Categoría: OBRA MUSICAL
Crítica de Esa Palabra
Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (El Método Kairós-Función
única)
Nivel: 6.5 /8
¿De qué se
trata?: Una mujer reflexiona sobre
su presente durante un vuelo de avión en el que recibe una noticia sorpresiva.
Lo hace a través de canciones en italiano, inglés y castellano.
Original premisa la que se le ocurrió a Manuela Perin:
situar un musical en un avión. Como antecedente, solo se me ocurre una escena
de Tell Me On A Sunday (de Andrew
Lloyd Webber y Don Black), con una canción en la que se habla del vuelo como un
“refugio”. En un pasaje, la letra remarca “Por ocho horas enteras mi vida no
está en mis manos”, y esta idea nos puede servir como puntapié para adentrarnos
en Esa Palabra. Básicamente, porque
en este espectáculo compartimos el viaje con una mujer cuya vida ha dado un
vuelco, y el destino parece someterla a encontrar una respuesta a sus
preocupaciones antes de aterrizar (el concepto del avión como espacio catártico
tiene su refuerzo en el uso de la voz en off). Así, a la protagonista no le
queda otra alternativa que hacerse planteos en ese espacio tan lejano y
aislado, pero tan propicio para las revelaciones.
En espejo con el viaje en tres escalas de Manuela, yo
también estructuraré el resto de esta crítica en tres escalas.
ESCALA
1: Piloto y copiloto
Esa Palabra es piloteada por Manuela Perin, quien despliega aquí
una calidad interpretativa que jamás queda relegada a la clase turista, sino
que pulula por los asientos de la primera clase. En poco menos de una hora, Perin
debe pasar por varios estados emocionales con intencional ciclotimia. Es ella
la que tiene que sostener (en el aire, claro) todo el peso de esta obra/avión.
Maneja el ritmo, el tono y las transiciones, si bien predomina el registro de
comedia. En lo vocal, se destaca por la naturalidad con la que fluyen las
notas, fruto de un acertado manejo del aire. Esto es comparable a cuando, como
pasajeros de un avión, no sentimos que este está en movimiento, porque todo
está en su punto justo de equilibrio.
Pero hay otra persona que garantiza que tengamos un
viaje armónico: el director y dramaturgo Lautaro Metral. Esa Palabra se aleja del estilo que venía trabajando este versátil
realizador (para muestra, véanse mis comentarios sobre Ficcionario y 22:22). Lo
interesante es que mantiene cierto poder de introspección, buscando desnudar
diferentes aristas de la personalidad (en este caso, sobre todo, en la
expresión durante los números musicales). En lo dramatúrgico, considero que fue
un succeso to switch between inglese,
Italian e spagnolo. Me refiero a que la obra está hablada en italiano,
inglés y castellano, alternativamente, según se suceden las escalas. Con cada
idioma, la interpretación va adquiriendo nuevos matices.
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ESCALA
2: La música de la cabina
La música es un factor clave porque las canciones son
las que van afianzando la curva dramática. Esto se debe a que el repertorio es heterogéneo,
y va articulando “movimientos”: en cierto punto, desestabiliza la calma del
avión. Más allá de las diferencias idiomáticas (las canciones elegidas remiten
a los mismos idiomas que el texto), hay melodías de despegue y de aterrizaje;
de calma y de turbulencia (por ejemplo, la tradicional Bella Ciao). Quiero destacar la inclusión de la canción “I’m a
stranger here myself”, del musical One
Touch of Venus. Del resto no comentaré nada para no arruinar sorpresas,
pero las canciones elegidas escapan al cliché.
Si bien las letras no siempre tienen relación directa con los hechos que se dan
durante el vuelo, lo primordial son las emociones que transmiten.
Está claro que sin las canciones esta obra tendría un
desarrollo muy simple, pero por suerte hay dos muy buenos músicos en vivo para
darle combustible al viaje. Ellos son Guido Cefaly (guitarra y dirección
musical) y Emi Di Nardo (piano y acordeón). Cefaly vuelve este mes con Lo que hice por amor, uno de mis
unipersonales favoritos de 2014 (a cargo de Pedro Frías).
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ESCALA
3: El equipaje
Si el equipaje es lo que uno lleva para sentirse cómodo
y poder desenvolverse cuando está lejos de su casa, entonce me permito llamar equipaje
a Miguel Gomez Vicari y a Damián Iglesias, encargados de acompañar a Manuela en
roles secundarios. Gomez Vicari interpreta al peculiar comandante de abordo y al
no menos estrafalario Tony Rigoletto. Damián Iglesias, en calidad de artista
invitado, se puso por una sola función en la piel de Damian Churches, un
pasajero que revoluciona la trama. A ambos se los notó muy sueltos y funcionales
a la historia que se quería contar. Nunca había visto a Iglesias en un rol cómico
como este, al que se acomodó sin esfuerzo y con gracia. El hecho de que estos
personajes canten suma para que sigamos pensando en el avión como un lugar de
liberación, de despojo de ataduras.
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Es momento de aterrizar, y nos queda una pregunta
pendiente. Cuando nos bajamos de un avión, ¿somos siempre las mimas personas que
cuando subimos?
Más información:
Idea original: Manu Perin
Dramaturgia y dirección:
Lautaro Metral
Dirección musical: Guido
Cefaly
Piano y acordeón: Emi Di Nardo
Comandante y Tony Rigoletto:
Miguel Gomez Vicari
Invitado especial (2/5/15):
Damián Iglesias
Maquillaje: Gonzalo Quevedo
Peinados: Carlos Gómez
Beheran
Prensa y difusión: Chapeau
Argentina
Diseño: Fuentes2Fernandez
Fotografías
Asistente de producción:
Germán Pablo Martins
Producción: Il Divo
Producciones
Teatro: El Método Kairós (El
Salvador 4530, Palermo).
Función a la que asistí: sábado
2 de mayo a las 21 hs.
Consultar futuras fechas en este link.
Duración: 55 minutos aprox.
*En la función del sábado 2/5 estuvo a la venta el CD de la obra. Cuesta $50 y contiene las 8 canciones que Manuela Perin canta como solista en el espectáculo.
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