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domingo, 22 de septiembre de 2013

Crítica de "La Extraviada", de Alejandro Viola, con música de "La Traviata", de Giuseppe Verdi

Categoría: COMEDIA CON MÚSICA

Crítica de La Extraviada

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (El Portón de Sánchez).

Calificación: 8/10 



¿De qué se trata?: Del contrapunto entre dos vestuaristas en el taller de un teatro estatal donde se ensaya la ópera La Traviata (de Verdi), enfrentadas por un puesto de trabajo y un amor. Y, como se canta en la célebre escena del brindis de La Traviata, “el amor es rápido y fugitivo/Es una flor que nace y muere”, y por eso tanto Olga como Zulema saben que deben actuar con rapidez... y sin escrúpulos.

El punto fuerte de la obra: la fantástica dramaturgia de Alejandro Viola. Él demuestra que sabe perfectamente como hacer una comedia inteligente, con originalidad y diálogos desopilantes. El divertido texto presenta, además, una acertada dosificación del humor, que se aprecia en el muy buen ritmo del relato. Son oportunas las referencias al interesante mundo de la ópera (por ejemplo, la anécdota de la noche de estreno de La Traviata) y a lo que sucede detrás de escena.

Por supuesto, Viola (también el director) no podría haber logrado un resultado tan bueno si no se hubiera rodeado de un elenco perfecto para el relato que quería contar. Todos son grandes comediantes, y tienen suficientes recursos actorales como para potenciar el texto. No se quedan en que la frase que tienen que decir sea graciosa, sino que van más allá y hacen suyo el texto, con su voz y su cuerpo, produciendo más risas. Este tipo de actores que se meten en sus personajes son los que nunca se descolocan ante los imprevistos, y los que pueden darle relieve a un espectáculo.
Alicia Muxo es una Olga brillante, porque es capaz de transitar por los trazos gruesos sin que el personaje pierda verosimilitud. Tanto ella como su compañera Vivian El Jaber (Zulema) tienen un genial timing, y hacen un manejo ejemplar del tono de voz y la postura.
Roberto Romano (Rodolfo), Ariel Gangemi (Marcelo) y Alejandra Ríos (Graciela) también se destacan, todos ellos en actuaciones ajustadas, que salen del estereotipo en el que podrían haber caído.
En esta fascinante dirección de actores se nota el oficio de Alejandro Viola, en su faceta de director.

Una idea interesante de Viola fue la inclusión de una cantante lírica (Verónica Díaz Benavente, que muestra técnica y expresividad vocal). Este es, de hecho, el factor que llevó a que La Extraviada sea analizada en este blog que, si bien se dedica principalmente a los musicales, también trata la interacción del lenguaje musical dentro del teatral, y viceversa (en el caso de los music hall o ciertos conciertos).
Principalmente, los momentos de canto lírico son una buena decisión para crear un clima, oscureciendo el relato. Funcionan para el espectador como la caída de las tijeras para Olga: como un augurio. Sobre todo, porque son evocaciones que los personajes hacen en su mente (a veces, acompañando sus sentimientos de una forma más explícita que otras). La Traviata los va absorbiendo sin que lo noten, y se van compenetrando cada vez más con la tragedia. Es muy interesante ver representado ese apasionamiento que puede darse detrás de escena, porque uno comprende que, para lograr que una obra salga bien, todos tienen que trabajar en función de un mismo objetivo, dando lo mejor con los recursos que cuentan.
El recurso de integrar arias de La Traviata, es también, una oportunidad para encontrarse con extraordinarias canciones (compuestas por Giuseppe Verdi). El material más popular que la ópera posee es, sin lugar a dudas, “Libiamo nel’lieti calici”, número conocido como “El brindis”. Reconozco que es la única pieza de esta ópera que escucho con cierta frecuencia (un paréntesis: la música que escucho siempre contrastó con el reggaeton y la música electrónica que escuchan mis vecinos, dos estilos a los que soy ajeno, pero no tengo ni los parlantes lo suficientemente potentes ni la falta de criterio en cuanto a los decibeles tolerables como para contrarrestarlo). Por eso, La extraviada es un buen espacio para redescubrir esas melodías.

La frase de Víctor Hugo (gran escritor, por cierto) que acompaña el programa dice “Lo sublime es una combinación de lo bello y lo grotesco”. Por eso, La Traviata es sublime, porque evoca muchas emociones con sus contrastes. La Extraviada quiso rescatar un poco la idea de los contrastes, pero a través de la introducción de ribetes tragicómicos (sobre el final), logrando un buen desenlace.
Siempre es reconfortante (por lo menos para mí) buscarle el lado cómico a lo que puede resultar incómodo en la vida. Aunque sea, así se obtienen buenas anécdotas.

El diseño de vestuario y escenografía de Cristina Villamor posibilita un uso adecuado del espacio y ayuda mucho a dar vida al taller donde trabajan los protagonistas.
El diseño de luces de Gustavo Dimas es discreto y ayuda a lograr el cambio de clima en los momentos donde interviene la cantante lírica.

En resumen: Una comedia desopilante y original, escrita y dirigida por Alejandro Viola. Cuenta con actuaciones divertidas y completas, gracias a la presencia de actores con muchos recursos, que enriquecen el texto. Las intervenciones de la cantante lírica contribuyen a generar climas y permiten disfrutar de las arias que Verdi compuso para La Traviata.


Nota aclaratoria: La Extraviada no es un musical (por eso su nota no es comparable a las del resto de las obras del ranking). No obstante, utiliza música de La Traviata (de Verdi) dentro de su dramaturgia. Así, las melodías son una forma más de expresión, que contribuyen al desarrollo del factor trágico de la historia. Como dato adicional, la genial ópera de Verdi no es ajena a los musicales, dado que en ella se basó la muy buena película Moulin Rouge!


Más información:
Dirección: Alejandro Viola.
Teatro: El Portón de Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034); 4863-2848.
Duración: 1 hora 20 minutos.
Precio de las entradas: $80. Para jubilados y estudiantes universitarios (con acreditación), $60.
Funciones: domingos a las 17 hs. (durante septiembre y octubre).
Piano (en off): Santiago Rosso.

Prensa: Duche-Zarate (www.duchezarate.com.ar).


Fotos: Facebook.com/LaExtraviada


1 comentario:

  1. Además de la referencia a Moulin Rouge, en "Priscilla, la reina del desierto" se hace fonomímica sobre "Sempre libera", espectacular momento vocal con el que la Dama de las Camelias verdiana cierra el primer acto de La Traviata.

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