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jueves, 15 de mayo de 2014

Crítica de "Salomé, el musical", de Rolo Sosiuk y Juan Manuel Bevacqua

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de SALOMÉ, el musical

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Teatro El Cubo).
10 años después de su estreno original.

Calificación: /10


El punto fuerte de la obra: la actuación de Vicky Buchino como Herodías.

Atrás quedó la dulce e ingenua Clementina de El diluvio que viene. Buchino arremete con una Herodías manipuladora, perversa, despiadada y despótica, que destila una energía poderosa cada vez que pisa el escenario. Su voz entrenada le permite trasladar esa personalidad avasallante al canto. Parecer querer demostrar el alcance de su poder con cada nota, que sirve tanto como amenaza para quienes la rodean como una forma de alentar el ego de su personaje, que no tiene escrúpulos y cree poder pisotear impunemente a todo el que se ponga en su camino. Así, exclama “¡Lo juro!” al terminar su solo, sabiendo que conseguirá lo que quiere. Cuando está en escena, se roba la obra.

La música de Juan Manuel Bevacqua es prácticamente omnipresente. De hecho, es poco el texto hablado, frente a un marcado predominio del cantado. Por eso, se podría decir que Salomé es, en realidad, una ópera rock (tal como clásicos del inglés Andrew Lloyd Webber, como Jesucristo Superstar o Evita). Con la guitarra eléctrica como instrumento principal, la música acompaña las emociones fuertes que atraviesan los personajes y dialoga en forma coordinada con los códigos de la puesta del director Sergio Perla. Esto se puede ver en dos aspectos.
Primero, porque Perla hizo hincapié en recrear la crudeza y los desbordes de las orgías y banquetes de Herodes. Por eso, el compositor buscó traducir esos excesos en la partitura con variaciones constantes y, como dije anteriormente, sin dejar que haya muchos minutos de silencio musical. Demasiado tiempo sin música cortaría ese clima de opulencia y descontrol. Bevacqua también hizo los arreglos corales (junto con Perla) y es el director musical. Tuvo que conjugar varios factores, porque en una misma canción puede intervenir un grupo considerable de personajes, con un ida y vuelta que debe ser exacto para que no se corran del tempo (que, al no haber orquesta en vivo, se debe respetar a rajatabla). Esta sincronía seguramente se perfeccionará con el correr de las funciones.
En segundo lugar, la música es funcional a la puesta porque este tipo de sonido se ajusta al post-apocalíptico. Una diagramación musical más ‘tranquila’ hubiera quedado descolocada o le hubiera restado impacto a la forma elegida para contar la historia.
Un hallazgo es la inclusión de la Vestal Real (Richard Manis), que con sus agudos y su forma espectral de desplazarse (y sus tacos) aporta pinceladas tenebrosas y anticipa la desgracia.

En cuanto al mundo post-apocalíptico, está sugerido por la escenografía despojada y venida a menos de La Jauría y por la iluminación del mismo Perla, que acentúa el color rojo del que se tiñe la luna del texto de Rolo Sosiuk, que además de ser el color de la sangre es el color del pecado. Al margen de la luz, tiene relevancia el juego con la oscuridad. El vestuario de Calandra – Hock nos recuerda que estamos viendo una versión no convencional de la historia.
¿Por qué sirve la idea post-apocalíptica? Por el simbolismo que implica: una sociedad desorientada, corrompida y salvaje, a la espera de la salvación que predica Juan el Bautista.
Más allá de este concepto, desde lo argumentativo, Rolo Sosiuk (libro y letras) respeta lo que tradicionalmente se conoce acerca de la historia, pero tomándose sus licencias (con alguna que otra provocación, con un alto porcentaje de resultados positivos). Trata de explicar por qué Salomé efectivamente quiso pedir lo que pide (por si alguien no lo sabe, no lo cuento), algo central para darle coherencia al relato.
Hay, sin embargo, una escena del tramo final que me hubiera gustado ver resuelta de otra manera o modificado, porque resulta desconcertante.


Otro trabajo en conjunto es el de la coreografía de Mirna Serra y la dirección actoral de Rolo Sosiuk y Ana Larzen (también asistente de dirección), asesorados, por supuesto, por el director general. Sus ejes son la lujuria y la promiscuidad, que están todo el tiempo latentes en la obra, en sintonía con los ya descriptos excesos de la vida de los gobernantes y su círculo social. Estos temas se muestran y tratan con discreción: no se adopta ni una perspectiva arriesgada ni una demasiado inocente.
Con respecto a la coreografía, adquiere protagonismo en el ensamble y, por supuesto, en el baile de Salomé.

Horacio Vay es un Herodes enfermo de poder, desequilibrado y caprichoso, obsesionado con el placer. Sol Bardi compone a Salomé con seducción y una buena dosis de crueldad. Por otra parte, Diego Rodríguez (Juan el Bautista) interpreta a un personaje valiente e idealista, que lucha por lograr que reine la justicia a pesar de que todo va en contramano y los valores se han denigrado. Vocalmente, el nivel es correcto y parejo, y todos tienen un momento para lucir un poco su registro. En un rol secundario (Livia), Mónica Felizzola exhibe una voz limpia.

A todo esto, a título informativo, la Biblia menciona a la hija de Herodías en el pasaje en que se basa esta obra, pero no dice su nombre. Los estudiosos de las escrituras dicen que no se llamaba ni por asomo Salomé, pero la cultura popular terminó bautizándola así.

En resumen: Una ópera rock que ha encontrado en Vicky Buchino a una Herodías con una fuerza imparable. Se destaca por el trabajo integrado del equipo creativo, que logra vincular el planteo de un mundo post-apocalíptico, la música y la coreografía con la lujuria, el abuso de poder, la promiscuidad y los excesos.

¿Qué podemos aprender de esta obra?: Que la forma de estructurar la música debe ser acorde a la puesta en escena, para no generar una contradicción con el lenguaje espacial y restarle fuerzas.

Más información:
Dirección general: Sergio Perla
Dirección musical: Juan Manuel Bevacqua
Dirección actoral: Rolo Sosiuk y Ana Larzen
Teatro: El Cubo (Pasaje Zelaya 3053) – Teléfono: 4963-2568
Funciones: viernes a las 20 hs.
Duración: 1 hora y 30 minutos
Precio de las entradas: $100 y $120
Promoción. 2x1 con Club La Nación


Herodías: Vicky Buchino
Herodes: Horacio Vay
Salomé: Sol Bardi
Juan El Bautista:  Diego Rodriguez
Livia: Mónica Felizzola
Vestal: Richard Manis
Ensamble: Ramiro Herrera - Daniel Mercado - Marina Navas - Lucas Noda  - Marisol Pérsico  y Melina Saavedra – Sebastián Terragni
Prensa: Daniel Falcone
Producción Ejecutiva: Natalia Cardillo

Fotos: Russarabian

facebook.com/musicalsalome
Pinturas: "Salomé bailando ante el rey Herodes, de Georges Rochegrosse y "El baile de Salomé", de Rudolph Ernst

2 comentarios:

  1. Es excelente creo que las letras tiene una poesia y una profundidad pocas veces visto en un musical! un elenco y puesta super audaz. Un gran trabajo del equipo ! super recomendable

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  2. Quede impactada! es una obra que con maestria paso a ser una opera rock de culto. En esta segunda temporada se vuelve a apreciar su texto letras y musica interpretado por un elenco de un compromiso actoral y tecnico que deslumbra. Recomiendo al 100%

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