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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Crítica de "Esgarabal, es una sensación distinta", de Ricky Pashkus (libro), Gonzalo Demaría (letras) y Gaby Goldman (música)

Categoría: MUSICAL JUVENIL

Crítica de Esgarabal, es una sensación distinta

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Centro Cultural Borges).

Calificación: 7/10


¿De qué se trata?: Del detrás de escena de una obra musical, desde el ensayo hasta el estreno, desde el punto de vista de una compañía juvenil.

El punto fuerte de la obra: el diseño coreográfico de Mariano Botindari, Lucila De Stéfano, Milagros Michael, Diego Hodara y Leandro Bassano, todos ellos experimentados y muy buenos profesionales.
El hecho es que Esgarabal adquiere un vuelo especial cuando sus jóvenes intérpretes transmiten a partir de coreografías. La expresión corporal se vuelve, entonces, un arma fundamental que todos los integrantes del elenco dominan.
Es notorio el trabajo en equipo, dado que las coreografías no se verían tan bien si no se hicieran en conjunto. Por eso, los coreógrafos comprendieron la importancia del mensaje que había que transmitir: Esgarabal (una obra dentro de la obra) sólo se puede lograr cuando se integran los “mambos” individuales, para lograr un “mambo propio” (como nos dice el slogan). Una de las ideas que se desarrollan es, entonces, que son las diferencias entre las potencialidades de los artistas las que logran el resultado buscado.
Por esta razón, el director Leandro Bassano pautó momentos donde sale a la luz la personalidad propia a través de la improvisación (más que nada, gestual). Corre por cuenta de cada uno de los chicos aprovecharlo (algunos demuestran ser histriónicos), dado que el texto es breve y no hay otra forma de lograr que cada uno se sienta individualizado dentro de un grupo grande si no es realmente adoptando un personaje y sosteniéndolo más allá del parlamento.
Otra cosa que noté de las coreografías es el continuo pasaje de los movimientos lentos y delicados a los movimientos bruscos. Mayormente, esto acompaña la explosión juvenil, la manifestación repentina de la energía acumulada.

A las casi omnipresentes coreografías se suma el desafío de cantar en vivo al mismo tiempo que se baila. Es ahí donde entra la tarea de Fernanda Martínez Mina, la coach vocal, que tuvo que unir todas las muchas voces (además de entrenar a chicos que no tenían su fuerte en el canto) y trabajar con armonías. Además, dispone de sólo 10 micrófonos, y los chicos son 19. El juego de voces se destaca en el atractivo número “Esgarabal, es una sensación distinta”. El resultado vocal general es digno, aunque con algunos miembros del elenco que están claramente por encima de otros en esta disciplina.

En cuanto al libro (de Ricky Pashkus, director del Proyecto Educativo), Esgarabal es un musical conceptual, porque no se desarrolla una trama en forma definida, sino que se hace a través de cuadros aislados (y diálogos aislados), que tratan de transmitir un mismo concepto. Lo aclaro porque algunos espectadores que no conocen este tipo de musicales quedaron desconcertados. En realidad, si bien lo que se quieren mostrar son los entretelones de una obra (las audiciones, los ensayos y el estreno; es decir, se representa al teatro dentro del teatro), hay dos conceptos que son importantes y recurrentes:
1. La no discriminación (los personajes de Esgarabal se ríen de ellos mismos, y de lo que los hace únicos y los diversifica). Esto va unido a la idea de que todos tienen derecho a expresarse a través del arte, sin prejuicios.
2. El teatro está lleno de competencia, y hay que trabajar para llegar a ser bueno.

También, hay guiños al mundo de los musicales (como las referencias al ensamble o a los compositores que incluyen muchas palabras por compás).
Las letras de Gonzalo Demaría van de la mano de los conceptos que expliqué y tratan de hacer referencia a un universo delirante y a diversos musicales.
La simpática música de Gaby Goldman es difícil de encasillar en un solo estilo. Algunas melodías son pegadizas.

Pablo Battaglia, desde el vestuario, también ayudó a los chicos a encontrar su “mambo propio”, porque le dio a cada uno una prenda distintiva, de acuerdo con su personalidad. Hay que recalcar que, cuando los chicos se sacan estas prendas y quedan todos vestidos de la misma forma, están simbolizando la unión que les brinda el hecho de estar todos juntos en el escenario, funcionando como una compañía, donde ninguno tiene privilegios, y se entregan despojados al arte.

El diseño de luces de David Seldes es correcto (sobre todo, en la variación en el tono durante la escena donde los artistas “entregan su corazón”), teniendo en cuenta que la sala Astor Piazzola del Centro Cultural Borges no cuenta con un amplio equipamiento lumínico. Las transiciones resultan un tanto abruptas.

Se debería ajustar el sonido en las sucesivas funciones (quedan 2), por respeto a los chicos que están en escena (y a su trabajo previo) y deben esforzarse para ser escuchados.

Por último, Leandro Bassano (el director) demuestra su compromiso con la docencia, al asumir el desafío de dirigir a 19 adolescentes; la mayoría, debutantes. Valoro su determinación por darle la posibilidad de pasar por el escenario a tantos chicos. Él es el motor de Esgarabal, dado que se encargó de reunir a todos sus gestores para poder hacer esta nueva versión.

En resumen: Esgarabal, un musical conceptual que habla de cómo se gesta, precisamente, un musical, funciona como una vidriera de talento joven. Su numeroso elenco se destaca en las coreografías en conjunto, a las que les imprimen energía. Se nota, detrás de ellos, la dedicación de su director Leandro Bassano.


Más información:
Pueden leer la nota que le hice a dos actrices del elenco: Camila Martin y Ailén Kazakevich (a propósito, la primera tiene una interesante presencia escénica y un muy buen dominio vocal y la segunda está afianzada en el baile y en la expresión gestual)... parte 1 y parte 2.

Foto: https://www.facebook.com/pages/Esgarabal-es-una-sensación-distinta/

Director: Leandro Bassano.
Elenco: Delfina Arrizabalaga, Juan José Araya, Rocío Caldés, Celeste Dondero, Vicky Goldstein, Luca Calaterra, Celeste Condoleo, Nicolás Di Pace, Federico Ferreyra, Ezequiel Giannoni, Ailén Kazakevich, Franco Rau, Anabella Reggi, Gala Schneider, Facundo Ullúa, Max Romero, Camila Martin, Jeremías Sapire, Triana Pena
Teatro: Centro Cultural Borges (Viamonte 525, esq. San Martín).
Duración: 40 minutos (observación intrascendente: esta obra del Proyecto Educativo de Ricky Pashkus justo dura como una hora de clase).
Funciones: el sábado 21 y el 28 de este mes, a las 16 hs.
Precio de las entradas: $60, $70 y $80.
Promoción: 2x1 con Club La Nación.

Nota: Para la calificación, tomé en cuenta que la obra entra dentro de la categoría “juvenil”, y se mide con otros parámetros que las obras destinadas a adultos. Por esto, su nota no es comparable con las de los musicales del ranking normal.

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