Categoría: CRÍTICA ESPECIAL
Moria Casán como Shirley en
Priscilla,
la reina del desierto
Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Teatro Lola Membrives).
Nivel: 4 /8
IMPORTANTE: Esta no es una crítica de Priscilla, que es uno de los mejores musicales
que se estrenaron en los últimos años en Buenos Aires y, por supuesto, merece
un puntaje mayor. Esta es una reseña especial de la actuación de Moria como
Shirley (papel que abandonará esta semana para encarnar a Bernadette a partir
de la próxima). La crítica de Priscilla,
que ya vi con los protagónicos de Pepe Cibrián Campoy y de Omar Calicchio, será
publicada más adelante, en consonancia con el cambio de Bernadette (que, por
primera vez en la historia de este musical extranjero, será interpretada por
una mujer).
Hace algunas semanas, me encontré con que estaban
entrevistando a Moria Casán en la
TV , y decidí tomar nota de algunas frases elocuentes sobre su
actividad teatral:
1* “He ensayado muy poco porque realmente no lo
necesito” (para el papel de Shirley)
2* “Soy un ícono gay. Soy el gran puto argentino”
(respondiendo a si serviría para el papel protagónico de la transexual Bernadette)
3* “El universo conspira a mi favor”
4* “Desde el momento en que me subo al escenario soy
competencia feroz”
5* “Tengo una gran seguridad escénica”
6* “Hay que haber protagonizado mucho para poder
hacer un rol secundario” (sobre Shirley)
7* “[Carmen Barbieri] nunca pudo brillar al lado mío”
(sic; sobre la última versión de Sor-presas)
8* “Yo soy muy glam, y Shirley es un desafío porque
es antiglam” [si tomamos la pronunciación de Moria: ‘Shirlei’, ‘glan’ y
‘antiglan’] – Aclaración: Shirley es la varonil dueña de un bar
Cuando alguien que no conoce a Moria lee todo esto, puede
pensar lo siguiente: a) esta mujer está extremadamente segura de sí misma; b)
no entiendo cómo puede dormir tranquila Meryl Streep a pesar de la existencia
de tamaña intérprete como Ana María Casanova; c) es muy divertida; d) tiene una
forma curiosa de pronunciar en inglés.
Sí, Moria es orgullosa, graciosa e indudablemente no
sabe hablar bien en inglés (alguna vez dijo “What pass?”). Ha creado un
personaje mediático con algunas frases y situaciones que quedaron en los anales
de la televisión y la cultura popular (recuerdo, por ejemplo, varias peleas en
su talk show).
Ahora bien, lo que nos ocupa aquí es su desempeño
teatral. En este caso, voy a remitirme a su papel de Shirley. Al menos en la
función que presencié, no se notó que no necesitara más ensayo, como ella
decía.
Por empezar, entró fuera de personaje, a diferencia
de sus predecesoras (Mirta Wons y Georgina Barbarossa). Se paró a mirar al
público con una sonrisa complaciente mientras la ovacionaban (parecía estar
pensando “Está confirmado: soy la número uno”). Eso sí, después siguió con sus
diálogos sin problemas (salvo una breve pausa hasta recordar la letra). Shirley
le permite desplegar su talento para insultar y su verborragia, y esto hace que
resulte divertido verla aparecer en la travesía de las drag queens (sobre todo porque, en un principio, uno no se hubiera
imaginado que la podrían convocar para un rol menor).
Sin embargo, y volviendo al día en que la vi en
escena, hubo problemas en lo coreográfico. En un punto, los bailarines del
ensamble que la estaban levantando en un truco la bajaron para que se apoyara
en una mesa. No obstante, cayó con demasiada pesadez y con un leve tambaleo.
Luego, cuando intentó deslizarse por la mesa, tampoco consiguió que el
movimiento se viera limpio y lo terminó forzando.
En cuanto al canto, ya se sabe que no es lo suyo, pero
se las arregla prácticamente recitando “I love the nightlife” (1978), el éxito
de Alice Bridges (y uno se puede dar cuenta de que está cantando eso porque
reconoce la letra). Por suerte para ella y para todos, Shirley es un personaje
que canta poco y que no requiere excluyentemente habilidad vocal.
En resumen, ¿es Moria una buena Shirley? Yo diría
que sí porque, cuanto menos, es una incorporación pintoresca. Le suma un toque bizarro al
espectáculo y sus limitaciones escénicas pasan de largo porque su participación
dura unos pocos minutos. Es cierto que se nota que tiene seguridad de sí misma.
Con un poco más de ensayo, hubiera logrado construir un personaje mucho más
interesante, orientada por Valeria Ambrosio, que puede remontar casi cualquier
cosa. De cualquier manera, vale la pena verla con semejante peluca.
Todo esto viene a cuento de que muchos fanáticos de Priscilla pusieron el grito en el cielo al
saber que la mediática mujer iba a tener un espacio en la obra. Les respondo de
esta forma: lo de Shirley no es nada horripilante (vuelvan tranquilos); con
respecto a lo de Bernadette, les cuento en unos días…
Los comentarios que escuché en el teatro iban más o
menos en la misma línea que los míos (y me refiero incluso a los de personas
que no están metidas en el mundo del musical y no sabían cómo era Priscilla hasta ese mismo día). Por
ejemplo, unas señoras no identificadas debatían algo como esto: “Moria no canta
ni baila, pero qué se yo, es Moria. Eso sí, no sé cómo va a hacer de
Bernadette… es un hombre. Aparte, ¿viste qué bien que canta este [por Omar
Calicchio]?”. Evidentemente, hay curiosidad (y me incluyo).
Fotos: Alejandro Palacios.
Nota descolocada: ¿Alguien la vio a Susana Giménez en
Molly Brown? En la primera parte, le
tocaba encarar una personalidad similar a la de Shirley.
Sí, la vi y tengo copia de Molly Brown. Susana construyó un personaje con matices y que se transformó en el desarrollo de la obra, acumulando; de Roca Chata a Denver, de un marimacho a una dama de la sociedad; pero sin dejar de ser ninguna de las dos cosas. El musical Molly Brown no es para nada de mis favoritos pero destaco la interpretación de Susana y la dirección de Mario Morgan.
ResponderEliminarAdhiero a lo que decís sobre el equilibrio que logró Susana. Me sorprendió su actuación, si bien, como ya marcaste, no es precisamente un gran musical y las canciones de la versión argentina estaban pregrabadas. ¡Gracias por el aporte!
EliminarSalvedad: había orquesta en vivo (Juan Carlos Cuacci) pero algunos coros y la voz de Susana, grabados. Gran cuerpo de baile y actuación de Claudia Lapacó. Impecable el vestuario de Horace Lannes.
ResponderEliminarClaro. Me olvidé de aclarar lo de la orquesta. Ya que estamos, destaco también la escenografía grandilocuente de Mario Vanarelli. Le tengo un aprecio especial porque había decorado uno de los salones del colegio al que fui, y gracias a eso me enteré de que era también un muy buen dibujante y pintor.
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