Categoría: OBRA MUSICAL
Crítica de 22:22
Crónicas de un mundo absurdo
Buenos Aires, Argentina
Temporada 2014 (El Método Kairós)
Nivel: 6.5 /8
(Faltan 2 obras para completar el
grupo de 3)
El punto fuerte de la obra: la dirección de Lautaro Metral.
*Nota: Si estás en la versión para celulares
del blog, puede ser que no veas correctamente el texto que está debajo.
°
La
puesta
de Metral
es eminente_
mente lúdica. En
principio, porque el
espectador que no esté
dispuesto a jugar no podrá
disfrutar de la propuesta, que
le pide que razone y saque sus
propias conclusiones a partir de
lo que ve. Esto está unido al tema
central de la obra: la magia. Sí, pa_
ra disfrutar 22:22
hay que adoptar u_
na visión desprejuiciada y volver a cre_
er en la magia; en definitiva, volver a la in_
fancia. Unos minutos antes de que finalice, u_
no se dará cuenta de la magia que tiene la pieza
en su esencia, y cómo ha estado manifestándose
sin nuestro conocimiento. Insisto: el trabajo del es_
pectador es activo, porque debe resignificar lo
sucede
en escena, e ir entretejiéndolo con lo que pasó
anterior_
:
mente. Por ejemplo, el libro de Metral se vale de
varios ca_
sos de repeticiones. No obstante, cada repetición
aporta una
nueva lectura, más información o tiene un sentido.
Por supues_
to, para muchas de las cosas que se observan no hay
una inter_
pretación unívoca porque estamos frente a una alegoría.
En cier_
tas escenas, los imaginativos planteos traen ecos de
grandes au_
tores. A Lewis Carrol, amante de la lógica
desmesurada, le hubiera
gustado la ciudad más segura del mundo, y una canción
interpreta_
da por Magalí Sánchez Alleno me retrotrajo al Aleph
que imaginó Bor_
ges: la esfera tornasolada donde se ven todos lo
puntos del mundo. Hoy,
el Aleph parece estar en poder de muchos, a partir de
los nuevos disposi_
tivos y las redes sociales. Quizá por esto sea
importante no perder la capa_
cidad de asombro… no dejar de creer en la magia. Otra
tecla que toca el tex_
to es la del poder dentro de un grupo, y cómo la
manipulación puede alcanzar
la concesión. Las cosas se pueden maquillar, y si la
mona que se viste de seda
puede dejar de ser mona. Por eso, me pareció muy
acertada la canción “Vende_
dores de humo” (hay ejemplos por doquier). Se intuye
que la música será impor_
tante en la narración con solo ver la escenografía de
Metral y Cecilia Priotto: varias
guitarras cuelgan de gran tela (que sume a los
personajes en un microclima y embe_
llece la
iluminación). Las guitarras son un mecanismo de expresión. Metafóricamente,
todos las tenemos sobre nuestras cabezas, pero no
siempre nos subimos a una escale_
ra y las usamos. ¿Confiamos demasiado en el azar,
como sugiere uno de los personajes?
Toda el acompañamiento instrumental de la obra es
ejecutada por el elenco. Hay otros instrumentos aparte de las guitarras, y la
dirección musical es de Fran Ruiz Barlett, quien ya demostró sus aptitudes para
la música en su CD “Algo más”. Aquí, brinda el trabajo más sobresaliente dentro
de un grupo de intérpretes ideal: Magalí Sánchez Alleno, Marcelo Andino, Fran
Ruiz Barlett, Vanesa Butera, Laura González, Renzo Morelli, Geraldine Farhat y
Agustín Maccagno. [Cabe alterar que siempre hay dos de ellos que no están
presentes en la función, porque se van alternando los papeles.] Todos se
involucran en una búsqueda constante, y lo manifiestan con la expresión
corporal, reflejando lo que discutíamos antes acerca de librarse de las ataduras
y entregarse a la magia como un niño. Es más, durante algunas escenas, parece
que asistimos a una versión para adultos de Objetos
maravillosos, del gran Hugo Midón, por esa rescatable capacidad de
sorprenderse con lo que nos circunda.
Por momentos, se nos brindan imágenes de incuestionable
poesía. Es brillante una de las primeras escenas, con Ruiz Barlett y Sánchez
Alleno, coreografiados por Cecilia Priotto. Otras decisiones interesantes
tienen que ver con el sutil trabajo del director con el personaje de Nela (Laura
González) y las instancias en las que todo el elenco se ve implicado en una
misma acción. Se apela, además, a lo absurdo, algo que ya está enunciado en el
título.
Vuelvo al tema de la magia. Si nadie
cree en la magia, entonces todos creen en el artificio, en que todo se puede
simular y tergiversar. La magia mantiene viva la ilusión; es apertura, porque
permite considerar algo nuevo (como dije antes, alimentar nuestra capacidad de
asombro). Para eso, hay que reconocerse chiquitos frente a la inmensidad de los
misterios del mundo. La violencia, el odio y otros males surgen, en parte, por una
carencia en este último punto. ¿Acaso no hay magia suficiente en la vida
cotidiana como para ignorar nuestra pequeñez? Si embargo, no se debe confundir
magia con truco. Hay gente que vive de ilusiones vanas, como un perro que se
muerde la cola y no se da cuenta de los trucos.
Para finalizar, dejo un fragmento de “La lluvia y el
rinoceronte” (1968), del filósofo Thomas Merton:
“… los ciudadanos obsesionados se zambullen en la
lluvia cargando el peso de sus obsesiones; algo más vulnerables que antes, pero
todavía apenas conscientes de las realidades externas. No ven que las calles
brillan hermosamente, que ellos mismos caminan sobre agua y estrellas, que
corren en el cielo para alcanzar un colectivo o un taxi, para refugiarse en
alguna parte entre la presión de los hombres irritados, las caras de los anuncios
y el sonido opaco e idiota de una música no identificada. Pero tienen que saber
que en las afueras hay humedad. Tal vez hasta la sientan. No puedo decirlo. Sus
quejas son mecánicas y desganadas.
Naturalmente, nadie puede creer las cosas que dicen
de la lluvia. Todo eso implica una mentira básica: lo único real es la ciudad.
Este clima, al no estar planificado ni fabricado, es una impertinencia, un
quiste en el rostro del progreso. (Una cirugía menor, y todo el lío se volvería
relativamente tolerable. Que las empresas hagan lluvia. Eso le daría sentido)”.
Espectador Crítico de Musicales
espectadorcriticodemusicales@gmail.com
espectadorcriticodemusicales@gmail.com
@ECdeMusicales
Más información:
Libro, música y dirección
general: Lautaro Metral
Elenco: Magalí Sánchez
Alleno, Marcelo Andino, Fran Ruiz Barlett, Vanesa Butera, Laura González, Renzo
Morelli, Geraldine Farhat y Agustín Maccagno
Fotografía y diseño gráfico:
Fuentes2Fernandez
Prensa: Esteban Rico
Coreografía y vestuario:
Cecilia Priotto
Escenografía: Lautaro Metral
y Cecilia Priotto
Arreglos y dirección
musical: Fran Ruiz Barlett
Producción Ejecutiva: Maxi
Bartfeld
Producción general: Tríptico
Producciones y Lautaro Metral
Funciones: lunes a las 20:30
hs.
Duración: 80 minutos
Teatro: El Método Kairós (El
Salvador 4530, Palermo)
Reservas: 4831-9663
Precio de las entradas: $100
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