).
Funciones: el sábado 21 y el 28 de este mes, a las 16
hs.
Precio de las entradas: $60, $70 y $80.
Promoción: 2x1 con Club La Nación.
Nota: Para la calificación, tomé en cuenta que la
obra entra dentro de la categoría “juvenil”, y se mide con otros parámetros que
las obras destinadas a adultos. Por esto, su nota no es comparable con las de
los musicales del ranking normal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario