Categoría: OBRA MUSICAL
Crítica de SALOMÉ,
el musical
Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Teatro El Cubo).
10
años después de su estreno original.
Calificación: 8 /10
El punto fuerte de la obra: la actuación de Vicky Buchino
como Herodías.
Atrás quedó la dulce e ingenua Clementina de El diluvio que viene. Buchino arremete
con una Herodías manipuladora, perversa, despiadada y despótica, que destila
una energía poderosa cada vez que pisa el escenario. Su voz entrenada le
permite trasladar esa personalidad avasallante al canto. Parecer querer
demostrar el alcance de su poder con cada nota, que sirve tanto como amenaza
para quienes la rodean como una forma de alentar el ego de su personaje, que no
tiene escrúpulos y cree poder pisotear impunemente a todo el que se ponga en su
camino. Así, exclama “¡Lo juro!” al terminar su solo, sabiendo que conseguirá
lo que quiere. Cuando está en escena, se roba la obra.
La música de Juan Manuel Bevacqua es prácticamente
omnipresente. De hecho, es poco el texto hablado, frente a un marcado
predominio del cantado. Por eso, se podría decir que Salomé es, en realidad, una ópera rock (tal como clásicos del
inglés Andrew Lloyd Webber, como Jesucristo
Superstar o Evita). Con la
guitarra eléctrica como instrumento principal, la música acompaña las emociones
fuertes que atraviesan los personajes y dialoga en forma coordinada con los
códigos de la puesta del director Sergio Perla. Esto se puede ver en dos
aspectos.
Primero, porque Perla hizo hincapié en recrear la crudeza
y los desbordes de las orgías y banquetes de Herodes. Por eso, el compositor
buscó traducir esos excesos en la partitura con variaciones constantes y, como
dije anteriormente, sin dejar que haya muchos minutos de silencio musical.
Demasiado tiempo sin música cortaría ese clima de opulencia y descontrol.
Bevacqua también hizo los arreglos corales (junto con Perla) y es el director
musical. Tuvo que conjugar varios factores, porque en una misma canción puede
intervenir un grupo considerable de personajes, con un ida y vuelta que debe
ser exacto para que no se corran del tempo (que, al no haber orquesta en vivo,
se debe respetar a rajatabla). Esta sincronía seguramente se perfeccionará con
el correr de las funciones.
En segundo lugar, la música es funcional a la puesta
porque este tipo de sonido se ajusta al post-apocalíptico. Una diagramación
musical más ‘tranquila’ hubiera quedado descolocada o le hubiera restado
impacto a la forma elegida para contar la historia.
Un hallazgo es la inclusión de la Vestal Real (Richard
Manis), que con sus agudos y su forma espectral de desplazarse (y sus tacos)
aporta pinceladas tenebrosas y anticipa la desgracia.
En cuanto al mundo post-apocalíptico, está sugerido
por la escenografía despojada y venida a menos de La Jauría y por la iluminación
del mismo Perla, que acentúa el color rojo del que se tiñe la luna del texto de
Rolo Sosiuk, que además de ser el color de la sangre es el color del pecado. Al
margen de la luz, tiene relevancia el juego con la oscuridad. El vestuario de
Calandra – Hock nos recuerda que estamos viendo una versión no convencional de
la historia.
¿Por qué sirve la idea post-apocalíptica? Por el
simbolismo que implica: una sociedad desorientada, corrompida y salvaje, a la
espera de la salvación que predica Juan el Bautista.
Más allá de este concepto, desde lo argumentativo,
Rolo Sosiuk (libro y letras) respeta lo que tradicionalmente se conoce acerca
de la historia, pero tomándose sus licencias (con alguna que otra provocación,
con un alto porcentaje de resultados positivos). Trata de explicar por qué
Salomé efectivamente quiso pedir lo que pide (por si alguien no lo sabe, no lo
cuento), algo central para darle coherencia al relato.
Hay, sin embargo, una escena del tramo final que me
hubiera gustado ver resuelta de otra manera o modificado, porque resulta
desconcertante.
Otro trabajo en conjunto es el de la coreografía de
Mirna Serra y la dirección actoral de Rolo Sosiuk y Ana Larzen (también
asistente de dirección), asesorados, por supuesto, por el director general. Sus
ejes son la lujuria y la promiscuidad, que están todo el tiempo latentes en la
obra, en sintonía con los ya descriptos excesos de la vida de los gobernantes y
su círculo social. Estos temas se muestran y tratan con discreción: no se
adopta ni una perspectiva arriesgada ni una demasiado inocente.
Con respecto a la coreografía, adquiere protagonismo
en el ensamble y, por supuesto, en el baile de Salomé.
Horacio Vay es un Herodes enfermo de poder,
desequilibrado y caprichoso, obsesionado con el placer. Sol Bardi compone a
Salomé con seducción y una buena dosis de crueldad. Por otra parte, Diego
Rodríguez (Juan el Bautista) interpreta a un personaje valiente e idealista,
que lucha por lograr que reine la justicia a pesar de que todo va en contramano
y los valores se han denigrado. Vocalmente, el nivel es correcto y parejo, y
todos tienen un momento para lucir un poco su registro. En un rol secundario
(Livia), Mónica Felizzola exhibe una voz limpia.
A todo esto, a título informativo, la Biblia menciona a la hija
de Herodías en el pasaje en que se basa esta obra, pero no dice su nombre. Los
estudiosos de las escrituras dicen que no se llamaba ni por asomo Salomé, pero
la cultura popular terminó bautizándola así.
En resumen: Una ópera rock que ha encontrado en Vicky Buchino a una Herodías con una
fuerza imparable. Se destaca por el trabajo integrado del equipo creativo, que
logra vincular el planteo de un mundo post-apocalíptico, la música y la
coreografía con la lujuria, el abuso de poder, la promiscuidad y los excesos.
¿Qué
podemos aprender de esta obra?: Que
la forma de estructurar la música debe ser acorde a la puesta en escena, para
no generar una contradicción con el lenguaje espacial y restarle fuerzas.
Más
información:
Dirección
general: Sergio Perla
Dirección
musical: Juan Manuel Bevacqua
Dirección
actoral: Rolo Sosiuk y Ana Larzen
Teatro:
El Cubo (Pasaje Zelaya 3053) – Teléfono: 4963-2568
Funciones:
viernes a las 20 hs.
Duración: 1 hora y 30 minutos
Precio de las entradas: $100 y $120
Precio de las entradas: $100 y $120
Promoción.
2x1 con Club La Nación
Herodías:
Vicky Buchino
Herodes:
Horacio Vay
Salomé:
Sol Bardi
Juan
El Bautista: Diego Rodriguez
Livia:
Mónica Felizzola
Vestal:
Richard Manis
Ensamble:
Ramiro Herrera - Daniel Mercado - Marina Navas - Lucas Noda - Marisol Pérsico y Melina Saavedra – Sebastián Terragni
Prensa:
Daniel Falcone
Producción
Ejecutiva: Natalia Cardillo
Fotos:
Russarabian
facebook.com/musicalsalome
Pinturas: "Salomé bailando ante el rey Herodes, de Georges Rochegrosse y "El baile de Salomé", de Rudolph Ernst
Es excelente creo que las letras tiene una poesia y una profundidad pocas veces visto en un musical! un elenco y puesta super audaz. Un gran trabajo del equipo ! super recomendable
ResponderEliminarQuede impactada! es una obra que con maestria paso a ser una opera rock de culto. En esta segunda temporada se vuelve a apreciar su texto letras y musica interpretado por un elenco de un compromiso actoral y tecnico que deslumbra. Recomiendo al 100%
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